El fuel se acerca a la costa entre aguas, como un fantasma

El buque noruego Far Scout , que trabaja en la lucha contra la marea negra del Prestige , atracó ayer en el muelle de San Diego, en A Coruña. Llegó para avituallarse y para cambiar de tripulación. Uno de los que se queda en tierra es el coordinar de los trabajos, Jon O. Rodal.

Cuando baja por la escala real, acompañado de su sustituto, Sven Kjellesen, se le nota cansado. En su cara se refleja la impotencia. Sus ojos hablan, dicen que poco o nada se puede hacer para luchar contra un fuel que no se sabe donde se encuentra.

Su barco fue enviado a la zona donde el petrolero asesino se partió en dos y descendió hasta una profundidad superior a los tres mil ochocientos metros, dejando tras de si una estela negra que continúa asomando desde el abismo.

Una lucha desigual

En los primeros días del siniestro, el fuel aparecía como un mantel negro en la superficie. El sofisticado skimer del Far Scout logró retirar casi mil toneladas en tan sólo tres días. El artilugio le permite operar incluso con olas de hasta cuatro metros.

Sin embargo, a medida que fueron pasando los días, las manchas del veneno procedentes del Prestige , a pesar de que tenían frentes de muchas millas, estaban compuestas por una fina capa de fuel. El trabajo de extracción se complicaba. La bomba de succión navegaba por encima de un mar envenenado, chupaba con toda su fuerza, pero absorbía más agua que hidrocarburo.

La situación se complicó más con el paso del tiempo. Jon O. Rodal indicó que en el lugar del hundimiento del Prestige tan sólo quedan irisaciones, un mar pintado con los colores del arco iris. ¿Dónde está el fuel que el Nautile muestra como sale de los tanques del petrolero?

Jon O. Rodal mira fijamente a la popa totalmente impregnada de chapapote del Far Scout . Duda. No se atreve a contestar, como si le diese miedo. Finalmente dice que el Prestige tiene en sus entrañas un fantasma. Supone, y fundamenta su deducción en su experiencia, que el fuel que se encuentran en los tanques ya se está enfriando, por lo que flota menos y se está quedando entre aguas. «Aparecerá de puntillas, actúa como un fantasma», señala.

Mientras, su compañero Sven Kjellsen dice que en el año 94 o 95, no recuerda, estuvo dando clases a los técnicos de Sasemar sobre como atacar una marea negra en el centro de Jovellanos, en Asturias. España no tenía un plan para luchar contra estos elementos. Ahora, Sven Kjellsen no sabe si es que el proyecto sigue sin existir o no se está aplicando.