El IEO-CSIC aporta la base científica para la creación de nuevos espacios marinos protegidos
Más de 20 campañas oceanográficas y años de estudio han permitido cartografiar y caracterizar los hábitats del Canal de Mallorca, Seco de Palos y Capbretón, espacios que España propone incluir en la Red Natura 2000.
Madrid, martes 21 de octubre de 2025. El Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) celebra la publicación de la Orden TED/1085/2025, de 29 de septiembre, por la que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico aprueba la propuesta para la inclusión de cinco nuevos espacios marinos en la lista de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) de la Red Natura 2000, y declara además una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en aguas marinas españolas.
Esta ampliación —que incorpora casi 1,7 millones de hectáreas adicionales— eleva al 22,45 % la superficie marina española protegida, que se acerca al objetivo del 30% para el año 2030 comprometido por España en la Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea. Este avance forma parte del importante esfuerzo que el IEO ha desarrollado en el marco del proyecto INTEMARES, con más de veinte campañas oceanográficas, cientos de días de trabajo en el mar y la implicación directa de decenas de personal científico y técnico, cuyo trabajo ha permitido obtener la información científica necesaria para fundamentar esta nueva propuesta ante la Comisión Europea.
Un extraordinario esfuerzo científico y tecnológico
A lo largo de la última década, el IEO ha desplegado un programa de investigación sistemático para explorar el medio marino bajo jurisdicción del Estado español, incluidas tres de las zonas que se proponen incorporar ahora a la Red Natura 2000: los Montes submarinos del canal de Mallorca, Montes submarinos y campo de pockmarks del Seco de Palos y Sistema de cañones tributarios de Capbretón.
Para ello se han realizado campañas oceanográficas a bordo de buques como el Ángeles Alvariño o el Ramón Margalef, combinando técnicas de cartografiado multihaz, muestreos de sedimento y fauna bentónica, filmaciones con vehículos operados remotamente (ROV), análisis oceanográficos y biogeoquímicos o muestras genéticas, entre otros.
El trabajo conjunto del personal del IEO, formado por especialistas en oceanografía, biología y geología, ha permitido estudiar la estructura y dinámica de ecosistemas situados entre los 70 y los 2.500 metros de profundidad.
“Detrás de esta ampliación hay años de esfuerzo colectivo, tecnología puntera y el compromiso como institución de proteger nuestro mar y sus recursos”, explica Rosa Figueroa, directora del IEO. “Es un claro ejemplo de cómo la ciencia rigurosa y sostenida puede transformar nuestro conocimiento y como consecuencia, apoyar la construcción de las políticas de conservación”.
Tres zonas clave para la biodiversidad marina
En el Espacio Montes Submarinos del Canal de Mallorca, situado al este de las islas Pitiusas y al sur de Mallorca, el IEO ha documentado un conjunto de montes y escarpes —Ses Olives, Ausiàs March y Emile Baudot— que descienden desde los 80 hasta los 2.700 metros de profundidad. En este enclave se han identificado hábitats de gran diversidad y singularidad, como los fondos de rodolitos o maërl, formados por algas rojas calcáreas que se encuentran aquí a las mayores profundidades conocidas en el Mediterráneo occidental. Estas comunidades se combinan con fondos de esponjas y bosques de coral bambú (Isidella elongata), así como con arrecifes de corales de aguas frías (Dendrophyllia cornigera, Madrepora oculata) y gorgonias de los géneros Eunicella y Viminella.
El área alberga también poblaciones estables de cetáceos como el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín mular (Tursiops truncatus) y el cachalote (Physeter macrocephalus), además de la tortuga boba (Caretta caretta), especie prioritaria en la Unión Europea para la que el Canal de Mallorca constituye una de sus principales zonas de distribución en el Mediterráneo occidental.
El Espacio Montes Submarinos y Campo de Pockmarks del Seco de Palos, frente a las costas de Murcia y el sureste de Alicante, abarca profundidades comprendidas entre los 70 y los 1.600 metros e incluye un monte submarino, un extenso campo de pockmarks —estructuras generadas por emisiones antiguas de fluidos— y diversos afloramientos rocosos. Las investigaciones del IEO han descrito aquí algunos de los ecosistemas de profundidad mejor conservados del Mediterráneo, con arrecifes formados por gorgonias y corales —Paramuricea clavata, Callogorgia verticillata, Dendrophyllia cornigera, Madrepora oculata— y comunidades de esponjas estructurantes que sustentan una alta biodiversidad.
En los fondos fangosos circundantes prosperan ecosistemas marinos sensibles dominados por el coral bambú (Isidella elongata), plumas de mar (Funiculina quadrangularis) y otras especies vulnerables. Esta riqueza biológica se refleja también en la presencia de cetáceos residentes y migratorios —como delfines, calderones, cachalotes o rorcuales comunes— y en la elevada abundancia de tiburones y rayas de profundidad, que han motivado su designación por la UICN como Zona de Importancia para las Rayas y Tiburones (ISRA-Murcia Pockmarks).
Por su parte, el Sistema de Cañones Tributarios de Capbretón, en el sector oriental del margen cantábrico, representa uno de los sistemas de cañones submarinos más singulares del Atlántico europeo. Formado por un gran cañón principal —el Cañón de Capbretón— y varias ramificaciones que descienden desde la plataforma continental hasta los 2.000 metros de profundidad, alberga hábitats de arrecifes y estructuras asociadas a la emisión de fluidos.
Las exploraciones realizadas por el IEO han permitido cartografiar arrecifes de corales duros (Dendrophyllia cornigera) y comunidades de esponjas de gran porte, especialmente del género Phakellia, junto a una elevada diversidad de invertebrados —corales blandos, briozoos, braquiópodos y equinodermos— que confieren a la zona un alto valor ecológico. Los márgenes del cañón están cubiertos por campos de pockmarks activos, hábitat del pez reloj anaranjado (Hoplostethus atlanticus) y de densas colonias de cigala (Nephrops norvegicus), lo que convierte este enclave en un importante reservorio de biodiversidad y de recursos pesqueros.
Una Red Natura 2000 más sólida y conectada
El proyecto LIFE INTEMARES, coordinado por la Fundación Biodiversidad del MITECO y cofinanciado por el programa LIFE de la Unión Europea, ha sido clave en este proceso. El IEO, junto con otros organismos científicos y administraciones, ha liderado la parte de investigación destinada a identificar, caracterizar y justificar científicamente nuevos espacios de la Red Natura 2000 marina.
Junto a las tres zonas estudiadas por el IEO, la orden incluye también los Bancos y Gargantas del Mar de Alborán y el Espacio Marino de la Costa Central Catalana, que se declara además Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
En conjunto, los cinco espacios contribuyen a mejorar la conectividad ecológica dentro de sus regiones biogeográficas, protegiendo hábitats esenciales para numerosas especies.
Previsiblemente, los nuevos LIC se incorporarán a la lista oficial europea, paso previo a su designación como Zonas Especiales de Conservación (ZEC) una vez aprobados sus planes de gestión. Hasta entonces, la orden establece un régimen de protección preventiva que impide cualquier deterioro o alteración significativa de los valores naturales que motivaron su designación.
