Es lo natural del Cantábrico, días con una luz inigualable y otros donde las nubes la apagan, con maretón casi siempre presente y la gran contrapartida: cada milla una admiración. Paisaje costero, con sus cabos, ensenadas, acantilados que nos produce sensaciones placenteras y pone a andar nuestra imaginación en sus formas. Sin duda es un mar exigente para singlarlo pero en contra la navegación recreativa, la pesca, el buceo en todas sus especialidades, el avistamiento de aves o cetáceos o la fotografía compensan cualquier dificultad.