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Marina Alabau, diario de un diploma olímpico

Marina Alabau, diario de un diploma olímpico

Foto: Carlo Borlenghi/Equipo Telefónica

Con tan sólo 22 años la windsurfista del equipo Telefónica Marina Alabau se ha enfrentado a su primera cita olímpica en Pekín 2008. Después de diez pruebas y una gran final, la sevillana obtenía el diploma olímpico al finalizar la Medal Race en cuarta posición; la misma que obtenía en la general de RS:X Femenino.

Alabau, acostumbrada a subirse a lo más alto del podio, ha coleccionado durante este año tres nuevos oros, una plata y un bronce, el del Mundial de 2008, que le daba el pasaporte olímpico. Indiscutible número uno del mundo durante 19 meses consecutivos, la representante del equipo Telefónica cuenta en primera persona cómo ha vivido su primera experiencia olímpica.

“Después de diez de competición, por fin ha acabado. La verdad es que estoy muy contesta con este resultado… aunque claro está que una medalla siempre es una medalla. Yo me he quedado a las puertas de conseguirlo, pero sé que he dado lo mejor de mi misma, y esto es lo que he logrado.

Hay gente que pensará que un cuarto puesto suena mal, pero sé que las condiciones en las que he navegado no son las más favorables para mí. Hemos tenido vientos de menos de seis nudos, y hemos tenido un día con vientos de 20 nudos y mucha ola. Sé que yo navego bien con vientos medios, algo que no hemos podido disfrutar aquí, pero contra las condiciones climatológicas no hay nada que hacer. Sabía perfectamente qué me iba a encontrar en Qingdao, y me he preparado para ello. Estoy orgullosa del trabajo hecho, puesto que he mejorado muchísimo con vientos flojos. Sin ir más lejos, hace dos años aquí mismo quedé 20ª, y el año pasado 10ª.

El día más impactante fue en el que soplaron vientos de 20 nudos. Fue increíble: la lluvia no te permitía mirar hacia el viento y con la niebla no veías más allá de 50 metros. Esa misma noche, antes de acostarme, tuve que darme un masaje en la cara, porque me dolía de tener las mandíbulas apretadas durante las cinco horas que estuvimos en el agua.

Como experiencia ha sido increíble. Antes de empezar le dije a mi entrenador que la gente exageraba un poco, que no había tanta tensión como se decía. Ahora lo pienso y sé que no he sido consciente de lo que aquí se vive. Lo sé ahora que me he relajado y he notado el peso que me he quitado de encima. Y es que la presión y el estrés son enormes. Analizas las caras de tus competidores y sus entrenadores y en seguida sabes que no son unas condiciones normales.

No me he llevado la medalla de bronce, aunque sé que estuve a punto de conseguirlo. Aún así, tengo una cosa muy clara: nadie se merece esa medalla más que Bryony Shaw. Yo he entrenado con ella y sé que lo que digo es cierto. Además, sé cómo es el deporte, y sin duda la suerte juega su parte.

Han sido unos días espectaculares, y este cuarto puesto ha sido el mejor resultado del windsurf español. Estoy muy motivada para seguir entrenando, ahora con la mirada puesta en Londres 2012.

Sólo aprovechar para dar las gracias a todos los que me han apoyado. A mi entrenador por la ilusión y ganas que pone, al equipo ‘pluri’ (Diego, Mª Carmen, Leo y Jane) y a todos los que me han seguido y me han dado ánimos durante estos días tan importantes para mí. Y cómo no, a aquellos que me han apoyado y se han comprometido conmigo, a Telefónica, Grand Krust, Andalucía y Roxy. A todos ellos, gracias".