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Caos en la vela ligera santanderina

Caos en la vela ligera santanderina

El que la vela es un deporte difícil de practicar, no le cabe la menor duda a nadie. El medio donde repractica, la mar, es de por si antinatural, el hombre se mueve en tierra, además esta sujeto a la cambiante climatología, la que no siempre acompaña a los que lo practican. A pesar de ello, sin ser un deporte mayoritario, sino más bien minoritario, son miles los que en nuestro país lo practican, y en nuestra ciudad estos no llegan al medio millar.

Todos estos grandes inconvenientes van inherentes en el propio deporte y son asumidos sin problemas por los que lo practican. Pero lo que no tiene ningún sentido es que, encima pongan travas, a los escasos participantes, las instituciones que a priori debían de proporcionar los medios necesarios para que los deportistas tuviesen más fácil la practica de la Vela. Cosa que en Santander, en lo que se refiere a la Vela Ligera, no ocurre, sino que es todo lo contrario.
Hasta ahora la explanada en la que se almacenan las embarcaciones de Vela Ligera de los Socios del RCMS era un lugar complicado para hacerlo. En más de una ocasión las embarcaciones allí depositadas han, literalmente, volado por los aires, cayendo unas sobre otras en un “totus revolutIum”, produciéndose importantes daños. Esto ha sido producido al estar la explanada abierta a todos los vientos - los que en muchas ocasiones sobrepasan los 100 Km/h - y no haber estado preparado este lugar para trincar los barcos al suelo,
Ahora con la construcción que se quiere realizar donde se alzaban las antiguas naves del dique de Gamazo, no se les ha ocurrido a los responsables del RCMS que en la explanada que se encuentra fuera de dicha posible construcción, y que es de dimensiones muy limitadas – instalar, sin tener en cuenta las necesidades de sus Socios, no solo una construcción metálica que ocupa casi 1/4 de la misma, sino que ademán han colocado el contenedor que desde hace mas de 20 años se usa como dice su costado en INSTALACIONES PROVISIONALES DEL RCMS.

Para ello, ni cortos, ni perezosos, y sin comunicar a ninguno de los Socios que tiene sus frágiles embarcaciones de Vela Ligera depositadas en la explanada, que estos artilugios se iban a colocar en la misma, y que sus embarcaciones serian movidas de lugar.

Durante la semana pasada, se ha llevado a efecto dicha instalación de los artefactos en cuestión. Para ello se han movido por personas ajenas varias de las embarcaciones, lo que se ha hecho sobre un “toro” por personal que desconoce la fragilidad de lo que movía.
Al reducirse drásticamente el espacio donde las embarcaciones de los Socios del RCMS se encuentran depositadas, se han llenado los pasillos que había entre estas de embarcaciones obsoletas del CEAR, las que se compraron para la Escuela de Vela, como son los Laser 5000, los que nunca se ha utilizado, y que ahora esta tirados por los suelos sin carros para moverlas. Pero no solo esto, sino que con estas movimientos por personal no cualificado, han dañado barcos nuevos de Socios del RCMS que estaba perfectamente arranchados en la explanada del CEAR.
Los artilugios que ha colocado el RCMS, en un lugar donde no tiene concesión alguna para ello, paradójicamente no son para que los Socios del RCMS guarden sus embarcaciones y pertenencias náuticas, sino que son para guardar los barcos de la Escuela del RCMS, donde no todos los que acuden a ella son Socios del mismo.
Esta es la paradoja que se produce en el Marítimo, en el que ser ocupan de que los barcos de la Escuela estén guardados bajo cubierta, mientras que abandonan a su suerte en el CAOS de la explanada, conde se encuentran al descubierto y en unas condiciones de almacenamiento lamentables, a pesar de contar el RCMS con una carta del entonces Presidente de la RFEV de que los Socios federados del RCMS tendrían gratuitamente un espacio bajo cubierta en las instalaciones del CEAR, cosa que el propio RCMS, contra toda lógica y en perjuicio por tanto de sus Socios, nunca a reclamado.

Por ello es incomprensible esta actitud de los responsables del RCMS en todo este asunto.
Primero no comunican a ninguno de sus Socios lo que va a ocurrir en la explanada del CEAR. Segundo no envían a la explanada durante los movimientos de los barcos e instalación de los artilugios a ninguno de los empleados del mismo- de los cuales alguno de ellos no realiza ninguna labor entre semana­- ,para que supervise los trabajos que se realizan y proteja las embarcaciones de los Socios. Tercero, el RCMS solo se preocupa de que se resguarden las embarcaciones de la Escuela de Vela, y no la de sus Socios, que son lo que mantiene al Club y la propia Escuela de Vela.
Estas situaciones son las que cada día hacen más difícil el poder practicar la Vela ligera en nuestra ciudad.
¿De que vale una Escuela de Vela, si una vez que los alumnos aprenden este deporte, cuando tienen su propia embarcación se encuentran que la entidad de la que son Socios les deja completamente desamparados?, Este es el drama de la Vela Ligera, al menos en Santander.

Después de superar, con gran dificultad, el rescate de sus embarcaciones de el CAOS que resultaba ser la explanada del CEAR, siete tripulaciones consiguieron llevar sus Snipes hasta la rampa de Practicos, para poder arbolarlos y por ella, como desde tiempo inmemorial realizar la botadura de las mismas para dirigirse al campo de regatas.
Allí, una vez en la rampa de Prácticos, con mas espacio para moverse, procedieron a comenzar a aparejar sus “LAGUNEJAS”, a la espera de que el viento comenzase a soplar en la bahía, y con la esperanza de que el parte no acertase en sus predicciones para esa mañana, las que auguraban mas de 30 nudos a partir de las 14 horas los que vendrían del SW, viento que convierte a la bahía en una batidora de previsiones inimaginables, pero que sobre todo hace casi imposible la recogida de las embarcaciones a tierra.

Sobre la 1215 el comité envío una zodiac a la rampa de Prácticos para indicar que en el lugar donde habían instalado el campo de regatas soplaban rachas de 20 nudos y que no podían montar un triangulo por falta de espacio en la bahía para ello ya que esta se encontraba en bajamar,
A pesar de ello y como en Puerto Chico las rachas no eran aun tan intensas, la flota comenzó a botar sus “LAGUNEJAS” para navegar hacia el campo de regatas,

Cuando llegaron al mismo, el comité tenia levantado un aplazamiento a la espera de que el viento se acabase de entablar, Aplazamiento que arrío cuando el viento se estabilizo.

Esto perjudico a la tripulación del Mojito que se había alejado mucho de la línea de salida.
Durante este periodo y con la entrada de fuertes rachas varias tripulaciones optaron por volver a puerto antes de que la rampa se pusiese inalcanzable por al olas que se forman en ellas con el Sur.

La salida fue apretada entre los que se encontraba en la zona de salida, tomándola todos ellos en u pañuelo, haciéndolo muy retrasado los del Mojito.
En la ceñida el Chiqui IV se coloco en cabeza de la flota, seguido muy de cerca por el Patín, mientras que el Guemes sufrió una avería que le pudo costar la arboladura, pues perdió un obenque mientras navegaba.
En la popa las rachas comenzaron a entrar con violencia, lo que unido a la ola característica del Sur, hacia casi imposible el navegar a las tripulaciones sin que sus embarcaciones se pasasen por ojo en cada ola. La trabuchada les costo enormemente, pero todas, excepto la del Guemes salieron airosas en ese duro trance.
En la ceñida las condiciones de viento se hicieron muy duras, llegando a superar las rachas los 30 nudos de intensidad, haciéndose estas cada vez mas frecuentes e intensas.
Ante la imposibilidad de encarar la ultima popa del recorrido y con el fin de evitar males mayores, los participante arrumbaron a puerto Chico, donde aun les esperaba una ultima dura prueba, la de meter sus embarcaciones en la rampa,

Esto solo fue posible con la ayuda y colaboración de todos los participantes, los que con 8 personas en la rampa consiguieron, con mucho esfuerzo, el que las frágiles embarcaciones no se destrozasen con las grandes olas que rompían sobre el lugar donde se realizaba el atraque, Maniobra que consiguieron con éxito tras algunos sustos, sobre todo a la hora de recoger el Patín, el que en varias ocasiones se golpeo fuertemente contra la rampa, pero que gracias al esfuerzo de todos, esto solo quedo en un susto.

Una vez superada esta dura prueba de volver a tierra, los participantes tuvieron que superar otra aun mas difícil, la de encontrar un hueco en el CAOS la explanada del CEAR en donde amarrar su embarcación, cosa que les fue mas difícil de conseguir que el atraque en la rampa.
Además se tuvieron que ocupar, -sin la ayuda de personal del RCMS, el que pasaba Olímpicamente de ayudar en esta tarea, y que se hallaba en aquellos momentos en el lugar-, de trincar correctamente todas las embarcaciones que se hayan en la explanada, para evitar una hecatombe ,como la producida hace años, con los fuertes vientos que están anunciados para esta semana que entra.

J.F.M.J.