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Yoann Richomme (IMOCA PAPREC ARKÉA) gana la 15ª edición de la Transat CIC.

Yoann Richomme (IMOCA PAPREC ARKÉA) gana la 15ª edición de la Transat CIC.

Tras un final apasionante y una dura batalla con Boris Hermann (Malizia-Seaexplorer), Yoann Richomme ha ganado esta nueva edición de la Transat CIC. Ocho años después del duelo Armel Le Cléac'h-Vincent Riou, ha sido el patrón del IMOCA PAPREC ARKÉA quien se ha impuesto en este increíble mano a mano.

Yoann Richomme cruzó la línea a las 20 h 23 32" (hora francesa) y completó el recorrido tras 8 días, 6 horas, 53 minutos y 32 segundos de regata. Se puso en cabeza de la carrera el jueves pasado al adelantar a Charlie Dalin, antes de aguantar hasta la meta a pesar del regreso de Boris Herrmann. Se trata de una de las victorias más prestigiosas de su carrera. Ha inscrito su nombre en el palmarés de esta emblemática regata junto a algunos de los más grandes navegantes franceses: de Eric Tabarly a François Gabart, sin olvidar a Alan Colas, Yvon Fauconnier, Philippe Poupon, Francis Joyon, Loick Peyron y Michel Desjoyeaux.

SU CARRERA EN CIFRAS
Hora de llegada: 20 h 23 32" (hora francesa)
Tiempo de carrera: 8 días 6 horas 53 min 32 segundos
Distancia recorrida: 3.293,55 millas
Velocidad media (en la ruta ortodrómica): 14,83 nudos
Velocidad media real: 16,56 nudos

LA HISTORIA DE SU VICTORIA
Aguantó hasta el final, aguantó y nunca se rindió. Yoann Richomme es un Figaro de corazón, uno de esos patrones que demuestran una increíble resistencia al timón. Es uno de esos tipos capaces de hacerse daño a sí mismo, de olvidarse de todo con tal de aguantar, progresar y avanzar un poco más rápido que los demás. Yoann lo demostró en este impresionante final de carrera, obligándonos a estar constantemente pendientes de sus ajustes a bordo y, a todos los demás, a refrescar compulsivamente el "carto" para asegurarnos de que no nos perdíamos nada.

A la conquista del Oeste... y de la clase IMOCA
Richomme es un gran trabajador, pero también le gusta ceñirse a los objetivos que se ha fijado. El sábado pasado, confió: "¡Me gustaría mucho ganar esta maldita regata! Las razones son múltiples: el placer de entrar en Nueva York como vencedor, después de haber vivido cuatro años en la costa Este durante su adolescencia; la alegría de añadir su nombre al palmarés de una regata legendaria, después de haber ganado ya las dos últimas ediciones de la Ruta del Ron - Destino Guadalupe en clase 40; la oportunidad de demostrar una vez más que se puede contar con él, siempre y en todas las regatas.
Su barco, el IMOCA PAPREC ARKÉA, diseñado por Finot-Conq y Antoine Koch, al igual que el de Thomas Ruyant, es un cohete lanzado a la conquista del Campeonato IMOCA y de la próxima Vendée Globe. Su debut -desde su botadura en febrero de 2023- ha sido impactante: 2º en la Rolex Fastnet Race y en la Transat Jacques Vabre - Normandie Le Havre con Yann Eliès como co-patrón, ganador del Retour à la Base y ahora de la madre de todas las regatas transatlánticas, La Transat CIC.

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Buena gestión y aceleración
Sin embargo, después de tres meses en el astillero y un puñado de velas, aún quedaba todo por hacer. Richomme tenía que volver a coger el ritmo de la regata, y conseguir mantenerse en los puntos de vela en los que se sentía un poco menos a gusto que sus rivales. Tímido al principio de la regata, aquejado de "algunos pequeños problemas técnicos", tuvo que hacer frente, como el resto de la flota, a las dificultades de la salida. "Es duro, es violento, es inestable, es incómodo". Richomme es consciente de ello, pero no se queja. Sabe que todo es cuestión de tiempo, que hay que saber aguantar y doblar la espalda para acelerar en el momento justo.
El momento en cuestión llegó el pasado jueves, cuando decidió alargar su ritmo y adelantó por el norte a Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance), que tenía claros problemas técnicos. Richomme recuerda a esos ciclistas que saben atacar y golpear cuando el pelotón parece quedarse sin fuerzas. Cuando el cansancio se hace sentir, con una lucidez y una compostura sorprendentes.

Su definición del sueño americano
Lo que siguió fue una lección de resiliencia. Sabe que su posición en cabeza no le garantiza nada, y cuanto más se acerca a la línea de meta, más evidente resulta. En este largo corredor entre la zona de exclusión de cetáceos y el oeste de un sistema de bajas presiones, las condiciones son muy cambiantes, hostigando antes de volverse muy leves. Durante la última noche, el líder avanzó a menos de 5 nudos. Detrás de él, la persecución continúa y un patrón, Boris Herrmann, está recuperando el terreno perdido ¡hasta acercarse a 15 millas! En sus comentarios, muestra cierta flema: "Boris me está presionando, es la regata, hubiera preferido llegar más relajado". Un final apretado digno de una etapa de la Solitaire du Figaro - ¡Paprec!
Así que fue una lucha hasta el final, y como siempre, la adversidad hace que la victoria sea un poco más dulce. Su progresión en los últimos meses es un vértigo en sí misma, e ilustra que un proyecto puede empezar hace tres años, que un barco nuevo puede botarse hace un año y aun así ganar dos regatas transatlánticas. Yoann Richomme tendrá la oportunidad de saborear las cerca de diez horas de navegación entre el cruce de la línea y la llegada a la bahía de Nueva York, pasando bajo la Estatua de la Libertad, descorchando el champán y ofreciendo su propia definición del sueño americano.