Global Solo Challenge. Tercera salida. Robein y Delamare empiezan su aventura a la estela de Hughes y De Keyser
El sábado 30 de septiembre, bajo un cielo despejado y con una suave brisa del sureste, que más tarde roló a norte, y temperaturas veraniegas de más de 25 grados, otros dos patrones tomaron la salida del Global Solo Challenge, los franceses Louis Robein y Philippe Delamare.
Robein, quién tenía previsto zarpar el 23 de septiembre, fecha establecida por la organización basándose en las características de rendimiento de su barco, tuvo que retrasar su salida una semana, debido a un fallo en el motor. Afortunadamente, gracias a la pronta intervención del organizador del evento Marco Nannini y del Varadero de Marina Coruña, se consiguió solucionar el problema con rapidez. Los mecánicos sustituyeron la junta dañada y rectificaron la cabeza del motor. En parte también gracias al apoyo recibido por el público, mediante una campaña de crowdfunding, Louis pudo hacer frente a los gastos imprevistos de reparar el motor que era prácticamente nuevo.
Cabe destacar que aquel patrón que retrase su salida se está penalizando a sí mismo. Las salidas escalonadas están diseñadas para que el primer barco en cruzar la línea de llegada sea el ganador absoluto. Así, aquel que parte con retraso deberá recuperar el tiempo perdido en tierra navegando al máximo de su potencial, ya que no se tomarán en cuenta los días reales de navegación ni se otorgará ningún tipo de compensación por haber tomado la salida tarde. Sin embargo, no hay que olvidar que, para muchos, el propósito principal es lograr esta extraordinaria hazaña más que la clasificación general.
Diez días antes de la salida Delamare ya había trasladado su barco, el Actual 46 Mowgli, a Marina Coruña desde La Rochelle, donde se realizaron labores esenciales como la aplicación de una nueva capa de antiincrustante al casco. Por lo tanto, en los días que precedieron su partida, Philippe se dedicó a afinar detalles menores como el almacenaje de los suministros. De hecho, el reglamento del GSC exige que todos los equipos «pesados» y contenedores deben estar adecuadamente asegurados para garantizar la seguridad a bordo ante mares agitados o un posible vuelco.
Amigos y familiares de Louis y Philippe se reunieron en A Coruña para apoyar a los navegantes al comienzo de su aventura. Una pequeña comunidad francesa celebró el evento y muchos enviaron mensajes de ánimo a los patrones. Para que los seguidores de ambos pudieran asistir a la salida desde el barco de la organización, Louis y Philippe decidieron tomar la salida con unas horas de diferencia.
Poco después de las 11:00 hora local (09:00 UTC), Louis Robein cruzó la línea de salida. A pesar de la total ausencia de viento, se percibía un aire festivo. La marea creciente, que creaba una corriente en contra, y la falta de brisa hicieron que Louis tuviera que esperar más de dos horas hasta que un viento suave le permitiera salir de la bahía de A Coruña. Durante este tiempo, seres queridos y amigos le animaron desde el barco de apoyo de la organización. Así que, mientras esperaba la llegada del viento, Louis se deleitaba oyendo a lo lejos las voces de aquellos que le llamaban desde Francia, así como las charlas animadas de los presentes. Posiblemente, acostumbrado a los emocionantes comienzos de La Solitaire du Figaro, Louis anticipaba una salida más vibrante. Sin embargo, no hay duda de que el patrón francés disfrutó con su habitual calma y paciencia de ese momento de triunfo, él de estar finalmente en la línea de salida de este gran reto. Al ganar velocidad, gracias a una suave brisa, una sonrisa serena iluminó el rostro de Louis, quien ya estaba listo para emprender esta aventura, dispuesto a explorar horizontes desconocidos.
De acuerdo con lo dispuesto por la organización, Delamare zarpó a las 15:00 hora local (13:00 UTC) bajo los vítores de sus amigos desde el barco auxiliar. Relajado y de buen humor, Philippe dejó bien claro sus objetivos en este evento. Al cruzar la línea de salida, desenrolló rápidamente su código cero montado en el bauprés, logrando una notable velocidad a pesar del leve viento de 4-5 nudos proveniente del norte, saliendo de ceñida de la bahía de A Coruña. Antes de concentrarse plenamente en la navegación, se permitió un momento de euforia para celebrar este significativo logro que es un gran reto para todos los inscritos en el Global Solo Challenge. Con la música a todo volumen, se despidió al compás de la canción «Don’t stop me now» de Queen, cantando: «Me siento vivo… y recorreré el mundo… Así que no me detengas… que me lo estoy pasando muy bien». Incluso su barco Mogwli, con su casco de color naranja, parecía susurrarle a Philippe: «Dame viento y te regalaré millas…», al igual que «Joshua» lo hizo con Moitessier, hace casi seis décadas.
Louis Robein y Philippe Delamare inician así su aventura en el Global Solo Challenge, en la estela de los dos patrones que ya están navegando en alta mar. El galés Dafydd Hughes, quién zarpó primero el 26 de agosto, está actualmente navegando al sur del anticiclón de Santa Elena, rumbo al Cabo de Buena Esperanza.
El patrón belga Édouard De Keyser, quien zarpó de A Coruña hace cerca de dos semanas, comunicó oficialmente al GSC el 1 de octubre que planea fondear su embarcación, SolarWind, en la bahía de Mindelo en Cabo Verde. Su objetivo es hacer una parada técnica para atender ciertos problemas con un timón, el bauprés y los sistemas de comunicación vía satélite. Cree que con conexión telefónica será más sencillo gestionar estas averías. Édouard ha decidido no recurrir a asistencia externa, así que ésta parada técnica no estará sujeta a ninguna penalización de tiempo.
La próxima salida está programada para el 21 de octubre, cuando tres patrones del Global Solo Challenge soltarán amarras desde A Coruña: el finlandés Ari Känsäkoski, el búlgaro Pavlin Nadvorni y el canadiense William McBrien.