Global Solo Challenge. Andrea Mura a punto de unirse a la élite de los circunnavegantes italianos
Tras las llegadas de Philippe Delamare y Cole Brauer a A Coruña, todavía hay 5 patrones compitiendo en el Global Solo Challenge. De los 16 participantes iniciales, más de la mitad se han visto obligados a retirarse. Solo 7 navegantes se encuentran en condiciones de finalizar su circunnavegación. Este desafío, es una prueba formidable, no resulta extraño que varios participantes hayan tenido que reconocer su derrota ante la fuerza indomable de los elementos y los desafíos incesantes que impone la naturaleza.
Se espera que Andrea Mura en Vento di Sardegna llegue a A Coruña a finales de esta semana, ya sea el sábado 16 o el domingo 17. Le quedan poco más de 1000 millas para meta, navegando con portantes. Sin embargo, antes de cruzar el ecuador, un componente del aparejo de Vento di Sardegna se desprendió de su ajuste y Andrea debe navegar con un plano vélico conservador cuando está amurado a babor, lo que puede significar que no podrá navegar a máxima velocidad durante parte de su aproximación a A Coruña.
La trayectoria de Andrea en el Global Solo Challenge, narra la superación para el patrón italiano, que en 2016 se esfumaron sus aspiraciones de competir en la Vendée Globe, ha mantenido viva la llama por circunnavegar el mundo en solitario y sin escalas. Andrea ha encontrado en este desafío la ventana para encarar este sueño con su veterano barco de 24 años, aprovechando un presupuesto más accesible.
Vento di Sardegna fue construido en el año 2000 para el patrón italiano Pasquale De Gregorio, quien participó en la Vendée Globe de ese año con el nombre de Wind Express. Esta fue la última edición quw permitía competir a los Open 50 junto con los IMOCA 60. Hoy los costes de la campaña se disparen, dejando a muchos, como Andrea, sin cumplir su sueño.
Andrea Mura y Riccardo Tosetto,(Obportus), están, a punto de convertirse en el 5º y 6º italianos en grabar sus nombres en el prestigioso registro Cape Horn, menos de 200 navegantes, tanto hombres como mujeres, desde que Sir Robin Knox Johnston completara la primera circunnavegación en solitario, sin escalas y por los tres grandes cabos en 1969.
Riccardo Tosetto, en 4º lugar, lleva trabajando como patrón de charter profesional con su propio barco desde hace 18 años y, a pesar de no venir del mundo de las regatas, ha mostrado sobradamente el alcance de sus habilidades marineras. Cómodo con reparar cualquier cosa a bordo cuando surgiera la necesidad, ha llevado a cabo una navegación muy bien pensada, mitigando los riesgos y manteniendo su firme agarre en su objetivo de completar sin escalas.
Riccardo no duda en decir que podría haber presionado más, o que algunas decisiones de ruta no fueron las correctas, pero dejó muy claro desde el principio que no terminar, o incluso terminar con escalas, le habría parecido un fracaso. Hasta ahora, Riccardo ha mantenido el barco en muy buenas condiciones y ha reparado todos los problemas que le han ido surgiendo durante la navegación. Ahora se encuentra a 2600 millas de la línea de llegada, navegando en los alisios del NE y se espera que llegue a A Coruña hacia finales de marzo.
En la 5ª posición y de vuelta en el hemisferio norte, François Gouin. Tuvo que luchar más que otros para encontrar los alisios del NE. Lo que ha empeorado las cosas para François es el problema con el rail de la vela mayor, que le obligará a navegar con tres rizos por el resto de la travesía
En el hemisferio sur, navegando al sureste de Río, David Linger viene de una semana difícil, después de ser golpeado por una tormenta que dañó sus timones, comenzó a experimentar problemas con su piloto automático, lo que lo obligó a detenerse con el viento de proa varias veces mientras trabajaba en una solución. Afortunadamente, todo parecía volver a funcionar justo a tiempo para sus celebraciones de cumpleaños ayer y ahora está navegando hacia el norte a buen ritmo.
Todavía en el Pacífico sur, Louis Robein en Le Souffle de La Mer III ha logrado reparar uno de sus dos hidrogeneradores y reanudar la navegación sin tener que depender exclusivamente del diésel para cargar sus baterías. Pasó el Punto Nemo y aún está a 1600 millas del Cabo de Hornos, pero Louis ha dado muchas pruebas de su determinación y su capacidad para mantener el buen ánimo incluso en momentos de dificultad.