Estado salvaje en el oeste mientras el líder Dalin se prepara para una salida tranquila hacia el Pacífico
Mientras el líder Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance), tiene previsto pasar al Pacífico esta tarde/noche, y cruzar también el punto teórico de la mitad del recorrido de 23.890 millas, muy al oeste, cerca de las islas Kerguelen, los patrones de la segunda mitad de la flota están luchando y sufriendo con las duras condiciones generadas por un potente sistema de bajas presiones.
Tres regatistas que se aventuraron más al sur -todos ellos novatos en la Vendée Globe- han sufrido diversos daños en sus velas o relacionados con ellas. Guirec Soudée (Freelance) sufrió daños en su J2 en momentos muy duros y está considerando refugiarse en las Kerguelens para repararlo, Antoine Cornic (HUMAN Immobilier) arrancó algunos carros y dañó la relinga de su mástil y también necesita refugio para hacer algún tipo de arreglo y Tanguy Le Turquais (Lazare) también tiene daños en las velas.
El grupo del norte es el que mejor lo ha sobrellevado, al elegir la mejor estrategia han podido enrutarse directamente hacia el este liderados por Isa Joschke (MACSF), 18ª, con el astuto viejo zorro y rockero cla cla cla Jean Le Cam (Tout commence en Finistère Armor-lux), el suizo Alan Roura (Hublot, 19º), el italiano Giancarlo Pedote (Prysmian 22º), Benjamin Ferré (Monnoyeur - DUO for a JOB, 23º), Sébastien Marsset (FOUSSIER, 25º), Violette Dorange (Devenir, 26º), Arnaud Boissière (La Mie Câline, 29º) y Éric Bellion (STAND AS ONE, 30º).
¿A algunos les gusta el calor?
Todos se han anticipado muy bien a la depresión posicionándose bien al Norte, incluso más que Yoann Richomme y Thomas Ruyant la semana pasada», Cuando la depresión les alcance, todos saben que después de algunos momentos duros y difíciles podrán trasluchar y tomar una ruta bastante directa. Entre este grupo del Norte, se encuentra la más joven de la Vendée Globe, Violette Dorange (Devenir, 26º), de 23 años. Durante las llamadas de radio, explica:
«Estoy justo en el paso del frente, las olas empiezan a formarse, el viento se va a reforzar... ¡Es un poco como la guerra! Mi posicionamiento hacia el Norte es tomar las máximas precauciones y tener una vía de escape. En estas condiciones, hay que vigilar constantemente el barco. El riesgo es hacer un trompo como si derrapáramos y eso nos obliga a estar muy atentos. Es muy físico, llevo dos semanas con dolores, por un lado da miedo y por otro es estimulante».
La joven francesa, que cuenta con casi 400.000 seguidores en Instagram, ha declarado esta mañana: «El barco ha acabado en posición horizontal, afortunadamente no se ha roto nada. Había un poco de agua en el pozo de la quilla que salpicó las instalaciones eléctricas. Me tomé mi tiempo para secarlo todo».
Por su parte, el suizo Roura (Hublot, 19º) asegura que ha estado en «modo supervivencia» ante esta depresión «salvaje». «La vida a bordo sigue siendo igual de complicada, el barco va en todas direcciones y para salir de la bañera, no podía salir sin máscara y tubo. Aquí es rutina, ¡de verdad!»,
Y el neozelandés Conrad Colman (28º) agradecía hoy un poco de respiro. En declaraciones a dirección de regata declaraba esta mañana: «Tenía 48 nudos de frente. Sabía que iba a ser muy duro y por eso he intentado tomar una ruta más al norte últimamente. He tenido algunos pequeños daños en las velas que tendré que arreglar, nada terrible, y mi palo jockey está roto. En cuanto haya un poco de calma voy a tener que hacerlo, no hay mejor momento que éste, ya que es raro tener tiempo para hacerlo, es muy difícil. Nunca estoy al 100%». «Son estas pequeñas alegrías las que explican por qué estamos aquí».
Mucho más lejos, en el Atlántico Sur, es el húngaro Szabolcs Weöres (New Europe, 38º) quien ha estado luchando con vientos flojos de apenas cuatro a cinco nudos. Ayer tuvo que sumergirse bajo su barco para quitarse algunos restos de redes de pesca de los apéndices. «Ha sido lo que más miedo me ha dado, estoy bien subiendo al mástil, pero entrar en el agua es otra cosa».
Pronto dejará atrás el sol y los vientos suaves y pasará de lo sublime a lo ridículo, enfrentado a una depresión, un mar de 5 a 6 metros y rachas superiores a los 50 nudos.
Brecha kiwi
Al frente de la flota, es esta cresta de altas presiones pronosticada que crece y se desplaza hacia el este la que es objeto de grandes debates. El podio -Charlie Dalin, Sébastien Simon y Yoann Richomme parece que no la verá ni sufrirá, pero la dorsal se desarrollará delante de Thomas Ruyant bloqueando su derrota y la de sus perseguidores. Podríamos estar en un gran reagrupamiento y eso podría ampliar las diferencias con casi 600 millas entre los tres primeros y los demás. «Todo el mundo navega a toda máquina para evitarlo», confirma Thomas Ruyant, cuarto clasificado. «Es una persecución, ya que nosotros también intentamos recuperar lo que podemos de los de delante», confirma Yannick Bestaven (Maître CoQ V, 9º), uno de los “perseguidores” que podrían alcanzarle.
Bestaven, ganador de la última Vendée Globe, recuerda que no todo es regata: «Vi como una gran luz fuera. Salí, era la luna, iluminaba todo el océano, el cielo estaba despejado... El espectáculo que nos ofrece la naturaleza es magnífico y aquí fuera somos los únicos que podemos verlo».
Nueva modificación del AEZ
La dirección de la regata ha decidido modificar ligeramente la Zona de Exclusión Antártica que permite a los patrones no acercarse demasiado a los icebergs. En colaboración con CLS (Collecte Localisation Satellites) que moviliza satélites y expertos para cartografiar los icebergs, la ZEA ha sido por tanto ligeramente rebajada hasta la longitud de la isla Campbell, a más de 1300 Kms al sur de Nueva Zelanda. «Gracias a los sondeos CLS, no se ha detectado ningún iceberg en la zona, lo que nos permite modificar la ZEA», explica Hubert Lemonnier, director de la regata. Esto ayudará a abrir la estrategia para los patrones». Desde la salida, ésta es la cuarta modificación de la Zona de Exclusión Antártica.