D+28: Entre el Atlántico Sur y el corazón del Océano Índico

Esta mañana, Kévin Escoffier abandonó el barco de Jean Le Cam y fue recuperado con éxito por la fragata Nivôse de la Armada francesa. Charlie Dalin, que pasa su decimocuarto día a la cabeza, y Thomas Ruyant están a punto de tomar una decisión difícil ante la depresión que les espera el martes. Detrás, Alan Roura, Stéphane Le Diraison, Armel Tripon y Arnaud Boissières, que deberían cruzar el Cabo de Buena Esperanza esta noche, también ven una depresión que se acerca.

Los líderes en un momento de elección
En las cabezas de los patrones que navegan en el corazón del Índico está prioritariamente presente el descifrar cada archivo baranal que les llega, y pensar que el tiempo meteorológicu por venir es definitivamente muy incierto. Para Charlie Dalin (Apivia) y Thomas Ruyant (LinkedOut), aún separados por 200 millas, el dilema es como lidiar con el frente que se espera el próximo martes; isóbaras muy juntas en los mapas meteorológicos que preconizan condiciones muy duras en su centro. con 45 nudos de viento y olas de 7,5 metros. “Mañana tendrán que tomar una decisión. O pasar por el frente y encontrarse en el corazón del temporal, o reducir velocidad y esperar que el frente vaya más rápido que ellos", según explica Sébastien Josse, consultor de Vendée Globe. Charlie Dalin parece estar tomando la opción más cautelosa, ya que ya ha desacelerado este domingo.

En el grupo de cabeza, compuesto por 11 patrones, todos se preguntan qué actitud adoptar. "Planeaba volver para atrás", dijo Benjamin Dutreux (OMIA - Water Family), todavía impresionanado por seguir al ritmo del momento. Louis Burton (Bureau Vallée 2), que ha reanudado su viaje tras solucionar sus problemas con el piloto automático, también se pregunta: "Intentaré ser lo más rápido posible. Si el frente pasa sobre nosotros en dos días, implicará una trasluchada antes de continuar a estribor. "
450 millas más al oeste, las sonrisas vuelven a los rostros del dúo: Romain Attanasio y Clarisse Crémer. Los dos finalmente encuentran vientos más fuertes (más de 15 nudos desde esta mañana) y se divierten charlando por WhatsApp. El skipper de PURE-Best Western Hotels & Resort disfruta: "Realmente cogí velocidad. El barco cabecea y golpea las olas, hay mucho ruido y va a durar cinco días. Cuando te pierdes un planeo en una oceánica, te culpas a ti mismo, pero luego estás feliz, ¡te da un pequeño respiro! "

El respiro no es realmente el orden del día para el cuarteto, casi 600 millas más al este. Alan Roura (La Fabrique), Stéphane Le Diraison (Time for Oceans) , Armel Tripon (L’Occitane en Provence) y Arnaud Boissières (La Mie Câline - Artisans Artipôle) pasarán sin duda el Cabo de Buena Esperanza durante la noche. A pesar de los vientos muy suaves durante todo el día, no había tiempo para pensarlo. Porque todo el mundo tiene la mirada puesta en una depresión procedente de Port-Elizabeth que se ensancha, desciende hacia el sur y que deberían afrontar en dos días. "Estarán atascados frente al 'ZEA' y tendrán que ir contra el viento siempre que no aumente más al sur", señala el meteorólogo de Vendée Globe, Christian Dumard. "No será realmente fácil de gestionar", confirma Alan Roura.

La difícil progresión por el Atlántico Sur

El último grupo, formado por ocho patrones, sigue apuntando al corazón del Atlántico Sur. Entre ellos, Fabrice Amedeo (Newrest - Art & Fenêtres) finalmente encontró condiciones más agradables (20/24 nudos de viento) después de quedar atrapado en la alta de Santa Elena. “La transición es delicada, había perdido mis hábitos de velocidad, de escora, de tener un barco ruidoso”, dijo.
Un poco más adelante, Sébastien Destremau (Merci) mantuvo la moral alta - "No sabía que llevábamos 27 días de prueba" - a pesar de una noche complicada por fuertes roles y cambios de presión. “Tenía un frente que no era sencillo y fue una gran pérdida de tiempo. ¡Esto es trabajo de esclavos! “Detrás, tampoco nada es fácil para Jérémie Beyou (Charal). "Podría haber soñado con llegar al cabo de Buena Esperanza, pero en su situación y debido a las condiciones, tendrá que recorrer el doble y virar", explica Sébastien Josse.
Los monocascos, en este escenario de caos, ofrecen así lo mejor que tienen: momentos de libertad y euforia que explican, básicamente, por qué estos aventureros disfrutan tanto tan lejos de tierra firme.

Por su tiempo y millas perdidas mientras estuvo fuera del modo regata, Le Cam recibirá una compensación de tiempo por parte del Jurado Internacional, al igual que Boris Herrmann (Seaexplorer-Yacht Club de Monaco) y Yannick Bestaven (Maître Coq) quienes fueron a ayudar en la búsqueda de Escoffier.

La solicitud de Le Cam de alimentos adicionales para reemplazar los consumidos por Escoffier fue concedida y Le Cam, de 61 años, que disfruta de la buena comida, tomó una bolsa que contenía alimentos al vacío, mantequilla salada y fino paté de Henaff Breton.

Le Cam se rió entre dientes "Estoy solo de nuevo. Después de que dos de nosotros estuviéramos a bordo, solos de nuevo. Clac-clac-clac. ¡Ahí van! "