D+21: Desde cerca de la longitud del Cabo de Buena Esperanza y el ecuador

Jérémie Beyou cruzó la línea imaginaria del ecuador. Desde su Charal hasta el Apivia, toda la flota Vendée, 32 Imocas se encuentra en latitudes diversas del Atlántico Sur. ,

Charlie Dalin siente decir “hasta la vista” a este océano, pensando como negociar la dureza del Índico, el resto de la flota también se brujulea en las mejores derrotas que separan Sudamérica. de Sudáfrica.

El descenso por el Atlántico sur en este 2020 fue, es, un vial con mil tachuelas… alisios no firmemente entablados, vientos erráticos a lo largo de la costa brasileña, un anticiclón de Santa Elena difícil de manejar, hasta el punto que la flota cabecera con Charlie Dalin de líder durante casi una semana, debería abordar el primero de los tres legendarios cabos de Vendée Globe con un retraso significativo con el récord no oficial establecido por Alex Thomson (HUGO BOSS) en 2016: 17 días 22 horas y 58 minutos.

El lunes po la mañana, Charlie Dalin debería cruzar la longitud del Cabo de Buena Esperanza después de más o menos 22 días de regata, un tiempo ligeramente menor al establecido por Armel. Le Cléac'h para completar el mismo tramo en 2012.

Sin embargo, a pesar del ritmo lento por las condiciones del viento, el patrón del Apivia ya ha despejado un cuarto de la distancia que lo separa de Les Sables d'Olonne. Por su proa quedan 18.000 millas por recorrer desde este este domingo a las 3 de la tarde. En teoría, el líder ya había recorrido 6.245 millas.

El descenso no significó para los solitarios, el librarse de problemas técnicos. Hook que fallan, fugas de aceite del hidráulico de la orza (Alan Roura el sábado), deslaminación de foil de babor a Thomas Ruyant), reparaciones estructurales (Charal al inicio de la regata y Alex Thomson hace unos días, y averías técnicas irreparables (timón de estribor de Alex Thomson el viernes, condenado a retirarse, la Vendée Globe es así, los solitarios lo saben, impredecible..

El 12, Benjamin Dutreux (OMIA - Water Family) resumió bien el sentimiento general: "¡Se acabaron las vacaciones! Finalmente, hay otro ambiente. Hace más frío, ronda los diez grados. Ataqué con fuerza al principio y poco a poco intento ser un poco más razonable, quitar un poco el pie del acelerador. Tocamos los primeros episodios de depresión. Estoy tratando de escuchar el barco para saber hasta dónde puedo empujarlo. Estoy tratando de mantener mis cosas secas, encontrar formas de dormir, saqué el saco de dormir. Estoy tratando de adaptarme ".

La regatista británica Pip Hare (Medallia), 24º de la flota, aún no está en este famoso sur, pero se está preparando psicológica y tácticamente para ello: “Acabamos de entrar en la cuarta semana de regata y este semana, voy a dar un salto hacia lo desconocido. Cuando vire a babor y me dirija hacia el este y hacia el Océano Austral, entraré en lo desconocido. Es nuevo para mí y estoy nervioso. La ruta hacia el sur dista mucho de ser sencilla y todos los días he observado con interés las trayectorias del frente de la flota ”.