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Los Imoca de Ocean Race y sus tripulantes en capilla, preparándose para afrontar la 12,750 milla de la 3ª etapa

Los Imoca de Ocean Race y sus tripulantes en capilla, preparándose para afrontar la 12,750 milla de la 3ª etapa

Los IMOCA ya están de vuelta en el agua. No falta mucho para que las tripulaciones vuelvan a subir a sus barcos para emprender la etapa más larga de la historia de esta regata por su distancia y océanos a nevegar la organización le concede ser una Etapa de puntuación doble.

La etapa 3 de la regata llevará a la flota de Ciudad del Cabo a Itajaí en una travesía de ni más ni menos que 12.750 millas (23.613 kilómetros) por las zonas conocidas como los Cuarenta Rugientes y los Cincuenta Aullantes del Océano Sur. Dejarán la Antártida a su estribor y pasarán por los tres grandes cabos del sur (el cabo de Buena Esperanza, el cabo Leeuwin y el cabo de Hornos) por babor, una navegación en la que tres cuartas partes de la derrota se completarán alrededor de la parte inferior del mundo.

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El Océano Sur, también conocido como Océano Antártico u Océano Austral, es el más salvaje del mundo y la extensión más remota de mar abierto. Comienza en la latitud 60° sur y rodea el extremo meridional de la masa continental de la tierra y septentrional de la masa helada de la Antártida.

Conquistar estas míticas aguas del extremo sur del planeta ha sido durante mucho tiempo uno de los grandes retos de los mejores navegantes del mundo.

En el camino de Ciudad del Cabo a Itajaí, las tripulaciones pasan muy al sur de los tres grandes cabos del planeta: el cabo de Buena Esperanza, cerca de la punta de África; el cabo Leeuwin, en el punto más al sudoeste de Australia; y el imponente cabo de Hornos en la isla más al sur del archipiélago chileno de Tierra del Fuego.

Es imposible subestimar la importancia de este etapa, la más larga en la historia de la regata, un desafío enorme para las tripulaciones que la afronten. Se espera que la flota tarde alrededor de 34 días en completar la ruta, un largo periodo en el desierto helado azotado por las borrascas que supone de exigente el Océano Sur.

Esta circunstancia hace que la etapa puntúe el doble: la primera puntuación se otorgará cuando los veleros pasen por la longitud 166° 25’ Este (cerca del extremo occidental de Nueva Zelanda) y la segunda puntuación se otorgará en función del orden de llegada en Itajaí.

Después de negociar su salida de Table Bay, la flota se dirigirá hacia el sur pasando el cabo de Buena Esperanza, donde probablemente tendrán una primera noche bastante movida, cortesía de las potentes olas provocadas por la corriente que serpentea alrededor del cabo Agulhas.

Cuanto más al sur bajen los equipos, más corto será la ruta por las gélidas aguas de la zona, donde las temperaturas del agua oscilan entre los -2 y los 10°C. En las primeras ediciones de la regata, las tripulaciones se acercaban tanto como se atrevían a la Antártida en un esfuerzo por reducir la distancia de la ruta. Esta estrategia significaba navegar entre témpanos de hielo, una experiencia arriesgada y a veces aterradora para los regatistas.

En estos días, debido a que los barcos modernos son casi tres veces más rápidos y una colisión incluso con un pequeño trozo de hielo podría ser catastrófico, el comité de regatas impone una zona de exclusión para mantener la flota al norte de la zona de hielos.

Las zonas que va desde los 40 grados sur hasta el círculo polar antártico son conocidas como los Cuarenta Rugientes y los Cincuenta Aullantes, que tienen tienen los promedios de viento más fuertes de la tierra. Las velocidades del viento generadas por las tormentas ciclónicas que viajan hacia el este en esta zona puede alcanzar los 70 nudos.

Los equipos tratarán de posicionarse frente a uno de estos frentes tormentosos que bajan velocísimos para que les catapulten hacia el este hacia el Cabo de Hornos, la punta rocosa en el extremo sur de Chile que marca el final del Océano Sur.

Además, en esta zona del planeta, la flota pasará cerca de Point Nemo -coordenadas: 48°52.6 Sur 123°23.6 Oeste- que, está a 1,670 millas (2.688 kilómetros) del punto más cercano de tierra firme; es oficialmente el lugar más remoto del planeta.

Para salir del Océano Antártico, los equipos necesitarán dirigirse al Norte para rodear el Cabo de Hornos, el punto más al Sur de tierra firme en el planeta.

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Después de dejar atrás el Cabo de Hornos, le resta a la flotas 1,900 millas aproximadamente navegando al Norte hacia Malvinas y a lo largo de la costa argentina donde, en ediciones anteriores, las borrascas han provocado importantes averías en los equipos.

En función de las previsiones meteorológicas, la alta presión de Santa Elena condiciona a los equipos que deben elegir porque lado (Oeste o Este) pasar las Islas Malvinas, antes de hacer su camino a lo largo de la costa de Uruguay y Brasil hacia el línea de meta en el estuario del río Açu en Itajaí.