El Océano Sur da un respiro a la flota en el punto Nemo y Team Brunel se pone al frente
La flota Volvo Ocean Race aprovecha un descenso en la intensidad del viento a 20-25 nudos para reagruparse antes de la llegada del próximo frente. Team Brunel lidera la carrera hacia Cabo de Hornos mientras MAPFRE lucha contrarreloj para reparar el carro de su mayor y recuperar el ritmo.
El Team Brunel de Bouwe Bekking ha optado por una ruta más septentrional en las últimas 36 horas en comparación con el grueso del pelotón, y de momento parece que ha acertado. El parte de posición de las 15:00h de este domingo muestra al barco amarillo con 24 millas de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el Dongfeng Race Team.
“Navegamos en condiciones increíbles, pero también estresantes, especialmente cuando toca trasluchar”, escribe Bekking, aún consciente de que su posición le ha permitido reducir el número de trasluchadas en comparación con la mayor parte de sus rivales. “Hemos visto intensidades de 40-45 nudos, que no es precisamente divertido. De hecho, supone navegar más bien en modo supervivencia, pero por otro lado somos conscientes de que los demás tampoco bajan el ritmo... Ni de broma. Así es cómo navegamos”.
Acecha al líder un compacto grupo de tres barcos: Dongfeng Race Team, Turn the Tide on Plastic y Vestas 11th Hour Racing, comprimidos en apenas tres millas y con intención de reducir distancias. Team AkzoNobel, el único que se colocó más al norte que el líder, navega con intención de confluir con sus rivales, pero no lo va a tener fácil para superar a los barcos que navegan más al sur.
MAPFRE, que comenzó en puestos de cabeza y lideró la etapa durante varios reportes de posición, ha ido quedándose atrás, lastrado todavía por su problema con el carro de la mayor. Mientras sus rivales han aprovechado la bajada del viento para añadir superficie vélica a sus monturas, MAPFRE navega con dos rizos y potencia reducida, un hándicap que por momentos se traduce en hasta tres nudos menos de velocidad.
“Hemos realizado una pequeña reparación para navegar con dos rizos, y ahora intentamos mejorarla para poder navegar con normalidad desde aquí y hasta el final de la etapa”, explica Pablo Arrarte. “Es difícil. Todavía estamos trabajando en ello... No hemos dado con la solución definitiva... Tenemos 20 horas hasta que vuelva a subir el viento, así que intentaremos repararlo antes”. El último reporte muestra al barco de Xabi Fernández a 41,1 millas del líder y a poco menos de 15 de la popa de Turn the Tide on Plastic.
100 millas más atrás, SHK/Scallywag ha recuperado el ritmo tras resolver sus propios problemas. El barco de David Witt sufría el sábado una trasluchada china que tumbó el barco en medio de unas durísimas condiciones de viento y mar.
“Tu reacción inicial es cumplir el procedimiento y preocuparte por la gente y por el barco”, explica el patrón australiano. “Pero una vez que lo has superado y recuperas el control del barco, te das cuenta de la enormidad del trabajo que tenemos todos los patrones en esta regata, que no es otro que garantizar el bienestar de todos los que vamos a bordo. Nos ocurrió en mitad del Océano Sur, en mitad de la noche y lo más cerca que teníamos era un satélite. Todo un baño de realidad... Pero los chicos no se rinden y se merecen un buen resultado en esta etapa. Esa es ahora nuestra responsabilidad”.
A primera hora del domingo, Team Brunel ha sido el primero en pasar Punto Nemo, el lugar más remoto de los océanos del mundo. Punto Nemo se encuentra a cerca de 1.400 millas de la costa más cercana, por lo que las personas más próximas a los tripulantes –además de sus propios rivales– son los astronautas de la Estación Espacial Internacional, que gravitan a unas 220 millas por encima de sus cabezas.
La flota de la Volvo Ocean Race ha pasado durante las últimas horas por el llamado punto Nemo, denominado así en honor al capitán del submarino de la famosa novela de Julio Verne, `20.000 leguas de viaje submarino´. La superficie terrestre habitada más cercana está a unos 2.700 km de este punto, por lo que los siete VO65 están ahora más cerca de la Estación Espacial Internacional, situada a unos 436 km, que de ningún otro lugar del planeta.
Así, navegando en el lugar más inhóspito de la Tierra, con Auckland a unas 2.700 millas en la popa e Itajaí (Brasil) a 3.700, el MAPFRE y el resto de los equipos saben que tan sólo cuentan con la asistencia de los equipos rivales en caso de necesitar ayuda. En cualquier caso, la regatista gallega Támara Echegoyen afirmaba esta mañana que “navegando con este equipo uno se siente seguro, así que da igual dónde estemos con respecto a tierra porque seguro que llegaremos sanos y salvos”.