El MAPFRE lucha contra sus rivales... y el movimiento de la quilla
La lucha por la octava etapa de la Volvo Ocean Race ya es una competición de velocidad en la que el MAPFRE tiene que manipular la quilla desde el interior del barco. 518,4 millas. El MAPFRE es el segundo barco que más distancia ha recorrido en la últimas 24 horas tras las 520,2 millas de AkzoNobel, su máximo perseguidor. Brunel sigue liderando la flota seguido a 20 millas por Dongfeng y a 33 por Turn The Tide On Plastic. Es el décimo segundo día de etapa.
Los barcos de la Volvo Ocean Race navegan con el acelerador pisado al máximo una vez instalados en las rapidísimas condiciones que les facilitan los vientos alisios del hemisferio norte.
En el parte de posiciones de las 1300 UTC, todos los barcos excepto el Sun Hung Kai / Scallywag ya estaban consiguiendo navegar más de 500 millas en 24 horas, una cifra clave que les permite sacar el máximo rendimiento de sus barcos.
El Team Brunel, de bandera holandesa, sigue liderando la etapa, ampliando su diferencia con el Dongfeng Race Team, segundo, a 20 millas, mientras que el Turn the Tide on Plastic, tercero, marcha a 33 millas del primero.
En el MAPFRE, que marcha quinto a más de 60 millas del Brunel, están luchando contra sus rivales y contra las dificultades que tienen para manejar la quilla pivotante tras la avería eléctrica que sufrieron hace unas jornadas. 300 millas al Oeste de las Barbados, el "bombero" -como llama la tripulación a las condiciones en las que el agua no para de barrer la cubierta y golpearles, como si hubiese un bombero en proa apuntándoles con una manguera- ha vuelto al MAPFRE. El agua invade la cubierta y rompe en el barco mientras el acelerador no baja con unos alisios que un día más empujan con fuerza a una flota que mantiene sus velocidades por encima de los 20 nudos.
“Por un lado estamos teniendo suerte porque estamos teniendo vientos medios-fuertes de entre 18 y 20 nudos pero es verdad que está resultando complicado recortar distancias porque todos los barcos tenemos más o menos las mismas condiciones” declara desde a bordo la gallega Támara Echegoyen. “Sí, hay cierta variabilidad porque hay bastantes roles pero no es fácil, todos los barcos están más o menos en la misma línea”.
Desde el MAPFRE, que conserva un día más la quinta posición y no se descuelga de la flota, reconocen que no es fácil mantenerse conectado a ella, aunque Vestas está relativamente cerca, a poco más de 20 millas. “Hay que seguir navegando estos vientos Alisios lo más rápido que podamos y perder lo menos posible para que cuando ellos salgan de los Alisios a la alta presión de Bermuda poder pillarles al máximo”, apunta el vasco Xabi Fernández.
El patrón del MAPFRE ha hecho hoy un breve balance de los obstáculos de la etapa hasta el momento y cómo se encuentran de cara a la línea de llegada en Newport, a menos de 2.000 millas ya. “Al final de la etapa también hay que pasar un frente y llegar a Newport con poco viento, así que habrá ciertas oportunidades pero obviamente no estamos en la mejor situación ahora mismo. En esta regata estamos viendo lo difícil que es ganar una posición o una etapa con todo perfecto, y cuando tienes problemas siempre es más difícil”.
Si bien no es una novedad, el equipo español tiene su mayor hándicap en el hecho de no poder mover la quilla normalmente, el cual implica dos problemas principales explicados por Xabi: “Uno es que la quilla se mueve más lenta en comparación a cuando el motor va funcionando, y el segundo es que no sabemos exactamente dónde está”.
Xabi Fernández explicaba los detalles de este contratiempo. "Ahora mismo el mayor problema que tenemos sobre la quilla son dos: uno es que la velocidad va lenta en comparación con cuando el motor va funcionando y segundo que no sabemos exactamente dónde está. Cuando ya empiezas a hilar fino y a navegar lo mejor posible es muy importante saber dónde está la quilla en todo momento e ir trimando como si fuera una vela o cualquier otra parte del barco".
El patrón analiza su impacto en la maniobra. "A parte de todo eso, en cada maniobra por lo menos una persona tiene que estar abajo accionando la quilla manualmente ya que desde cubierta no funciona ningún mando. Es obvio que no ayuda y es muy posible que si la cosa se comprime al final pueda jugar un poco en nuestra contra pero una vez más es lo que tenemos. Creo que después del problema eléctrico que tuvimos no nos podemos quejar de poder navegar el barco al cien por cien".
Con unas diferencias tan pequeñas, los navegantes saben que no tienen margen de error. "Los ánimos estan muy alyos. Tenemos la sensación de que cuanto más llevamos en esta regata, más sentimos que podemos hacerlo", dijo el patrón de Dongfeng, Charles Caudrelier. "Sin embargo, la presión también está aumentando". Lo que está en juego es lo máximo y sabemos que ya no podemos darnos el lujo de cometer errores".
Con tan poca diferencia entre los equipos en esta etapa de la etapa, las millas se ganan o se pierden por los menores detalles: un ligero ajuste a una vela o una pequeña modificación en el ángulo de navegación se convierten en factores cruciales.