Entre bambalinas, con Antonio Piris
Completado el primer día de entrenamiento oficial en Cardiff, en el que el MAPFRE ha sido segundo, el equipo de tierra ha pasado el testigo a la tripulación entregándole un barco listo para la ProAm de mañana, la costera del viernes y la salida del domingo. Bajo la batuta del cántabro Antonio Piris trabaja el equipo de tierra y con él hemos hablado.
Cardiff (Gales), 6 de junio de 2018
‘Talpi’ es su sobrenombre y se lo debe al almirante Jaime Rodríguez-Toubes. Corría el año 1986 y tras completar la instrucción en Ferrol, Antonio Piris tenía que cambiar de zona marítima a Baleares. Allí le esperaba el almirante, pero pasó el día y faltaba ‘un TAL PIris’. Pasó otro día y no estaba ‘el TAL PIris’. Y otro más, y sin rastro del ‘TAL PIris’… Y así fue que cuando por fin llegó ya era ‘Talpi’. “No era fácil ir de Ferrol a Palma en aquel entonces, se lió y al final fue una odisea que me llevó como unos dos o tres días. A partir de ahí Rodríguez-Toubes me puso Talpi”.
Santanderino de 54 años, es de sobra conocido en el mundo de la vela pero por si acaso aquí van unos datos: dos Volvo Ocean Race como regatista y esta como jefe de tierra, tres Copa América, una vuelta al mundo a dos sin escalas, dos victorias en la famosa Fastnet Race, seis en la Copa del Rey MAPFRE… Ya no hay dudas.
Además de navegar, a lo largo de sus más de 40 años vinculado a este deporte, se ha especializado en la construcción y puesta a punto de barcos “supongo que por eso decidieron llamarme para este proyecto, porque sé más o menos de todo. No sé mucho de nada pero un poco de todo”, dice entre risas.
Hacía 10 años que no estaba involucrado en la Volvo Ocean Race, antes como regatista ahora como jefe de tierra de un equipo que lucha por lograr una victoria que, a falta de dos etapas, va a estar muy peleada pero que está a su alcance. ¿10 años son tiempo suficiente como para ver grandes cambios tecnológicos en la flota? ¿Los cambios en los barcos son para navegar más competitivamente o para facilitar la vida a los que navegan? “Yo no conocí los VO70, que eran máquinas un poco más serias, hasta me daban miedo, que las veías y decías ‘Uf, esto es un poco inhumano’. Había velocidades y cargas muy importantes, un auténtico barco de regata pero inhumano”.
“Con respecto a lo que yo hice, que eran barcos de 60 pies, los de ahora son muy rápidos porque tienen quilla pivotante y es un barco más ligero, estable y por consiguiente mucho más rápido. A nivel de trabajo en cubierta y navegación física, ha habido desarrollo en cuanto a las velas que son enrollables, los locks en las drizas.... Antes para izar las velas teníamos que desplegar y luego subir al mástil a bloquear las drizas así que siempre que había un cambio de vela había después uno que subía al palo. Y luego teníamos que plegar la vela que se había arriado, enlanarla o meterla en un calcetín o lo que sea. Ahora hay más rapidez, menos velas… es distinto”.
En 1998, su último año en la ‘Volvo’, formó parte de la tripulación del americano Chessie Racing y ahora del MAPFRE, en el que más del 70% de sus miembros don españoles.
“En España hay buena cantera. Palma siempre ha sido un buen centro neurálgico en el cual pasan todo tipo de barcos, y barcos grandes, todo el mundo se conoce, no es difícil llegar a un buen nivel. Además las comunicaciones son ahora más sencillas. Antes, ni teléfonos móviles, ni correo electrónico ni nada. Ahora hay acceso a mucha información, las fronteras se van cayendo. La gente se comunica más, habla inglés… El que quiere y realmente está apasionado por hacerlo lo demuestra y la actitud es básicamente la que te va a llevar hasta el final. Ahora no hace falta que haya un equipo español para ver españoles en una competición como por ejemplo esta. Si no lo hay, habrá gente española igualmente”.
Entre todos los cambios está también el que se navegue en barcos monotipo, es decir, barcos iguales, ¿pero puede haber realmente dos barcos exactamente iguales? ¿Es posible? No vacila en su respuesta.
“Sí. Obviamente la perfección en la construcción o cualquier cosa no existe pero lo más importante son los números grandes: todo el mundo tiene las mismas velas, los barcos pesan lo mismo, al que ha salido más ligero se le ha añadido peso, al que ha salido más pesado se le ha quitado, los palos se han pesado… Y luego lo estamos viendo que una etapa la gana uno, otro vence en otra, el que comete un fallo se queda atrás…”.
Parece entonces que no hay mucho margen de mejora en los monotipos más allá de pequeños detalles, detalles ante los que una, nada experta técnica en la materia, no sabe si son importantes a nivel de rendimiento o más bien a nivel mental y de confianza
“Mira, has dado en el clavo. Lo uno va con lo otro. Si a los tripulantes les hace estar más contentos y les da tranquilidad tener algo como ellos quieren la labor del equipo de tierra es hacer todo lo posible para que estén tranquilos y contentos”.
Pues que así sea.