El técnico de piragüismo Miguel Gallo ha querido romper un silencio de más de un año
El técnico de piragüismo Miguel Gallo ha querido romper un silencio de más de un año al considerar que el rumbo que estaba tomando la Federación Española de Piragüismo está siendo muy peligroso.
Gallo fue cesado de su cargo de director técnico de la Federación Española hace algo más de un año, poco tiempo después de la llegada de la nueva directiva encabezada por Juan José Román Mangas.
El gijonés presentó a los nuevos responsables federativos un ambicioso proyecto de trabajo que finalmente no fue aceptado, lo que motivó su cese en el cargo. «Entregué al presidente un amplio dossier con un plan de trabajo dividido en tres apartados: uno destinado a los centros de tecnificación, otro al equipo nacional y un tercero a la lucha contra el dopaje», indica Miguel Gallo. «Este plan trataba de aprovechar la situación que vivía el piragüismo en aquellos momentos, con tres medallas olímpicas, un gran número de patrocinadores y dinero en caja, pero este programa de trabajo no fue aceptado», reconoce. Su cese fue argumentado por la «necesidad de hacer cambios».
Según Gallo, «apenas un año después se han perdido muchos patrocinadores, la Federación acumula deudas que han obligado a solicitar un crédito y se han suspendido muchas pruebas, especialmente en las categorías inferiores, e incluso el Consejo Superior de Deportes ha pedido un plan de viabilidad para tratar de revertir esta situación».
Con todo, Gallo considera que «en estos momentos España tiene el mejor equipo de todos los tiempos, comparable a los que lograron medallas en los Juegos Olímpicos de Moscú y Montreal». Un equipo que, a juicio del técnico asturiano, «tiene opciones a sumar hasta cinco medallas en Londres 2012». Es más, Gallo no tiene problemas en señalar quienes están en disposición de luchar por los metales: «David Cal en el C-1 mil metros, ya que sigue estando en la élite, lo mismo que Craviotto y Perucho en K-2 200 metros. La tercera medalla posible es la del K-4 femenino, ya que tras dos quintos puestos es el momento de subir al podio y, siendo ambicioso y arriesgando un poco sería que Craviotto doblase e hiciese también el K-1 200 metros. Por último, la quinta medalla sería para la pareja Hernanz y Cosgaya, que son dos de los mejores mediofondistas del momento y a los que se les privó de estar en los anteriores Juegos por una absurda normativa». Según su opinión, el objetivo debe de ser «mejorar los resultados de Pekín».
Según Miguel Gallo, en su plan de trabajo quería «aprovechar los recursos económicos existentes en aquellos momentos para establecer sendos fondos de 300.000 y 400.000 euros, respectivamente, destinados, el primero a subvencionar el 50 por ciento de la compra de material a técnicos y clubes y, el segundo, para ayudar a los clubes a que puedan pagar mejor a sus técnicos, ayudas que en un par de años esperaba que pudiesen recibir los 40 primeros clubes de la Liga Nacional».
Publicado en La Nueva España