Portada ›› Piragüismo ›› Competición ›› Palmás y Sánchez reinan en el Miño

Palmás y Sánchez reinan en el Miño

La pareja del Piragüismo Vilaboa se impone en el Descenso Internacional y confirman su gran estado de forma

Antonio Palmás y Brais Sánchez se proclamaron ganadores del Descenso Internacional del Miño demostrando que se encuentran en un magnífico estado de forma en este final de temporada. Fueron los primeros en llegar a la meta ubicada en Tui después de recorrer los 17 kilómetros que separan Salvaterra de Tui. Fueron los mejores en K-2, mientras Iván Alonso y Noelia Moledo se impusieron en K-1 . En K-2 femenino, Carla Pérez Coya y Fátima Porteiro fueron las mejores. Por su parte, Manuel Mosquera y Raquel Rodríguez ganaron en C-1. Óscar Graña y Daniel Costa triunfaron en C-2. El Club de Mar Ría de Aldán logró la victoria por clubes por delante del Ponte da Lima y el Kayak Tudense, que perdió el reinado en su río y en su prueba. Importantes ausencias lastraron a los de Tui en la prueba más importante del calendario.

Antonio Palmás y Brais Sánchez, del Club Piragüismo Vilaboa, demostraron encontrarse en un gran momento de forma. Lo demostraron hace pocos días con su tercer lugar en el Descenso Intrenacional del Sella y partieron desde Salvaterra de Miño con el cartel de favoritos dadas algunas ausencias como las de los palistas que se encuentran en Milán para participar la próxima semana en el Mundial.

Diseñaron una táctica conservadora al comienzo, sin cometer errores. Después impusieron su calidad y fortaleza. En el tramo final de la regata dejaron atrás a todos sus adversarios con una gran solvencia. Fueron los ganadores indiscutibles. Santiago Cruz y Jaime Dobarro, del Pontecesures, fueron los segundos en K-2.

El segundo en llegar a Tui fue Iván Alonso en K-1. Triunfo en su modalidad y se resarció del error que cometió el año pasado y que le impidió luchar por la victoria. Dosificó su esfuerzo, tampoco arriesgó al inició y cumplió el guión previsto. Se mantuvo en un gran grupo y vigiló a Diego Piña, su compañero de equipo. En el tramo final se rompió ese grupo y Diego Piña se quedó rezagado. Iván Alonso entró solo en la línea de llegada y también cumplió con el pronóstico que le colocaba como favorito. Durante un tramo de la regata incluso estuvo peleando por el triunfo absoluto aunque tuvo que ceder ante el empuje de Palmás y Sánchez.

En el K-1 femenino, la victoria fue para Noelia Moledo, del Ría de Aldán, fue la mejor. Superó a Andrea Fátima Porteiro, del Kayak Tudense.

David Mosquera Lendoiro, del Ría de Betanzos, y Raquel Rodríguez, fueron los mejores canoistas en la modalidad individual. En C-2, Óscar Graña y Daniel, del Kayak Tudense, fueron los que lograron la victoria. Atravesaron por algún problema, pero al final lograron su objetivo.

En el K-2 femenino, en Carla Pérez Coya y Valeria Romero, del Kayak Tudense, mostraron su superioridad sobre sus rivales. Llegaron con una amplia ventaja a la meta e hicieron valer el pronóstico que las señalaba como favoritas al triunfo final.

En la clasificación por clubes, el Club de Mar Ría de Aldán se llevó la victoria con un escaso margen de diferencia sobre el Ponte de Lima. Los portugueses eran los grandes favoritos al triunfo final. El tercero en la clasificación fue el Kayak Tudense y cuarto, tras una gran actuación general, se situó el Ciudad de Pontevedra.

En el Descenso Miño participaron 641 palistas en representación de 46 clubes. Se notó la presencia de conjuntos portugueses y también de otros lugares de España, como Mallorca o Andalucía, lo que demuestra la fuerza que ha cogido la prueba que a mediados del mes de agosto convierte el río Miño en la gran fiesta de la piragua.

En la edición de ayer uno de los grandes inconvenientes que se encontraron los palistas fue el mal tiempo (que fue a peor a medida que pasaba la prueba) y que complicó el trabajo de los deportistas que en algunos momentos del descenso pelearon con el viento en contra. Eso les obligó a medir más los esfuerzos para no pagarlo en los últimos metros de regata. El público, eso sí, aguantó de forma estoica la tarde desagradable que acompañó la competición.