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Finaliza la primera campaña arqueológica en un barco del s. XVIII en el Ebro

El Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) ha finalizado la primera de las cuatro campañas arqueológicas que quiere realizar en un barco del siglo XVIII que se hundió en la desembocadura del Ebro y que se cree que conforma uno de los yacimientos mejor conservados de Cataluña.

Un equipo de expertos ha trabajado en los dos últimos meses en 100 metros lineales a partir de la popa del barco, del que se cree que en su momento tenía una altura de entre 14 o 15 metros, lo que equivale a un edificio actual de cinco plantas.

El director del CASC, Xavier Nieto, ha explicado hoy que se confirma que se está ante un barco muy bien conservado, uno de los mejores de Cataluña, lo que evidencia también que entre los siglos XVI y XVIII los barcos eran "la mejor máquina jamás construida por los hombres".

El CASC ha finalizado la primera de las excavaciones pero quiere realizar tres más, hasta el año 2012, para estudiar e investigar el resto del barco con el objetivo de resolver las incógnitas que han quedado pendientes.

Entre las piezas que se han rescatado en esta primera actuación destaca el timón de la nave, de 9,60 metros y que Nieto considera que sería una pieza codiciada "por cualquier museo naval del mundo".

También se ha encontrado un calibrador de cañones franceses e ingleses, que también permitía calcular las inclinaciones a las que se tiraban las balas, o monedas con el nombre de la reina Catalina II de Rusia.

Entre las incógnitas existentes está cual era la nacionalidad del barco. Por el momento, se cree que formaba parte de una flota de coalición siciliana, española y británica que había salido del puerto de Alicante para bombardear la ciudad de Tarragona y liberarla del dominio de los franceses durante la Guerra del Francés.

Los expertos que han trabajado en el barco tienen la hipótesis que la flota embarrancó en verano del año 1813 ante la desembocadura del Ebro cuando regresaba de bombardear Tarragona.

En total, embarrancaron trece barcos, de los que cinco se hundieron. Uno de ellos puede ser el barco que ahora se está estudiando y cuyos restos, casi intactos, fueron descubiertos el verano del año 2008 por el pescador de Deltebre Carlos Somolinos cuando se sumergió para liberar las redes de pesca que se habían enganchado en el casco de la nave.