Científicos asturianos investigan el ADN de la trucha

Un equipo del Servicio de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón ha tomado muestras de las aletas de truchas autóctonas del curso alto del río Guadalaviar en Tramacastilla (Teruel) para investigar el ADN de la variedad mediterránea de esta especie.
El objetivo del muestreo, que también se lleva a cabo en otros cursos fluviales aragoneses, es la localización de tramos de río donde todavía queden estas truchas con vistas a conservar la diversidad de esta especie, ya que las de repoblación son de tipo atlántico y tienen una genética diferente.
El responsable de este estudio, que desde 1997 lleva a cabo el Servicio de Medio Natural de la Diputación General de Aragón, es el veterinario Michel Villalta, quien también trabajo en análisis de ADN del bucardo.
En el estudio realizado hasta el momento, informó Villalta, hay zonas con trucha autóctona de variedades mediterráneas en los ríos Isábena y Erista en la provincia de Huesca, en el Isuela y el Huecha en Zaragoza y en Teruel en los ríos Pancrudo, a su paso por la zona de Lechago, en el Guadalaviar, y en el Guadalope, por la zona de Pitarque.
Abutardo atlántico
La trucha autóctona de genética mediterránea, explicó Villalta, está en riesgo de extinción ya que las repoblaciones se llevan a cabo con trucha de genética atlántica que se logró 'domesticar' hace más de un siglo.
En cambio, el problema para la trucha mediterránea es que los intentos de 'domesticarla' intentando la cría en el Monasterio de Piedra han fracasado porque no come el pienso de piscifactoría.
Para el experto, una vez localizados los tramos de río donde todavía se conserva la trucha autóctona de variedades mediterráneas se deberían acotar y prohibir la pesca para que se recuperasen por sí solas. Los estudios de Asturias, Aragón, Madrid y Cataluña, según manifestó Villalta, se plantearán ante la Unión Europea un proyecto conjunto para su financiación.