Más problemas para llevar a cabo la estrategia del salmón para 2010 en el Principado de Asturias
Las asociaciones de la Guardia Civil recelan del plan contra la pesca furtiva del salmón. Vigilar las 24 horas lo ríos asturianos por tierra, mar y aire resultará imposible
A Ramón Rodríguez, de la Unión de Guardias Civiles (UGC), "la música le suena bien, pero no le salen los números"
Para Alberto García LLana, de la Asociación Unificada de G. Civiles (AUGC), "la declaración de intenciones de las autoridades se quedará en eso, porque con 55 miembros en el Seprona y sin anuncio de refuerzo, poco se puede hacer"
La Guardia Civil «hará lo que pueda» para luchar contra la pesca furtiva del salmón «con los escasos medios de los que dispone» el cuerpo. Así de escépticas se muestran las asociaciones de agentes de la Guardia Civil ante el encargo de vigilar intensiva y permanentemente los cauces salmoneros asturianos. Las asociaciones cuestionan la eficacia de las estrategias anunciadas por la Delegación del Gobierno y el Principado para hacer frente al descenso en las capturas de salmones haciendo uso de «todos los medios de la Guardia Civil» y controlando los ríos «24 horas al día siete días a la semana» por tierra, mar y aire.
A Ramón Rodríguez, de la Unión de Guardias Civiles (UGC), la música le suena bien, pero no le salen los números. Oye hablar de utilizar el helicóptero, la unidad canina, la agrupación de tráfico y el servicio marítimo y, después de sumar, no acaba de ver «de dónde van a salir tantos agentes» y tanto tiempo dedicado al salmón, teniendo en cuenta la precariedad en la que vive el cuerpo en Asturias, el orden de prioridades y el volumen de trabajo de todas esas unidades, denuncian. Rodríguez alerta de las limitaciones de la plantilla y da por cierto que «no vamos a descuidar las carreteras o la seguridad ciudadana para atender a los salmones». O para vigilar con la dedicación que se les pide, continúa, el furtivismo, la comercialización ilegal o el precintado de las piezas.
Alberto García Llana, delegado en Asturias de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), añade que la escasez de agentes es en el Principado particularmente grave en el Seprona, la unidad a la que competería más directamente esa vigilancia a pie de río por tratarse de «la más preparada y con mejor material». Pero los 55 agentes con los que cuenta no son suficientes, apunta, y como quiera que «de momento no hay planes de refuerzo» vaticina que «la declaración de intenciones» de las autoridades «se va a quedar en poco más que en eso, al menos en lo que respecta a la Guardia Civil. Vamos a poder hacer bien poco, porque tenemos pocos efectivos y los especializados son menos todavía».
Dicho con sus cifras, hay dotaciones del Seprona «al 50 por ciento del personal que deberían tener». Y si el refuerzo se hace «con agentes que ya están en el cuerpo», las asociaciones se preguntan qué hay que dejar de hacer para poner un ojo en el río durante 24 horas todos los días. Si el Seprona «se va a centrar en vigilar los ríos», pone por ejemplo García Llana, «a lo mejor van a dejar de proteger el oso o el urogallo. De cara a la foto, el anuncio queda muy bien, pero la cruda realidad dice que no hay para tanto, que no se pueden dedicar muchos esfuerzos a eso porque hay un déficit de medios muy importante». Y no sólo en el Seprona: «El litoral asturiano es muy grande y la Guardia Civil del Mar tiene sólo una patrullera; el helicóptero podrá echar un vistazo a los ríos si no tiene otra cosa que hacer, pero no podrá centrar sus horas de vuelo en eso».
Son incógnitas para ser despejadas en las reuniones informativas que el Principado y la Delegación del Gobierno han anunciado con los servicios implicados. Las dos administraciones hacen votos por la coordinación entre sus fuerzas para aportar «un plus» de eficacia, afirmó en su día el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, para quien «podemos poner en marcha por primera vez controles mixtos en los que participen la Guardia Civil y técnicos del Principado».
El recorte
El proyecto del Principado para atajar la drástica caída en las capturas de salmones impone serias restricciones en la normativa de la próxima temporada. Se propone reducir la temporada en dos meses -comenzaría el 15 de mayo y finalizaría el 15 de julio- y los días hábiles de pesca con cebo, que pasarían en total de 130 a 10. Del 15 de mayo al 15 de junio sólo se admitirían todos los cebos los sábados y domingos; del 15 de junio al 15 de julio, sólo se permitiría la pesca con mosca. Habría dos días de descanso a la semana, lunes y jueves, y se establecería un cupo máximo de tres salmones por pescador y año.
El control
El pasado día 28 de septiembre, el Principado y la Delegación del Gobierno anunciaron un plan de vigilancia de los ríos para que éstos estuviesen controlados «24 horas al día siete días a la semana» coordinando los medios de la Guardia Civil con los de la guardería. En concreto, se precisó que se utilizarían «todos los servicios de la Guardia Civil», 120 agentes encuadrados en el Seprona y las unidades aérea, marítima y canina.