Los barcos de recreo de la cornisa cantábrica comienzan la campaña del bonito
Esta pesca, regulada y vigilada, tiene gran solera en los puertos del cantábrico durante todo el verano
Llega el Carmen, mitad de julio. En cuanto se alcanzan estas fechas y lo permite el parte meteorológico, un buen número de embarcaciones de recreo se adentra en la mar para pescar bonito. No puede hablarse de flota porque al fin y al cabo, cada cual navega a su antojo, pero se calcula que en Cantabria más de medio centenar de embarcaciones son habituales practicantes de esta actividad, a mitad de camino entre tradición, rito y deporte.
Son fechas para que el bonito se deje ver ya por estas aguas. Quizá aún un poco justo y más si, como parece, estos peces no acaban por decidirse a entrar en masa al Cantábrico. Pero en esta época, para muchos ya vacacional y vísperas de la festividad del Carmen, tradicional excusa para las primeras marmitadas, se suceden las salidas y se capturan los primeros bonitos.
Generalmente realizan una navegación de unas cuatro horas a una distancia de entre 30 y 40 millas de la costa, hasta la 'raya' de los 40º de latitud. Es el límite donde suelen fijar su destino y donde despliegan sus cañas mediante la técnica conocida como cacea o curricán, que es la más tradicional y deportiva.
Cinco piezas por licencia
Es pronto para las salidas en masa de estos barcos desde puertos como los de Santander, Laredo y Castro Urdiales. Es agosto el mes por excelencia para estas incursiones. Porque, además se les encuentra más cerca de la costa. Pero entre los propietarios y amigos de estas embarcaciones de recreo está extendida la voz de que ya ha aparecido el bonito. Y nadie quiere ser el último en encontrarlo. Tanto que estos días, incluso de jornadas laborales, proliferan las salidas.
Los pescadores profesionales, los que viven de la mar, no dejan de ver con cierto recelo esta actividad. Aunque la pesca marítima de recreo está regulada por Real Decreto, el último de marzo pasado, en el que se fijan desde las condiciones hasta las capturas por ser el bonito una especie protegida -un máximo de cinco piezas por licencia y 20 por barco y día- entienden que muchas veces estos pescadores deportivos superan esos cupos. No obstante, nunca es competencia porque, además de tener r prohibida la venta, las capturas de estos barcos de recreo no esquilman los bancos de bonito. De todos modos, la Guardia Civil del Mar se encarga de vigilar y controlar a rajatabla que esta pesca de recreo no se desmande.
Fuente: El Diario Montañes