Cantabria: El Besaya vuelve a ser morada de salmones
Hacía décadas que el pez no remontaba y colonizaba este río. Fuentes de la Consejería de Ganadería reconocieron que este año se han visto muchos más salmones en los cursos de agua de la región, «incluso en el Besaya»
El Saja-Besaya ha recuperado a uno de sus ancestrales moradores. El salmón vuelve a reconquistar muchas décadas después un río del que le expulsó la industrialización, presión humana y los vertidos que se arrojaron sin depurar. Los trabajos desde la Dirección de Montes por reintroducir este pez en el río han dado sus frutos, y por fin se ha detectado la presencia voluntaria de salmones remontando sus aguas camino de sus frezaderos. Este año se han visto muchos más salmones en los cursos de agua de la región, «incluso en el Besaya» según reconocen fuentes de la Consejería.
Los ríos cántabros han recibido muchos más ejemplares que años anteriores. No hay cifras, hasta que dentro de unas semanas los guardas concluyan el recuento de frezas. Pero este año se ha detectado la presencia de muchas mas piezas que en años anteriores. Quizá el doble de lo que pudiera considerarse normal. Entre cuatrocientas y quinientas parejas en todos los ríos de la región. Incluso en algunos ríos donde poco menos que se daba por desaparecido, como en el Saja-Besaya.
Existen datos que hablan de que a finales de la década de los veinte del siglo pasado ya se realizaban repoblaciones de salmón en el Saja-Besaya. Que en 1927, por ejemplo, se repobló el Saja con cuarenta mil crías de salmón y sesenta mil al año siguiente. Cifras que, por entonces, ya hablan de la precariedad de la especie en aquella época y de que los sucesivos intentos por reintroducir este pez toparon años más tarde con la contaminación y los vertidos. Y es que el salmón es considerado como un medidor de la calidad ambiental de las aguas de los ríos.
Que el salmón vuelva a remontar ese tramo común y reconquiste el río de Torrelavega para arriba no deja de ser una buena noticia desde todos los puntos de vista. pero principalmente del medioambiental y piscícola.
Abundancia en los ríos Asón, Pas, Deva y Nansa, los más famosos y con caché nacional por la abundancia de piezas que dieron en su día, aunque algunos, como el Asón hayan quedado muy disminuidos. No obstante se estima que este año el río tenga bajo sus aguas un centenar de parejas, y que en el Pas haya otras tantas.
Las razones, sin embargo, de que este año se haya observado tal abundancia de piezas no tiene respuesta. «La especie tiene ‘picos’ de entradas, años buenos y años malos», señalan desde la Consejería, «aunque, por desgracia, los malos son muchos más que los buenos». Tampoco tiene nada que ver la cantidad de agua que baje por el río. De hecho, lo que va de invierno puede considerarse escasa de precipitaciones, pero los salmones entran igual. «Otra cosas es que puedan avanzar más o menos por el río en función de los caudales», señalan desde Ganadería.
Los salmones que se están viendo desovar ahora entraron a los ríos en julio, agosto a más tardar. Se trata de los alevines que nacieron aquí y regresan como adultos a sus nacederos para la puesta tras cumplir su ciclo vital por el Atlántico.
Pero pese a la abundancia que se observa en los ríos, no dejará de haber cupos de capturas para la próxima campaña. Un centenar: 40 en el Pas, 25 en el Asón, 15 en el Nansa y 20 en el Deva. «Se establecen las cuotas para que los años buenos en cuanto a número de ejemplares, como el pasado y se supone que lo será 2012, compensen los años malos que se suceden cada vez más», explican fuentes de Ganadería.