La Junta prohíbe pescar con barca en los embalses de Sanabria y Carballeda
Los afectados calculan que la restricción, publicada 48 horas antes de que se abra la temporada, perjudica a dos mil aficionados
A 48 horas de la apertura de la temporada de pesca, los aficionados conocieron ayer, a través del Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl), el anuncio de la prohibición con barca en los embalses del curso medio del río Tera entre Agavanzal y Cernadilla. Sólo está permitida la pesca en barca en el embalse de Ricobayo.
Pescadores como Dante Serra, vecino de Palacios y uno de los poseedores de la licencia de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para usar la barca, se enteraron de la prohibición el jueves en el mostrador de la Delegación Territorial de la Junta, cuando fue a sacar un permiso y se encontró con la solicitud denegada. Ayer, en el mostrador de la obtención de licencias, los funcionarios daban explicaciones de la orden del boletín por teléfono y a todo aquel que personalmente se acercaba a consultar la situación. La incredulidad se zanjaba con una fotocopia de la publicación oficial.
Dante Serra recorre los embalses desde hace seis o siete años, el número de la licencia que le concesió la CHD era el 71. Afirma que la medida de la Junta de Castilla y León afecta a bastantes pescadores que, como él, se vienen desplazando habitualmente a los embalses de Agavanzal, Valparaíso, Cernadilla, en los que se pescan truchas, barbos, carpas y trencas, fundamentalmente.
El coste de la licencia de embarcación ronda los 21 euros al año, más los 167 euros de seguro que exige a la Confederación Hidrográfica del Duero. La autorización de pesca en barca ronda los 22 euros.
De varias provincias
Con la apertura de la veda, numerosas barcas surcan el embalse. «Vienen de Zamora, de Valladolid, del País Vasco. Hay gente que ha invertido un dineral para poder pescar. Si no dejan, es absurdo», señala Dante , quien recalca que «éste es el único país del mundo donde se prohíbe pescar en un embalse». Este vecino de Palacios de Sanabria calcula que habrá unos dos mil aficionados afectados por la medida, aunque el número de embarcaciones es muy inferior.
Isidro Rodríguez, ex alcalde de Otero de Bodas, es otro de los pescadores sorprendidos por la restrucción. Con la fotocopia del boletín en la mano, no ocultaba su perplejidad: «Podían haber sacado la prohibición el mismo domingo y haber colocado a todo el Seprona allí, y así nos enganchaban a todos, porque nadie se ha enterado», ironiza.
El delegado de la organización COAG, José Manuel Soto, ya se pronunció en la junta rectora sobre esta medida, «que no entendemos a qué viene». La organización agraria emprenderá acciones de movilización contra esta nueva prohibición.
En la zona de Villardeciervos, «había reservas para venir a pescar en barca en Semana Santa y ahora no podrán», indicó José Manuel Soto, que advirtió del perjuicio económico que la decisión de la Administración regional acarreará para la economía de esta zona, que ha sido una de las promotoras en el turismo de pesca en embarcación.
«Hemos pedido la repoblación con truchas y se niegan. Alguien nos ha matado las truchas en Valparaíso y pedimos que nos autoricen a los pueblos del entorno para echarlas, y también se nos niega», se lamentó Soto», quien calificó de «prepotencia» emitir la resolución a dos días de la apertura de la veda.