Galicia: La escasez de trucha fue la tónica general durante la jornada de pesca de San José
En los cotos de los ríos Anllóns y Xallas se han delimitado zonas para realizar capturas sin muerte. La festividad del Día del Padre y el buen tiempo de la jornada de ayer animaron a los aficionados gallegos a salir a la captura de la trucha. Sin embargo, las sensaciones de la gran mayoría fueron bastante negativas debido a la escasez de capturas.
Aunque el día amaneció frío, con algunos rastros de la helada nocturna en riberas como las del Anllóns, enseguida empezó a brillar el sol, lo que mejoró mucho las condiciones para la práctica de este deporte.
De todos modos, los comentarios de ayer en las márgenes de los ríos eran de decepción por la baja cantidad de capturas. La entrada del tiempo primaveral de estos últimos días no ha calentado lo suficiente el agua como para que las truchas se dejen ver con facilidad, y mucho menos para que piquen en los cebos que les ofrecen los pescadores.
Paradójicamente, pese a las intensas lluvias caídas durante los últimos meses, los aficionados también inciden en el escaso caudal de algunos ríos, lo que todavía viene a empeorar las condiciones para realizar capturas.
También la cantidad de pescadores que se decidieron a salir ayer fue sensiblemente inferior a la de años anteriores por las mismas fechas, según comentaron algunos aficionados muy experimentados. Donde más se notó el descenso fue en los cotos, donde el número de permisos que se emiten por jornada es también más bajo que en otras temporadas.
Los más de 220 asociados de la Venatoria de Bergantiños han llegado a un acuerdo para establecer una zona de pesca sin muerte en el río Anllóns que va desde el cementerio de Bértoa hasta el Muíño do Quinto, en Carballo. Aunque en un principio se pretendía establecer un área mayor, algunos aficionados se negaron debido a que, al tener vedados ya varios kilómetros del coto, la zona para realizar capturas quedaba muy restringida.Esta modalidad también se ha instaurado en el coto de los ríos Xallas y Beba, que discurren por los concellos de Mazaricos y Dumbría. Son nueve kilómetros que van desde el puente de A Pontenova hasta el Encoro de A Fervenza. Esta zona, una de las más apreciadas por los aficionados, ha vuelto a abrirse a la pesca este año después del desastre ecológico del 2007, en el que murieron miles de ejemplares por no respetar las caudales mínimos de agua en los embalses.