Memorias de un marino

Tras publicar el libro «Los barcos de Pérez y Cía», galardonado con el diploma de honor de los premios 'Virgen del Carmen' en 2001, Ricardo Álvarez Blanco ha editado '19 mercantes y un destructor', una memoria profusamente ilustrada de sus largos años en la mar.

Nacido en Santander en 1935, en 1950 ingresó en la Escuela de Náutica. Desde entonces, su vida ha estado íntimamente ligada al mar. Tras 18 años como agregado, marinero o piloto, su vocación, su trayectoria y sus navegaciones le llevaron a trabajar en tierra como ayudante del capitán inspector de Naviera Asón S.A. Un mes y medio después volvió a repetir mando en un barco por una emergencia y poco después fue nombrado capitán inspector de la naviera. En febrero de 2003, como reconocimiento a una vida dedicada al mar, fue condecorado con la Cruz del Mérito Naval.

Como él mismo apunta, «'19 mercantes y un destructor' podría haber sido el titular de primera plana de un periódico el fatídico mes de junio de 1942 en el que, según datos del Almirantazgo inglés, fueron hundidos 144 buques de los paises aliados por submarinos del Eje formado por Alemania, Italia y Japón». Sin embargo, este título no es más que una coincidencia ya que '19 mercantes y un destructor' es el título con el que Ricardo Álvarez Blanco narra sus historias, semejantes a las que podría contar cualquiera de sus compañeros de profesión, compatriotas y navegantes de los años cincuenta y sesenta en barcos parecidos, eso sí, en tiempos de paz.

En cualquier caso, si el titular es una mera hipótesis, el título del libro es riguroso pues fueron exactamente esos los barcos en los que navegó o permaneció el autor del libro como agregado, piloto, marinero de la Armada y capitán de la Marina Mercante durante los más de quince años transcurridos desde su iniciación hasta su promoción a inspector y cargos posteriores en un importante grupo español de empresas navieras.

Experiencia personal

El libro surge para cubrir un capítulo abandonado por la historia, una historia con mayúsculas que apenas habla de los más de 50.000 marinos mercantes españoles que, como promedio, navegaron en buques españoles y extranjeros, al menos durante los tres lustros en los que formó parte de ellos el escritor.

A lo largo de las cerca de 500 páginas con numerosas fotografías del libro, el lector podrá sumergirse en las vivencias propias de aquellos barcos.

Estas experiencias se ven apoyadas por los numerosos documentos y material gráfico de gran calidad. Gracias a esto, la obra se convierte en un importante documento informativo sobre la vida de los marinos de la flota mercante española.

La decisión de reducir el ámbito de estudio y narración a 20 barcos permite al autor dar detalles minuciosos de aquellas realidades vividas y compartidas, detalles generalmente ausentes de las obras enfocadas a espacios más amplios de la historia aunque, sin duda, forman una parte muy importante de ella.

El libro aporta además un epílogo sobre los últimos y más modernos buques de la Armada Española.