Los recortes en las reservas marinas de Baleares perjudican la economía
Los beneficios conseguidos para el sector pesquero, el turismo y el medio ambiente tras varios años de protección se perderán si no se mantiene la vigilancia
Las reservas favorecen la reproducción de las especies pesqueras más apreciadas y generan cientos de miles de euros al año en derivados del submarinismo
Oceana muestra su alarma ante la reducción de la vigilancia en las reservas marinas en Baleares, que hace peligrar los beneficios pesqueros, turísticos y medioambientales que estas generan. Se calcula que tan solo la reserva de Toro –que cumple 8 años este domingo– genera unos 200.000 € al año en buceos. Estudios científicos señalan que las reservas en general proporcionan un 11% de las capturas de los pescadores, siendo estas de elevado valor comercial. Las actividades fuera de control supondrían una degradación de estas zonas y la pérdida de los beneficios logrados durante años de gestión.
Las siete reservas marinas que existen en Baleares[1] se han creado con la finalidad de fomentar la proliferación de las especies marinas de interés pesquero y para proteger ecosistemas marinos con características ecológicas diferenciadas. Sin embargo, se ha producido un recorte alarmante en los recursos destinados al buen funcionamiento de estos espacios marinos protegidos.
En primer lugar, se ha reducido a la mitad el personal de vigilancia, pasando de 15 a 8 vigilantes, y se han reducido los recursos necesarios para poder llevar a cabo esta actividad, como embarcaciones y combustible. Si no hay un sistema de vigilancia adecuado, no se cumplen las normas establecidas en las reservas.
Por otra parte, se ha desmantelado la “gestión triangular” establecida en las reservas baleares, que representaba un modelo a seguir. Se realizaba un seguimiento científico bianual de todas las reservas desde el año 2000, se celebraban reuniones periódicas de la comisión de seguimiento (formado por diferentes representantes de la sociedad) que valoraban los resultados del seguimiento científico y finalmente se transmitía a la administración las valoraciones de la comisión para que se aplicasen medidas correctoras. Desgraciadamente, todo este sistema ha sido suprimido.
“De nada sirve una normativa escrita en un papel si no se disponen de una vigilancia efectiva que asegure el cumplimiento de la normativa y no se hace una gestión adecuada”, asegura Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana. “Todos los beneficios obtenidos tras varios años de trabajo, se perderán si no se destinan los recursos necesarios para el correcto funcionamiento de las reservas marinas”.
Las reservas marinas han demostrado aportar grandes beneficios, si se gestionan de una manera adecuada. En relación al sector pesquero se ha visto que pueden aportan un 11% de beneficio neto en biomasa de capturas, siendo las especies producidas en las reservas de un valor económico muy alto y de gran tamaño, como es el caso del mero.
También, un estudio científico ha demostrado que al cabo de diez años de la creación de una reserve marina, se produjeron un 600% más de huevos de langosta, lo que proporciona unos beneficios muy elevados para el sector pesquero a largo plazo.
El sector turístico también se beneficia de las reservas marinas. A modo de ejemplo, en la Reserva Marina del Toro (Mallorca) se estima que se hacen un mínimo de 5.000 inmersiones al año, lo que produce de manera directa unos 200.000 €. Si además se cuentan otras actividades, estos beneficios se disparan.
La Reserva Marina de las Illes Medes (Cataluña), se estima que produce 10.019.600 € de beneficios anuales, contando inmersiones con centros de buceo, actividades de snorkelling, paseos en kayak y excursiones marítimas, entre otras actividades; y que proporciona empleo al 7% de la población censada en el municipio del cual depende la reserva.