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Elcano realizó la hazaña naval más relevante de la Humanidad

El 20 de septiembre de 1519 una flota compuesta por cinco naves y 256 hombres se hizo a la mar con la idea de llegar a las islas Molucas, ricas en canela, nuez moscada y clavo. Al mando de la flota se encontraba el portugués Fernando de Magallanes que había convencido a Carlos V de la necesidad de semejante aventura. Las especias, en una época en que las viandas se pudrían en pocos días, servían para enmascarar olores y sabores.

En septiembre de 1522 doce marineros al mando del Juan Sebastián Elcano, famélicos, desastrados y con velas en las manos, caminan hacia la iglesia de la Virgen de Sanlúcar de Barrameda. Han pasado tres años de penurias, pero son los primeros que han dado la vuelta a mundo. El guipuzcoano José Luis Olaizola Sarría ha novelado la vida del bravo marinero de Getaria en 'Juan Sebastián Elcano, la mayor travesía de la Historia', donde descubre a un gran desconocido que pasa de puntillas por la Historia. Los libros se acuerdan de Magallanes y los británicos presentan al antiguo pirata sir Francis Drake como autor de semejante proeza. Pero no es así. Elcano, dice el escritor José Luis Olaizola, «es un personaje épico».

-¿Quién era Elcano?

-Un hombre de mar. Fue pescador de bajura y se dedicó también al contrabando con Francia. En aquel tiempo había un fuero que permitía a los barcos guipuzcoanos hacer ese tráfico. Traía cosméticos, perfumes, tejidos de Flandes... que contrabandeaba en su bajel.

-Y también fue soldado.

-Sí. Se enroló para atacar Orán. Pero le fue fatal. Le vencieron los créditos que había pedido y tuvo que alquilar su embarcación a los venecianos por 500 ducados.

-¿Por qué lo de Elcano?

-A veces aparece así y, otras, como Cano a secas. De su padre sabemos poco. En cambio se conoce bastante de su madre, Catalina Portu. Era la etxekoandre, la que regía la familia -eran 8 ó 9 hermanos- y les aconsejaba. Juan Sebastián embarcó a dos hermanos suyos. De un tercero, Domingo, que era sacerdote, decía: 'ha elegido mejor camino que el mío'.

Un tipo muy elegante

-Aparte de un cuadro que se muestra en la Diputación de Vizcaya y de la estatua que le recuerda en Getaria, sabemos muy poco de su aspecto...

-Tenía fama de ser muy 'pincho', muy elegante y cuidadoso con la ropa. En su testamento lega su vestimenta, adornada y hecha para durar muchos años, lo que indica que tenía un gran valor. Era muy apuesto, un conquistador. Tuvo amores con María de Hernialde 'a la que hube' -escribió- 'siendo virgen'. No tuvo tiempo de casarse con ella. Le dio un hijo, Hernando.

-Se embarcó como contramaestre.

-Pese a su experiencia. Pero tenía un papel dominante. Era un hombre que caía bien y que sabía mandar. Magallanes, al contrario, suscitaba muchos recelos. Y los marinos querían estar bien mandados porque se jugaban la vida. Elcano, que hablaba castellano con dificultad, era un gran mareante.

-Al que apenas se da importancia.

-Hay un desconocimiento absoluto sobre este personaje épico que realizó la hazaña naval más importante de la Humanidad. Salieron a buscar especies orillando las zonas de dominio portugués. Y regresaron tres años más tarde...

-Ricos.

-Muertos de hambre, pero ricos. Volvieron a España con 524 quintales de clavo, que valía más que el oro. Lo pasaron tan mal que se comieron los cueros de las velas. Por una rata se llegó a pagar un doblón de plata. Vivieron en la indigencia más absoluta.

-¿Por qué cree que resistieron?

-Tenían una pasión total por la mar. Elcano volvió a embarcarse pese a que Carlos V le otorgó prebendas que le hubieran permitido vivir en tierra. Y poseían un sentido de misión: iban a zonas deprimidas con la idea de convertir a quienes encontraban en súbditos de la Corona. Eran muy religiosos, aunque se permitieran ciertas licencias eróticas...

-¿Eran de otra pasta?

-Al menos eran distintos a nosotros. En el sollado vivían apiñados 50 ó 60 hombres, comían galletas agusanadas... Navegaron por los mares antárticos sin ropas adecuadas, se enfrentaron a tribus hostiles, se alimentaron de tiburones, para ellos un verdadero manjar... Y abrieron la posibilidad de acometer cualquier aventura marítima. Sin embargo, en su tierra aún ignoramos lo que fueron capaces de hacer. Todos tenemos una deuda con Elcano.