De la madera al poliéster
Si hay vento e viene un golpe de mar, eso cae!", discute un marinero en Portonovo a otro que defiende las virtudes de su barco de poliéster. Éste replica que "no lo cambio por uno de madera por nada del mundo".
¿A qué se debe la discusión? En los últimos años la flota de pesca artesanal está optando por los nuevos materiales a la hora de construir las embarcaciones, con lo que cada vez salen a faenar menos buques de madera, aunque siguen siendo mayoría. El cambio pone en peligro uno de los oficios con más tradición en la costa como es el de "carpinteiro de ribera".
Los defensores de los barcos de poliéster señalan como sus principales ventajas la ligereza que facilita el trabajo de subirlo a tierra para la limpieza anual, la rapidez aunque ésta viene dada más bien por la potencia del motor y su durabilidad.
"El rendimiento es el mismo pero la gran ventaja del barco de poliéster es que gasta menos en mantenimiento", asegura un marinero de Bueu, "porque lo varas y en dos días lo tienes listo, cuando para uno de madera limpiar y pintar te lleva un mes".
Por contra quienes prefieren seguir faenando en barcos de madera opinan que son más cómodos y más resistentes.
Cualidades exigibles
Entre las cualidades objeto de discusión cabe citar la solidez, esto es, que la estructura del casco sea suficientemente robusta como para resistir los esfuerzos a que el buque se ve sometido durante su vida, por la acción del mar y los pesos que transporta; la estanqueidad, que evita que entre agua en el interior del barco por el oleaje o las adversas condiciones meteorológicas; la flotabilidad, condición que depende fundamentalmente de la división estanca del interior; y la estabilidad, que es la posibilidad de que el barco vuelva a su posición de equilibrio por sí mismo.
También a la hora de valorar las cualidades del barco se cita la velocidad, que va en función de las formas del buque y de la potencia del motor. Por último cuando los marineros discrepan sobre las diferencias entre los barcos de uno u otro material citan la facilidad de gobierno.
"Es como hacer un flan"
Paco Martínez Lorenzo dirige en Portonovo los astilleros PolyMader, uno de los más solicitados de Galicia a la hora de realizar barcos de poliéster destinados a pesca de bajura.
El proceso de construcción de estos buques es "como hacer un flan", explica este empresario, porque el proceso comienza inyectando poliéster en un molde que luego se recubre con fibra de vidrio.
Posteriormente una vez endurecido el poliéster se extrae del molde para proceder al ensamblaje de elementos de acero como las barandillas y el timón, la quilla y la cabina de cubierta donde van los mandos y equipos electrónicos.
La cubierta se construye manualmente con piezas de madera recubiertas a su vez de fibra de vidrio y poliéster.
Finalmente se procede al lijado y pintado de la superficie de la embarcación que una vez es equipada con el material de salvamento, queda lista para la botadura.
En Polymader no sólo se prepara el casco y los elementos de la cubierta del barco sino que, si así lo demanda el armador, se montan los elementos mecánicos, desde el motor hasta las piezas necesarias para el arrastre y los sistemas de localización.
Martínez Lorenzo destaca principalmente el gran desarrollo que han experimentado los sistemas GPS. En la actualidad los barcos pesqueros llegan a ser controlados hasta por siete satélites con lo cual "se puede determinar su posición con una exactitud de un metro".
Los buques de poliéster tiene su origen en Holanda, donde empezaron a construirse a mediados del siglo pasado embarcaciones de recreo con este material que las hace "prácticamente insumergibles".
El uso del poliéster en barcos pesqueros de pequeño calado comenzó en Francia y hace más de una década llegó a España.
Paco Martínez Lorenzo era "carpinteiro de ribeira", es decir constructor de barcos de madera, al modo tradicional, que luego decidió reconvertise al nuevo material.
Su empresa, de carácter familiar con ocho trabajadores, construye cada año entre 6 y 10 embarcaciones.
Asegura que con la finalización este año de ayudas a la renovación de la flota de bajura "el tema se está animando" pero de todos modos "trabajo hay bastante" porque ya recibe encargos no sólo de Galicia sino también desde empresas de Canarias y Portugal.