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El sector pesquero español reafirma su compromiso con la pesca y el comercio sostenible y responsable

El sector pesquero español reafirma su compromiso con la pesca y el comercio sostenible y responsable

Para lograr la sostenibilidad medioambiental, social y económica, el sector pesquero español ha adoptado medidas de autogestión y autorregulación más estrictas que las que marca la propia normativa comunitaria y está liderando proyectos de I+D+i para mejorar la selectividad de los artes de pesca, para ser más eficientes energéticamente, para buscar salidas comerciales a los descartes o para garantizar la correcta trazabilidad.

La adaptación a la normativa comunitaria por parte de la flota española desde su entrada en la Comunidad ha requerido un sacrificio y esfuerzo por parte de los armadores y pescadores españoles, tanto de bajura como de altura, superior al llevado a cabo por cualquier otro país de la UE, pasando de los 21.000 buques que tenía España en 1986 a los apenas 11.000 en la actualidad. Estas medidas han tenido un serio impacto en el empleo del sector, pasando de 128.000 tripulantes en 1997 a los 68.000 de 2008.

El sector industrial transformador y comercializador de productos de la pesca y la acuicultura necesita tener asegurado el abastecimiento de pescados y mariscos para poder desarrollar su actividad en unas condiciones adecuadas, que garanticen su viabilidad socioeconómica.

La Confederación Española de Pesca, Cepesca, la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP), la Unión Nacional de Cooperativas del Mar (Unacomar) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas, Anfaco, reafirman hoy, con motivo del encuentro que los Ministros de Pesca de la UE celebraran hasta mañana en Vigo, el compromiso y la contribución que el sector pesquero español ha demostrado en los últimos años para la recuperación y la gestión sostenible de los recursos pesqueros y con la sostenibilidad socioeconómica que implica la fijación de población y riqueza en las muchas regiones costeras españolas.

La industria pesquera en un mercado como el español, que mueve al año más de 6.000 millones de euros (más de un billón de las antiguas pesetas) entre importaciones de pescado (4.202 millones de euros en 2009) y exportaciones (2.216 millones de euros en 2009), lleva ya muchos años apostando por una pesca sostenible y responsable que permita ofrecer un producto de gran calidad nutricional al consumidor español y europeo en equilibrio entre el absoluto respeto por el medio ambiente y la rentabilidad de las empresas.

El compromiso con la sostenibilidad medioambiental, social y económica se ha visto reflejado en las numerosas iniciativas llevadas a cabo por las Cofradías de Pescadores, por las Cooperativas de Mar, por las Asociaciones de Armadores y por la industria de transformación. Conscientes de que sin recursos nuestra actividad se agota, la flota no sólo ha adoptado medidas de autogestión y autorregulación, yendo más allá que la legislación pesquera, como el establecimiento de cupos diarios de pesca, de tallas mínimas recomendadas o de horarios para los distintos segmentos de flota, sino que ha colaborado y acatado todas y cada una de las medidas de gestión, recuperación y control adoptadas por las administraciones comunitarias y nacionales y ha sido incluso abanderada de alguna de ellas, como la prohibición de capturas de dos especies vulnerables de tiburón, las alopias y las cornudas, medida que aún intentamos ampliar al conjunto de flotas comunitarias e internacionales, a través de las Organizaciones Regionales de Pesca.

Además, los pescadores españoles han mostrado su solidaridad y sensibilidad con el medio marino en numerosas ocasiones, en particular, tras las catástrofes provocadas por el Urkiola, el Mar Egeo y, más recientemente, el Prestige, donde los pescadores españoles no escatimaron esfuerzos para intentar que el impacto fuera el menor posible en los ecosistemas afectados.

Por otro lado, los resultados que se están obteniendo de algunos de los planes de recuperación en los que participa la flota española, como el de merluza, norte y sur, anchoa, cigala o fletán negro, están siendo positivos según las estimaciones de los científicos encargados de supervisar estos planes. Así, el plan de recuperación de la merluza norte lleva varios años cumpliendo sus objetivos de biomasa y mortalidad y se está a la espera de que pase a un plan de gestión a largo plazo. Lo mismo cabe decir del plan de gestión del fletán negro en NAFO que lleva varios años seguidos manteniendo el TAC por parte de los científicos y que tiene su horizonte final en 2015. En cuanto a la merluza sur y cigala, se continúan con los planes de gestión del esfuerzo para la recuperación de estas especies. Con relación a la anchoa, la recuperación ha sido tal que después de varios años en los que la pesca ha estado prohibida, las autoridades comunitarias han decidido abrir el caladero este año. Otras especies como el rape o el gallo, gozan de buena salud, según los datos aportados por los científicos.

La adaptación a la normativa comunitaria por parte de la flota española desde su entrada en la Comunidad ha requerido un sacrificio y esfuerzo por parte de los armadores y pescadores españoles, tanto de bajura como de altura, superior al llevado a cabo por cualquier otro país de la UE. En efecto, hemos pasado de alrededor de 21.000 buques de pesca en el año 1986 a los apenas 11.000 que tenemos en la actualidad, es decir, una cantidad cercana al 50% de reducción de flota. Estas medidas han tenido un serio impacto en el empleo del sector, pasando de los 128.000 tripulantes de 1997 a los 68.000 de 2008.

El sector insiste en reclamar a todas las administraciones de todos los Estados miembros y a la Comisión Europea la necesidad de apostar claramente por la investigación aplicada. Necesitamos que se potencie, mejore y favorezca la colaboración entre los estamentos científicos, las administraciones y el sector pesquero, para lograr una buena y eficiente gestión de los recursos marinos. Es inconcebible que el estado del 59 por ciento de las especies comunitarias sea hoy en día desconocido. Sin un buen conocimiento científico no se puede gestionar, regular ni legislar adecuadamente las pesquerías, porque, además de no favorecer una óptima conservación de los recursos, el sector se ve inmerso en una total inseguridad jurídica a la hora de planificar su actividad.

Desde el sector se están desarrollando numerosos proyectos de I+D+i destinados a mejorar la eficiencia y el ahorro energético, a la mejora de los artes de pesca para avanzar en la selectividad de los mismos, a garantizar la correcta trazabilidad, a la utilización de especies descartadas o de cebos ecológicos, a poner en marcha sistemas de depuración de los residuos orgánicos procedentes de la limpieza y evisceración a bordo, a la medición de emisiones contaminantes y varios proyectos de rescate de aves marinas y tortugas, mediante ensayos con anzuelos distintos a los tradicionales.

Por otro lado, para el sector industrial transformador y comercializador de productos de la pesca y la acuicultura, es de vital importancia el tener asegurado el abastecimiento de pescados y mariscos para poder desarrollar su actividad en unas condiciones adecuadas, que garanticen su viabilidad socioeconómica.

La industria de transformación y comercialización, demanda una explotación sostenible y adecuada de los recursos en condiciones de sostenibilidad económica, medioambiental y social, que contribuya al mantenimiento de los recursos pesqueros y así le permita tener asegurado su abastecimiento y, por tanto, su continuidad. Por todo ello, esta industria apoya totalmente el esfuerzo que está llevando a cabo la flota española, ya que ello repercutirá en un mejor futuro de todo el sector de la pesca y de la acuicultura, del que la transformación y comercialización constituye una parte fundamental, al representar una cifra de negocio de más de 18.000 millones de euros al año en la UE, representando España un 33.35% del total, y la Comunidad Autónoma de Galicia el 25.2%, lo que eleva la cifra de negocios anual de Galicia a mas de 4.500 millones de euros.

Se debe considerar la flota española y comunitaria fundamental para el abastecimiento de materia prima, para que la industria transformadora y comercializadora de la Unión Europea pueda tener asegurado su abastecimiento de manera continuada, por ello se debe llevar a cabo una gestión adecuada de los recursos, donde el sector extractivo, el de la acuicultura y el transformador y comercializador defienden unas pesquerías gestionadas sosteniblemente junto con una correcta aplicación de los estándares comunitarios en materia higiénico – sanitaria, social, medioambiental, trazabilidad,… Además, se solicita que la política comercial de la UE sea consecuente con la PPC, y no establezca medidas que puedan ir en contra de la sostenibilidad de los recursos, por ello es necesario una coordinación y coherencia entre todas las políticas comunitarias: pesca, comercio, mercados, desarrollo, medioambiente, sanidad,…

Por último, el sector pesquero considera que para lograr la sostenibilidad de los recursos pesqueros y del medio ambiente marino, así como para asegurar la viabilidad de la actividad pesquera a largo plazo, es fundamental el aumento de la responsabilidad y de la intervención del sector pesquero en los procesos de toma de decisiones y en la aplicación de la Política Pesquera en los ámbitos nacional, comunitario e internacional. Consideramos que la sostenibilidad de los recursos infiere directamente en la sostenibilidad y viabilidad de las empresas pesqueras y en la actividad pesquera como motor de desarrollo de las comunidades pesqueras altamente dependientes de la misma.

En conclusión, el sector defiende la sostenibilidad social, económica y medioambiental de la pesca por su importancia real en España, para lo cual ha asumido importantes sacrificios y esfuerzos de los armadores y pescadores españoles, tanto de altura como de bajura, desde nuestra entrada en la UE.

Los representantes del sector son conscientes de la importancia de la pesca en España, por garantizar el abastecimiento al mercado, por asegurar el empleo y la actividad económica en las zonas altamente dependientes de la pesca.