La increíble historia del buque fantasma
El crucero británico Aurora de la naviera P&O con 450 pasajeros afectados de gastroenteritis se dirige hacia Gibraltar.
Rechazado en varios puertos, se ha convertido en un buque fantasma.
Algunos lobos de mar aseguran que hay barcos que aparecen repentinamente en el océano por la noche. La leyenda más conocida sobre un buque fantasma inspiró una balada a Heine a la que Wagner puso música en 1842. Es la historia de un marino condenado a navegar hasta que logre encontrar a una mujer capaz de serle fiel.
El holandés errante nunca existió. Pero tras su leyenda se ocultan varios sucesos reales. El capitán Fokkeque hacía la travesía desde Amsterdam a Batavia en menos tiempo que sus competidores, lo que en la Holanda del siglo XII le granjeó la fama de estar aliado con el diablo. El capitán Van der Dekken juró sacrílegamente que daría la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, y fue condenado a navegar por toda la eternidad. Hay historias de navegantes perpetuos por haber cometido la impiedad de hacerse a la mar en un Viernes Santo o porque en su nave se había desatado una epidemia de beri-beri.
En alta mar se ven a veces espejismos, naves abandonadas, barcos piratas. En noches oscuras pueden aparecer pálidas fosforescencias eléctricas en los palos mayores de las embarcaciones que navegan entre tormentas: son los fuegos de San Telmo. Una leyenda colombiana asegura que el misterioso buque «Maravelí» viaja por el océano Pacífico en medio de los tifones de Semana Santa. Dice que quien lo mira de frente queda ciego. Gabriel García Márquez cuenta en «El último viaje del buque fantasma» la historia de un trasatlántico que viajaba sin luces y sin ruidos, invisible a las luces del faro y que, ante la incredulidad de todos, un día apareció encallado junto a la iglesia del pueblo. ¿En qué despachos habrá encallado el buque que busca en Gibraltar el alivio a las humanas debilidades de sus pasajeros?