El Dedalo. Historia de 1922. El primer portaaeronaves español
El primer buque portaaeronaves que hubo en nuestra Armada llevó el nombre de "Dédalo". Muchos años más tarde, cuando ya no existía esta unidad, hubo otro buque de esta clase al que se le impuso el mismo nombre. Este primer "Dédalo" fue llamado normalmente portaaviones, si bien esta denominación era totalmente impropia, pues era, simplemente, un transportador de aviones. Su clasificación oficial era de "Estación Transportable de Aeronáutica Naval".
Para haber sido posible que los aparatos despegaran desde la cubierta de la nave para volver luego a ésta, lo que no sucedía, sino que los aparatos, que eran hidroaviones, eran, eran bajados desde la cubierta al mar mediante unas grandes y potentes grúas y desde allí despegaban. Al regresar, eran izados a bordo empleando el mismo sistema.
El Dédalo tuvo su origen en la transformación de un mercante alemán que, junto con otos cinco, había cedido a España el gobierno germano al acabar la Guerra Europea, como compensación de pérdidas de las navieras españolas por diversos hundimientos.
Uno de estos buques, llamado "Neuenfelds", fue entregado a la Armada, que rápidamente procedió a su transformación para aprovecharlo para fines militares.
Esta transformación tuvo lugar en los talleres "Vulcano" de Barcelona, bajo la dirección del ingeniero naval Jacinto Vez y del capitán de corbeta Pedro Cardona, y costó 8 millones de pesetas en la época (año 1922).
El resultado obtenido fue el buque de 10.800 toneladas (originariamente tenía sólo 5.300), de 127 metros de eslora, y 17 de manga y 9 y medio de puntal. Una máquina de 3.140 caballos le permitía un andar de apenas 10 nudos, siendo su autonomía de unas 3.000 millas. Estaba armado con dos cañones Krupp de 105 mm a proa y dos Nordenfelt de 57 mm a popa y su tripulación ascendía a un total de 350 hombres.
El aspecto del "Dédalo" era un tanto especial y peculiar. Tenía a proa una cubierta de 60 metros de largo por 17 de ancho, y otra más pequeña a proa. Entre ambas cubiertas se elevaba la superestructura que contenía el puente de mando y otras dependencias, y de la que sobresalía una extraña chimenea provista de un dispositivo antifulgor.
Por detrás de la superestructura se alzaban dos mástiles, uno de cada banda, unidos entre sí por una pieza metálica horizontal que daba al conjunto forma de "H", que aguantaban las grandes plumas para maniobrar los aviones. Otro gran mástil se situaba en la misma proa, y servía para amarrar globos y dirigibles, que en número de dos de cada clase, se alojaban en un hangar bajo cubierta, así como una planta generadora de hidrógeno y dos camiones.
Los hidroaviones se situaban en la cubierta de popa, debajo de la cual había un hangar que podía albergar una docena de estos aparatos, que eran subidos mediante un montacargas. En la misma cubierta podía llevar otros tantos convenientemente trincados a son de mar. Estos hidros eran de la clase "Savoia 16" y "Macchi 18" y más adelanta "Scarab".
Contaba asimismo el “Dédalo" con un completo taller de reparaciones, así como almacenes para toda clase de repuestos y accesorios. En cada uno de sus costados podían verse cuatro enormes tangones, que más adelante fueron suprimidos, que se usaban para amarrar los hidros a sus extremos.