Islas Cíes. Las islas de los dioses. Rutas e Historias. Galería
Islas Cíes. Rutas e historia
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Desde la ría de Arousa hasta la de Vigo estas pequeñas pero singulares islas funden leyenda y realidad. Su magia está en su realidad, una extraordinaria belleza de relieves recortados por el mar unos días, arropados otros por la niebla, fondos marinos que guardan con celo un tesoro de biodiversidad.
Valores naturales: Paisajes, sistemas dunares, ecositemas marinos.
Valores culturales: Especialmente interesantes los pecios
Representa sistemas naturales ligados a zonas costeras y plataforma continental de la Región Eurosiberiana.
Poseedoras de más de 200 especies de algas, con numerosos invertebrados asociados, algunas de estas especies catalogadas como vulnerables (30) y más de 10 raras.
Paraíso de cetaceos y de aves marinas.
Constituyen un punto interesante para la observación y estudio de cetaceos, cuatro especies de delfines (especialmente mulares), ballenas, cachalotes, marsopas, calderones y también focas, tortugas e incluso tiburones (sobre todo peregrinos).
Las primeras evidencias de asentamientos datan de la Edad de Hierro. Castro de As Hortas en Monte Faro. Las escavaciones de los “concheiros” (yacimientos formados por restos de conchas, huesos, cerámicas, etc.) indican que estos poblados subsistían gracias a la abundancia de alimento del mar y a la cría de gallinas, cabras y ovejas.
Las primeras referencias escritas son las de Herodoto y Estrabón (s.V a.C.), que nombran estas islas, junto con Sálvora, Cortegada, Arousa, etc. como las Kassitérides o islas del estaño. En la época romana fueron bautizadas por Plinio como Islas de los Dioses o Afortunadas. Se conservan restos de esta época, e incluso algunos autores sostienen que Julio César llegó a estar en ellas persiguiendo a los pueblos herminios que escapaban de Portugal.
En la Edad Media se asentaron campesinos y frailes benedictinos que construyeron dos monasterios, el de San Estebo, cuyas ruinas albergan en la actualidad el Centro de Interpretación de la Naturaleza y el de San Martiño. Las islas fueron abandonadas por sus moradores entre los s. XVI y XVII, por los continuos ataques de piratas, entre ellos el inglés Francis Drake.
En el s. XIX se instalaron dos fábricas de salazón y, posteriormente, fueron repobladas por familias procedentes del Morrazo.
Las Cíes, de propiedad (87 %) estatal, quedaron deshabitadas hacia el año 1970. Entre los años 1970 y 1980 su belleza paisajística y sus playas provocan el auge turístico que se empieza a regular con la declaración de las Islas Cíes como Parque Natural en 1980 y posteriormente con la reciente declaración de Parque Nacional en el año 2002.
1- Ruta del Monte Faro:
Distancia 7km. Duración:2h 30 min.
Dificultad: media. Desnivel: 175 m
Desde la caseta de información, tomamos el camino de la izquierda, dirección isla del Faro a través del dique del lago, en este podremos observar gran variedad de peces, crustáceos y algas. Dejamos atrás el camping y llegamos al Centro de Interpretación de la Naturaleza (20 min.). Unos 300 m después, a la altura de la playa de Nosa Señora, nos encontramos el cruce principal, a la derecha. Comenzamos a ascender en zig-zag entre una espesa arboleda. A media subida, nos desviaremos a la derecha para poder contemplar la Pedra da Campá y a unos 100 m más el observatorio de aves (50 min.). Retomamos camino y seguimos subiendo por el zig-zag hacia la cima del monte donde se encuentra el Faro, mirador más emblemático de las islas. Vale la pena esperar al atardecer en verano.
2- Ruta del Faro da Porta
Desde el cruce principal de la isla del Faro (Ruta del Monte Faro), continuamos por la pista de roderas dejando a la izquierda la playa de Nosa Señora y el islote de Viñes. Poco antes de llegar al embarcadero de Carracido (30 min.) podemos hacer un alto para refrescarnos en la fuente de agua dulce. A partir de aquí el camino asciende levemente recorriendo la costa sur de la isla del Faro hasta finalizar en el Faro da Porta. Magnífica panorámica sobre la Isla de San Martiño.
3- Ruta del Alto do Príncipe.
Distancia: 3 km. Duración:1 h.
Dificultad: baja. Desnivel: 120 m.
Partiendo de la Caseta de Información giramos a la derecha siguiendo la pista de roderas, que en breve nos acerca a la playa de Figueiras (300 m). Una valla de madera protege el complejo dunar de Figueiras-Muxieiro, magnífica representación de especies propias de estos frágiles ecosistemas, como el tomillo bravo o la camariña. El camino continúa ascendiendo hasta llegar al cruce principal de la Isla de Monteagudo (20 min.) donde nos desviaremos a la izquierda por una senda, que entre pinos y matorral nos conducirá al Alto do Príncipe. Espectaculares vistas de los acantilados desde la Silla de la Reina, caprichosa formación rocosa que, a modo de balcón natural, asoma sobre el océano Atlántico y nos permite observar el contraste entre las dos vertientes de las islas.
4- Ruta de Monteagudo.
Distancia: 5,5 km. Duración: 1h 45m.
Dificultad: media. Desnivel: 75 m
Desde el cruce principal de la Isla de Monteagudo (Ruta 3), continuamos recto unos 400 m hasta llegar a la zona de A Valgada (30 min.), pequeño collado sin vegetación donde se encuentra el antiguo quemadero. En este punto el camino se bifurca; por la izquierda nos lleva a través de una pequeña zona arbolada, donde encontraremos las ruinas de un antiguo asentamiento isleño, hasta el observatorio de aves. Para el Faro de Monteagudo, es necesario retroceder un poco y descender por una senda a nuestra izquierda que enlaza con el camino que lleva hasta él. La Costa da Vela y Cabo Home, tan sólo a 2,5 km, convierten a este punto en el lugar del archipiélago más cercano al continente. Al N se divisa el perfil de la isla de Ons. Bajando por una pequeña pista de cemento, nos acercamos a una pequeña furna. En este entorno podemos observar plantas como la hierba de enamorar y el hinojo marino, que soportan condiciones de alta salinidad y viven entre las rocas.
Biodiversidad y Limitaciones
Los principales componentes de biodiversidad son los ecosistemas marinos con un estado de conservación en general bueno.
Un factor de riesgo son los contaminantes orgánicos procedentes del turismo ocasional en la época veraniega.
También son susceptibles a la contaminación por hidrocarburos procedentes del tráfico marítimo oceánico, hay un riesgo de contaminación procedente de la ría, la sobreexplotación de recursos, el uso de artes y técnicas de pesca dañinas para el medio marino.
Los hábitats prioritarios son:
-Arrecifes
-Bancos de arena cubiertos permanentemente por agua marina poco profundos
-Lagunas
Se conocen en los archipiélagos:
412 especies de flora con fuerte componente mediterráneo 55 son endemismos, en general hay especies de gran interes por ser de área más o menos reducida o por ser plantas propias de los ambientes más característicos de las islas, acantilados, playas, dunas, incluso marisma-laguna.
En cuanto a la fauna se han contabilizado:
150 especies de vertebrados, de las cuales 124 son aves.
Se han citado 63 invertebrados protegidos en Convenios Internacionales.
En la mayoría de las islas que forman el parque el principal problema para la conservación ha sido la presión humana, especialmente en Ons y Cíes.
En cuanto a la vegetación, las plantaciones de eucalipto y pinos desplazan a la vegetación potencial de la zona, Rusco aculeati-Quercetum roboris, la colonización de plantas alóctonas de crecimiento muy rápido y muy invasivas desplazan a las autóctonas dando lugar a una situación preocupante especiamente en los complejos dunares de gran valor botánico.
El pisoteo es también uno de los problemas que presenta la vegetación de playa, afectando de forma preocupante al cordón dunar de Rodas (Cíes) y al complejo Figueiras-Muxieiro, éste último junto con el arenal de Nosa Señora (Cíes) constituyen dos de los valores más sobresalientes de las islas, ya que poseen una serie de plantas de indudable valor como son Corema album y Armeria pungens.
Actividades pesqueras y marisqueras
La pesca es una actividad tradicional en toda la costa gallega debido a la riqueza de sus aguas en determinadas especies muy apreciadas para su consumo, especialmente el marisco.
En todos los archipiélagos incluídos en el Parque Nacional se ejerce la actividad del marisqueo que está controlada y sometida a una serie de limitaciones.
Así, solo se permitirá la explotación de los recursos naturales marinos, de la pesca y el marisqueo artesanal tradicional de carácter profesional, cualquier otro tipo de pesca estará prohibido.
La finalidad de estas limitaciones es conseguir una pesca sostenible.
Actividades turísticas y recreativas
Es otra de las actividades que se realizan, especialmente en las Islas Cíes y Ons.
Estas actividades están limitadas y se permitirán solo aquellas que garanticen el equilibrio de las poblaciones animales o vegetales, así se limitará la época de afluencia de los visitantes y el número de los mismos con el fin de evitar el deterioro de la vegetación por pisoteo o de las especies marítimas por otras causas.
Se imponen una serie de restricciones en zonas determinadas que se consideren más vulnerables, los grupos serán acompañados por guías y circularán solo por los senderos permitidos para causar el menor daño posible al medio.
La navegación y fondeo de embarcaciones y el buceo con botellas se realizará a través de autorizaciones y estará controlado.
El Océano Atlántico y la situación a la salida de unas rías condiciona el aspecto de estas islas.
Las Islas Cíes se encuentran a la salida de la Ría de Vigo, pero las condiciones de insularidad modelan su clima de forma completamente diferente al del interior de la ría, siendo más sérico, las Cíes se caracterizan por un ombroclima subhúmedo.
El resto de los archipiélagos, Ons y Sálvora y la isla de Cortegada tienen un ombroclima húmedo.
La geología y el clima condicionan el paisaje y así la existencia de unas determinadas especies tanto de flora como de fauna.
Corresponde a un clima entre mediterráneo húmedo y oceánico, con temperaturas medias entre 12 y 16 ºC, precipitaciones entre 900 y 1600 mm.
La litología dominante se alterna entre el dominio esquistoso (micaesquistos y cuarzoesquistos), el granítico y el gnéisico.
Las costas son muy irregulares y abruptas con numerosos acantilados y depósitos arenosos.
El medio marino sorprende por la claridad de sus aguas.
En general son frías, aunque tienen un ligero aporte cálido por la corriente del Golfo.
La amplitud de la marea llega a los 4 m, alternando una pleamar con una bajamar cada 6 horas y 12 minutos. Las condiciones de salinidad y de temperatura de estas aguas determinan su riqueza en recursos tróficos, aparte de estos parámetros hay que considerar también los hidrodinámicos como las mareas.
Se produce un fenómeno muy interesante, el afloramiento que se debe a un flujo hacia el exterior de agua superficial generado por los vientos dominantes y las circulaciones estuáricas, así las aguas inferiores, ricas en nutrientes, se desplazan hacia arriba, causa de la riqueza pesquera de estas aguas.
Tienen un gran valor paisajístico, vistas de las rías o de las islas vecinas, imágenes marinas de rompientes, furnas o puestas de sol, roquedos de granito modelado por la erosión.
Los paisajes submarinos son bastante interesantes, las caras occidentales u oceánicas de todas las islas con paredes verticales, bajos, furnas y especies de gran interés, sin olvidar la franja infralitoral que circunda a algunas islas.
El medio marino se presenta como muy interesante desde diferentes puntos de vista. Por un lado su importancia botánico-faunística radica en su carácter insular y en la presencia de comunidades típicas atlánticas. Sus formaciones geomorfológicas y su potencial como lugar para la realización de prospecciones arqueológicas completan su valor científico. Desde otro punto de vista, su potencialidad como lugar turístico y la riqueza en especies de gran interés comercial complementan su importancia desde el punto de vista económico.
Supralitoral
La franja supralitoral o zona de la costa que no queda sumergida por la marea alta pero que se ve afectada directamente por la acción del mar al verse salpicada por el oleaje aparecen prácticamente desnudas. La presencia de vida se limita al cinturón formado por el liquen negro (Verrucaria maura) y por la presencia de algas del género Lichina y del gasteropodo Littorina neritoides. Este último se encuentra asociado la presencia de algas de las que se alimenta.
Intermareal
El intermareal zona que limita por arriba con el máximo nivel alcanzado por la pleamar y por debajo con el nivel mínimo del agua en bajamar. En las zonas expuestas de sustrato rocoso aparecen los típicos horizontes formados por comunidades de balanomorfos (Balanus sp. y Chthamalus stellatus) junto con pequeños mejillones (Mytilus galloprovincialis). Sobre estos aparecen organismos epífitos como los percebes (Pollicipeps cornucopia) y pequeñas algas rojas. En el litoral inferior aparecen algas calcareas como Corallina elongata. En zonas protegidas se incrementa la variedad de especies. Los mejillones se hacen más comunes y más grandes. Por otro lado los cinturones de algas aumentan en biodiversidad siendo frecuentes las siguientes: más cercana a la costa es común Lithophyllum incrustans, según nos acercamos al infralitoral aparecen cinturones de Himanthalia elongata y ya pegando al infralitoral aparecen los cinturones de Laminaria.
Infralitoral
En el infralitoral debemos hacer ya una clara distinción entre los organismos que viven en relación con el sustrato (bentónicos) y los que viven flotando en la columna de agua (pelágicos). Sobre todo para los primeros siguen siendo importantes los factores de exposición y de sustrato.
También aparecen con frecuencia otras algas, entre las que destacaremos Litophyllum incrustans en las zonas superiores de los terrenos más expuestos. En cuanto a la fauna seguimos encontrando en las zonas más expuestas los característicos balanos y percebes (recordemos también presentes en las zonas superiores) y los mejillones, tanto más abundantes cuanto más protegida es la zona. Junto a estos aparecen ahora si un conjunto de especies nuevas, que se asientan sobre las anteriores, usándolas en algunos casos como sustrato sobre el que asentarse, o estableciendo en otros relaciones de depredación o herbivorismo. Es este el caso de estrellas de mar como Marthasterias glacialis que se alimentan de mejillones o de los erizos comunes (Paracentrotus lividus) reguladores de los bosques de algas.
También asociados al fondo aparecen algunos peces como el rodaballo (Scophthalmus maximus). Algunos peces comerciales como las lubinas usan estos medios. Las algas calcáreas del género Lithotamnion forman estructuras intrincadas en estos fondos blandos, que constituyen zonas de refugio para muchas especies, en algunos medios del archipiélago de Sálvora es una fanerógama la que forma estos refugios, es la Zostera marina, en sus praderas también se refugian las sepias y las centollas.
Por último y como visitantes ocasionales aparecen especies de medusas y otros Cnidarios, asi como algunos Ctenóforos. Estos animales son arrastrados por las corrientes apareciendo a veces varados en las costas.
Es un caso particular el de la Laguna dos Nenos en Cíes y que hay que mencionar, en ella aparece un medio sumergido más o menos fangoso caracterizado por la presencia de la fanerógama Zostera marina.
Especial mención también debe tener la presencia de cetáceos. Se avistan en estas costas delfines, en especial el mular (Tursiops truncatus), las manadas observadas en estas costas según datos de CEMMA pueden ser las mayores registradas en Europa. También se avistan ballenas y marsopas (Phocoena phocoena), según la Comisión Ballenera Internacional la población observada en las costas de las Islas Atlánticas puede tratarse de una subespecie teniendo en cuenta sus características diferenciales respecto de otras avistadas en Europa, por ejemplo el gran tamaño que alcanzan, más de 2 metros de longitud, siendo el tamaño europeo entre 1,5-1,8 m.
Otros visitantes ocasionales son las tortugas laúd (Dermochelys coriacea) y los inofensivos tiburones peregrinos (Cetorhinus maximus).
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