Generalidades de la costa de Asturias
Los 406 kilómetros de costa del N de la Península Ibérica que corresponden a la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, están bañada por el Cantábrico. Una costa variopinta con múltiples diversidades, desde altos y agrestes acantilados a un perfil litoral de menor altura rotos por 206 playas, unas amplias, otras pequeñas calas y pueblos marineros donde se respira mar en cada una de sus esquinas.
Un litoral amparado tierra adentro por los colosos “Picos de Europa” y las cordilleras asturianas siempre presentes con sus colores estacionales como fondo de lienzo en la vista desde la mar.
Naturaleza en todo su esplendor, verdes y azules, blancos en invierno encuadrados en un clima que no siempre acostumbra a ser favorable.
El Cantábrico es así, con días majestuosos de intensa luz a otros donde las nubes la apagan o el viento arrecia. Concepto básico a tener en cuenta cuando naveguemos sus mares.
Un mar rudo, bravo y sin duda muy generoso que ha cincelado una costa impresionante en perfecta comunión con la naturaleza.
Es un mar exigente para navegarlo pero en contra la navegación a vela, el surf, windsurf, la pesca desde embarcación o desde la costa, el buceo en todas sus especialidades, el avistamiento de aves o cetáceos y la fotografía compensan cualquier dificultad.
No podría ser de otra manera, la impronta mar tierra se ha incrustado en la genética de sus moradores, gente amable, sencilla, franca, hospitalaria e intensamente amante de su tierra y de sus tradiciones. Cualidades que enriquecen la visita a sus puertos.
Si a lo comentado anteriormente le unimos una alta representación de vestigios prehistóricos, un catálogo histórico artístico de los más extensos de España, una pintoresca arquitectura popular y una gastronomía mixturada de productos de la tierra con las “fabes” como bandera y sin duda de los pescados y mariscos de su mar: “pixin” , crustaceos u “oricios” , para terminar con uno de los numerosos quesos asturianos, todos regados con “sidrina”, hacen de esta costa y sus puertos un lugar obligatoriamente visitable y que no os quepa duda... inolvidable.
Generalidades de la costa.
El Mar Cantábrico se engloba en el Océano Atlántico y baña la costa Norte de la Península Ibérica desde la desembocadura del Bidasoa (Cabo Higuer 43º23,31´N/001º47,33’W) hasta la Estaca de Bares (43º47,26’N/007º41,20’W) y hacia el N hasta el paralelo 45º N. En total son 1086 kilómetros de costa en sentido E/W entre latitudes 43º,15 y 43º,46 N, kilómetros compartidos por las provincias de A Coruña (11), Lugo (144), Asturias (406), Cantabria (284), Vizcaya (154), Guipúzcoa (92) y Las Landas, en Francia.
En paralelo a la línea litoral discurre una gran cordillera que se eleva muy cercana a ella y que es la gran provocadora de parte del régimen de vientos y clima que encontramos en las tierras y mares costeras.
Costa alta, acantilada y recortada en el que se van alternando as rías y estuarios sin grandes senos ni sinuosidades, con los acantilados y rasas rocosas, dando lugar a numerosos ambientes marinos.
No encontraremos muchas bahías, playas, islas etc que nos sirvan de refugio.
Costa de un mar bravo, con un tiempo temible, el del SW al NW, principalmente en invierno que solo nos ofrece en el tramo asturiano un puerto refugio: Gijón, en las 115 M en rumbos directos de cabo a cabo, desde la Ría de Tina Mayor a la Ría del Eo. Los otros puertos o tienen una entrada complicada con estas mares y vientos o están en rada con barra donde manda la arena y las olas potentes. Desde luego inabordables para barcos con calado superior a 3 m. y ciertamente complicadas para la tipología de las embarcaciones recreativas. Mares sucios en las inmediaciones costeras, que apenas despide bajíos mar adentro.
El fondo marino alterna entre roca, grava y fango. Durante las primeras M de separación del continente la profundidad es moderada, hasta llegar al talud continental que cae hasta los 4000 m de profundidad.
La costa de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias comienza por oriente en la desembocadura del Río Deva, dentro de la Ría de Tina Mayor para en clara dirección E/W llegar a la bahía gijonesa. A partir de aquí mandan las riberas del Cabo de Peñas, primero por oriente con un cambio brusco al NW y flexionar radicalmente al SW para retomar su dirección a poniente. La costa es alta y por norma general podemos aseverar que sus cabos conservan uniformidad en cuanto a su apariencia: se presentan al N con paredes verticales entre 40 y 100 m de altura.
Los vientos predominantes y fuertes en invierno son los del 3er y 4º cuadrante que en Asturias se conocen como “vendavales”. Siempre acompañados de lluvia y cerrazón. Por lo general comienzan por un S entablado para al segundo o tercer día rolar al SW, WSW y W, empezando a montar mar cerca de la costa para acabar con el poniente en mares gruesas. Podríamos decir que en el role comienza el temporal, que en varios días de ventear y cerrazón, rematar en el viento que provoca terminologías de esta mar como “brava y borrascosa”: el NW que cuando aprieta es temible y precisaremos, si nos encuentra en la mar tomar las decisiones necesarias para correr el temporal o intentar resguardarnos, sabiendo que sus mares cierran los puertos y barras a excepción de Gijón.
Tener presente que la mar del NW puede sobrevenir con tiempo apacible y repentinamente pudiendo cerrar la boca de los puertos. Es la conocida por los naturales como “vaga de mar”.
En verano reinan los NE, síntoma de buen tiempo, principalmente desde Cabo de Peñas al W.
A finales de Agosto en las ensenadas pueden aparecer virazones que de noche se convierten en terrales. Estos fenómenos locales que se generan en poco tiempo, duran apenas unas horas, se producen por el calentamiento durante el día de la tierra y el agua, provocando reacciones distintas como es la circulación de aire en una u otra dirección.
El NE cuando es muy fresco trae calima dificultando la vista de la costa a más de 15 M y sucede lo contrario con los W.
Es importante saber que navegando por Peñas podemos tener y en cualquier estación del año, “contraste” de vientos, es decir que navegando a su altura con NE o SW frescos, en la cabeza del cabo podemos tener roladas a los opuestos. Cuando son verdaderamente peligrosos son en invierno. Acostumbran a ser con vientos duros y acompañado de chubascos.
Las corrientes son más sensibles al oriente de Cabo Peñas, con dirección al WNW en verano y al ESE en invierno (constantes en dirección al Golfo de Gascuña y algunas veces con intensidades de hasta 4 nudos). Una corriente fuerte hacia el E es indicio de que va a saltar un NW duro.
Como comentamos anteriormente Gijón es inequívocamente la bahía segura a todos los tiempos. Otras como las ensenadas de Llanes, Lastres, Artedo, Tazones nos dan abrigo solo a los W por el SW hasta el S. Rías como la de Ribadesella la tomaremos solo con buen tiempo y marea adecuada, apreciando posibles avenidas del Sella. La barra de Aviles puede ser peligrosa abocarla con mala mar aunque se está dragando continuamente la ola comienza a romper antes de puntas, en el interior de la ría se goza de calma. Esto mismo podemos decir de las barras del Nalón, Navia o la del Eo...