Llanes, la villa blasonada, playas de los picos de Europa
La muy noble y leal villa de Llanes amalgama la montaña y el mar, la cordillera del Cuera y Picos de Europa se bañan en el Cantábrico, licuándose con ancestrales tradiciones rurales asturianas. A esta villa se le acumulan hechizos al visitante, proximidad a Picos de Europa, idílicas playas, tradición marinera, vida cultural y social y su gastronomía, coadyuvan que el turismo sea su principal área de actividad.
En Llanes no se puede tener prisa, el paso del tiempo se palpa en el aire, por sus calles empedradas, encontrarás una plaza, un palacio, un pasadizo, una basílica, los restos de la muralla, el puerto, los colores y formas de las casas indianas, y tantas otras sorpresas.
No se podría catalogar de otra manera. Sorprende al visitante el recorrido por Llanes, su puerto pesquero, hoy puerto artístico con los Cubos de la Memoria, obra de Agustín Ibarrola en su dique de abrigo, el Paseo de San Pedro sobre los acantilados, una historia representada en muchos rincones de su Casco Histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico orillado por una muralla del siglo XIII con su torre, villa ilustre y blasonada, con casonas y palacios de los siglos XVI y XVII en cada rincón y en cada esquina, con los típicos corredores en maderas nobles, el edificio del Casino y la numerosa arquitectura indiana diseminada por toda la villa y alrededores.
Llanes siempre está viva, con ambiente en la calle, en sus restaurantes y sidrerías, en sus terrazas, en sus tiendas, es un continuo trasiego de naturales y turistas, de peregrinos jacobeos. Este concejo es jacobeo cien por cien, recorrido de este a oeste por el Camino de Santiago de la Costa con un constante caminar de peregrinos que deambulan por sus calles hacen parada, visita obligada y fonda.
Concluyendo, Llanes conjunta belleza y señorío a caballo entre el Cantábrico y las altas cumbres de los Picos de Europa, y es uno de los lugares más fotogénicos y fotografiados de Asturias.
Si hablamos de naturaleza, además de la gran cordillera, su costa y sus playas no te dejarán indiferente.
Las playas de Llanes dan fama a este concejo: las hay abiertas y recónditas, con castros y sin castros, urbanas y rurales, y todas ellas enmarcadas en caliza y verde, y batidas por aguas cristalinas, espumas y olas. Todo un espectáculo natural. Tienen la consideración de paisaje protegido, de la Costa Oriental de Asturias
Además la costa llanisca tiene otra singularidad que la hace única: con mareas muy vivas ofrece un espectáculo único que son los bufones - chorros de agua de mar pulverizados que se cuelan entre las cavidades de la roca y tienen un sonido muy característico que les da nombre.
Y en medio de este paisaje verde y rocoso, de calizas inmensas, de cuevas submarinas y terrestres, donde los castros reinan a escasos metros de la costa, hay un conjunto de islotes especialmente llamativo por lo enigmático, disposición y apariencia: son los castros de Poo, próximos a la playa y al pueblo de Poo.
Y por supuesto en esta parada playera te llegarán los efluvios de la iglesia del Monasterio de San Antolín de Bedón, que con su poderosa presencia románica.
Celorio es un pueblo cercano a la villa de Llanes, especialmente famoso por la belleza de sus playas.
Lo de Niembro es mágico… Con marea alta es una ría de estrecha y bella bocana que va a dar a una playa y puerto al mismo tiempo, todo ello bajo la atenta mirada de una iglesia con su cementerio, que son uno de los lugares más fotografiados y admirados de cuantos te imagines.
Cuando baja la marea, todo se hace playa, desde la bocana del puerto hasta el final de lo que ocupa la ría de Barro, popularmente conocida como la de Niembro pueblo que la acoge. Todo queda al descubierto: las embarcaciones varadas, los fondos rocosos, las arenas modeladas por las mareas, se puede recorrer a pie hasta salir por la bocana al mar .
Si estás en Torimbia y cruzas hasta San Antolín, descubrirás el brillo de los Picos de Europa, y cuando comiences a bajar hacia la playa de San Antolín, ante tus ojos se abrirá todo el valle de Posada de Llanes, con los Picos al fondo y con la silueta de la Peñasanta de Enol.
Entre el pueblo de Villahormes, donde se encuentra la playa de la Huelga, con su famoso castro de las gaviotas, y la playa de Ballota, que también cuenta con un poderoso castro, se encuentra la mayor concentración de estos islotes de toda la costa asturiana.
El verano llanisco es único y a ello contribuyen sus fiestas - La Magdalena, San Roque y La Guía, que entre las tres suman más de mil quinientos años de antigüedad y que se organizan a través de sus respectivos Bandos, una circunstancia muy singular que solo se da en Llanes.