Lekeitio: mar, cultura y tradición.

Si, y viendo para la mar, esta nos responde con hermosas puestas de sol que dejan paso al haz de luz del faro de Santa Catalina, o nos sobrecoge con sus potentes olas, poderío del Cantábrico cuando se enfurece y rompe con bravura en sus diques. Y el olor a pescado fresco que parte de lo más profundo del alma de este pueblo: SU PUERTO, o el susurro de las rederas cosiendo las artes.

Solo alguna de esta citas sería suficiente para nombrarlo como pueblo de mar, como pueblo con sabor a mar.

Pero si volvemos nuestra cabeza, la cultura y la tradición se nos presentan en un casco antiguo mostrándonos su pasado pesquero y artesano, aquel de las traineras, ballenas, sardinas, verdel... todo entre las estrechas calles empedradas donde se alzan casonas, torres iglesias y conventos. Callejuelas que como no, todas desembocan o llevan al puerto.
La visita a las calles del casco antiguo de Lekeitio nos ofrecen la oportunidad de disfrutar de un patrimonio artístico abundante, representada por la Basílica de la Asunción de Santa María con su magnífico retablo gótico bañado en oro, el tercero más grande del Estado entre los palacios de Uriarte, Oxangoiti, Uribarri y Abaroa y la ermita de San Juan Talako, con magnificas vistas de la costa vizcaína. Todo ello en un clima tranquilo, más bien de tranquilidad con la puesta en practica de los lekeitiarras para formar parte de la red de ciudades lentas.
Otros lugares que merecen ser visitados son el puente y playa de Isuntza, la isla de San Nicolás, a la que podemos acceder a pie en marea baja, y el faro de Santa Catalina y su centro de interpretación, enclaves que nos ofrecen un paisaje privilegiado.

Lekeitio celebra sus fiestas patronales de San Antolin del 1 al 8 de septiembre. Entre los actos del programa festivo, destaca la fiesta de los gansos, el día 5 de septiembre, tradición con más de 300 años. A finales de junio, se celebra las fiestas de San Pedro.