Llanes, el puerto de los cubos de la memoria
Habitantes: 14,048. Extensión: 263,59 Km2
La naturaleza de la sierra de Cuera en su interior , sus 30 kiómetros de costa adornadas por excelentes playas, acantilados calizos, y el Conjunto monumental de la villa le confieren ser uno de los principales centros turísticos del oriente del Principado de Asturias.
Historia:
Son vestigios de presencia humana pertenecientes al Paleolítico Inferior, y representado a todas las etapas de la prehistoria, las primeras huellas encontradas en diferentes cuevas y yacimientos, que marcan el inicio de la historia en la comarca "Llanisca": Restos líticos aparecidos en La Riera y en la cueva de Balmori, del periodo Medio como los de la cueva de Arnero o del Superior como los hallados en las cuevas del Cueto de la Mina. De la época magdaleniense hay restos en las cuevas de: La Ribera, Balmori, etc.
En la Edad Media, estas tierras eran llamadas tierras del Aguilar, y el Llanes actual, "Puebla de Aguilar", fundado por Alfonso IX hacia 1228 que le concede la "carta puebla", con su centro administrativo en el castillo de Soberrón, situado en la sierra del Cuera (aún afloran sus restos) y el territorio repartido entre cenobios, (monasterio de San Salvador de Celorio s. XII) y la nobleza local.
La concesión de los beneficios reales, aumentados por los concedidos por Alfonso X el Sabio, potencia sus defensas y su comercio articulando la actividad de la Villa y su incipiente puerto pesquero. Todo el núcleo estaba rodeado por una muralla (finalizada en el s.XV) y de su importancia llama la atención su población de 1.000 y 1.500 habitantes entre los s. XIII y XIV, donde figuraron en Llanes las funciones administrativas y militares. La Alfonso XI les concede el privilegio de hacer dos ferias anuales, y le concede su propio alfolí de la sal, que ayuda a la pujanza de su puerto. El comercio de las naves llaniscas llegaban a puertos andaluces, portugueses, franceses, flamencos o ingleses. Este privilegio fue rescindido por los Reyes Católicos en 1493. Pasando en esta época a ser pilares de su economía la ganadería y la agricultura.
En el siglo XV, Juan II donó esta villa y la de Ribadesella a don Diego Fernández de Quiñónez, en compensación por la confiscación de otras villas suyas, esta familia sería expulsada de Asturias por el futuro rey Enrique IV debido a sus disputas constantes con la corona, incorporándose de nuevo al realengo con los Reyes Católicos en 1490. En estas fechas Llanes, sufrió dos grandes incendios.
En los siglos XVI y XVII, destaca la gran influencia del monasterio benedictino de Celorio y del gran florecimiento de la actividad pesquera y comercial que vivió el puerto llanisco. Fue la pesca de la ballena uno de los grandes motores de este puerto y del enriquecimiento del gremio de mareantes que tenía que pagar como diezmo a la iglesia un ala de cada ballena capturada. La pérdida de calado de su rada y la progresiva competencia de otros puertos como Ribasella o Gijón hicieron languidecer esta actividad hasta cási eliminarla en el s.XIX. Languidecimiento económico que empujo a sus gentes a la emigración.
En el siglo XVIII, la economía de la villa empezó un declinar, en parte debido a las continuas guerras y por la institución de la matrícula para la Real Armada que se llevaba a la gente del mar, para servir en la Armada Real.
En el siglo XIX, con la Guerra de la Independencia las tropas francesas entraron en Llanes y las hostilidades comenzaron enseguida estando al mando de las tropas llaniscas don Blas de Posada. Las tropas francesas entraron en Llanes quemando su archivo y el palacio de los duques de Estrada. Llanes fue cayendo varias veces en poder francés durante este siglo, destacando la batalla del río Purón. El trienio liberal trajo que algunas parroquias se constituyeran como ayuntamiento independiente. A mediados de este siglo hay que destacar la gran emigración llanisca a Ultramar como consecuencia del anteriormente citado pérdida de la factoría y pesca ballenera. El final de este siglo nos deja la realización de varias obras como el paseo de San Pedro (construido en 1847), el hospital municipal, el mercado cubierto, etc. Los indianos enriquecidos desarrollaron importantes iniciativas en los ámbitos cultural, educativo y urbanístico de la Villa: los colegios de Cardoso y La Arquera, el casino... Fue Posada Herrera el cacique que favoreció este nuevo amanecer desde la restauración y los gobiernos Isabelinos.
En el siglo XX, la actividad industrial era escasa. Durante la Guerra Civil española, se libraron importantes batallas en las cumbres de los montes llaniscos. Las tropas republicanas fueron derrotadas y el concejo mayoritariamente de derechas queda en manos de Franco. En la lucha antifranquista se significo Horacio Fernández, El Paisano, que vivió en la clandestinidad y con la llegada de la Democracia fue por dos legislaturas diputado nacional por Asturias.
Hoy es el turismo aprovechando sus grandezas naturales, el Camino del Norte a Santiago, su puerto deportivo y una importante industria de servicios el motor económico y de crecimiento de Llanes.
Conocer Llanes. Patrimonio cultural
Puerto pesquero tradicional, hoy con una abrigada marina. Los cubos pintados con diferentes motivos de su dique de abrigo “Los Cubos de la Memoria” del pintor vasco Agustín Ibarrola nos reciben en la arribada por mar.
Su nuevo puerto deportivo será el inicio de nuestra ruta para conocer esta villa que tiene un patrimonio artístico extensísimo, en iglesias, casonas, palacios, o casas.
En el puerto, una placa conmemora a los 65 marineros que embarcaron en cuatro galeras para formar parte de la Armada Invencible y recuerda un dicho popular de la gente de mar llanisca: “Llanes, Villa nombrada si no fuera por la Osa serías quemada” en referencia al bajo en la boca del puerto que dificultaba el acceso por mar. La lonja de pescado “La Rula” obra de 1935 de volumen escalonado en sección poligonal y rotonda unidos por escalera.
El Casco Antiguo de Llanes, declarado Conjunto histórico-artístico, se conserva en buenas condiciones, a pesar de los avatares sufridos en la edad media y del derribo de parte de su muralla. Aún conserva el
segundo tramo de muralla medieval más largo del norte de España.
LA MURALLA
La Muralla de Llanes es medieval, levantada en el siglo XIII, contaba en su origen con unos 840 m. de perímetro y una anchura media de aproximadamente metro y medio. Contaba con cuatro puertas principales: : una al Oriente “San Nicolás”, otra al Poniente, llamada Puerta de la Villa por ser la principal; otra al Sur, denominada de Los Remedios, o más comúnmente, del Llegar (hoy c/ Manuel Cué), y otra al Norte, la del Castillo. De las tres últimas guardaba las llaves el Juez o Alcalde de la municipalidad, de la de San Nicolás el gremio de mareantes.
El itinerario por lo que fue este recinto amurallado podemos iniciarlo por la Plaza del Castillo a la que accederemos desde el paseo del Muelle y en el puente de las “Barqueras” tomando la calle “Mercaderes. En esta plaza encontramos el Ayuntamiento de construcción sobria (1862) y el edificio del Casino (1910) su financiación por indianos se refleja en el estilo ecléctico con una decoración muy cargada.
Retornando por la calle Mercaderes, entraremos en la Calle Mayor que iba desde la puerta de la Villa a la de San Nicolás paseando entre edificios con balconadas y miradores. Destaca la casa de Juan Pariente la más
antigua de la población, lugar donde se hospedó el rey don Carlos I en 1519. Igualmente la antigua cárcel y la Capilla de la Magdalena, en la plaza del mismo nombre, levantada sobre otra anterior y se supone la
iglesia parroquial primitiva del s. XIII. Ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de su historia ya que fue afectada por dos grandes incendios uno en el S.XV y otro a comienzos del XIX. No obstante mantiene su estructura con una única nave y puerta en arco apuntado.
Llegando a la Plaza de Santa Ana, uno de los rincones del Casco Antiguo donde mejor se conserva en ambiente medieval y rodeando la muralla por su exterior está la Capilla de Santa Ana s.XV. De nave única cuadrada con contrafuertes, cuenta con un buen retablo del siglo XVII, recientemente restaurado. En la Capilla se venera a Santa Ana, San Telmo y San Nicolás y el 26 de julio, los marineros honran a su Patrona con una procesión en barco. En la misma plaza se encuentra El Palacio de los Gastañaga, antigua Casa de Ribero, s. XIV. Unaa de los escasos palacios de traza medieval que se conservan en Asturias, después de los incendios que sufrió la villa en 1480 y 1509. Reedificada en 1656, se mantienen enteros los dos lienzos de fachada: el del lado norte que da a la calle Mayor y el que mira al
poniente, al puerto. Otras remodelaciones en el s. XVIII y XIX, donde se le añade el piso alto y sus balconadas. También encontraremos en esta plaza de Santa Ana, la Casa de la Ballena, lugar donde se
despiezaban y subastaban las ballenas que eran pescadas por los marineros llaniscos. En el suelo empedrado de esta plaza observaremos una línea de losas negras que nos marcan el recorrido primitivo de la muralla en esta zona y la situación de la antigua Puerta de San Nicolás
Tras dos pasadizos alcanzamos la Plaza de Cimadevila donde está la capilla del Carmen.
En el centro del casco antiguo “Plaza de Cristo Rey” encontramos la Basílica, situada casi en el centro de la muralla. Iglesia gótica levantada sobre otra anterior. Iniciada en 1240 e inaugurada en 1480, tiene su portada más antigua en el ángulo sudoeste conservando restos románicos. Tiene siete arquivoltas lisas molduras que se apoyan en columnas con capiteles decorados con motivos zoomórficos. La portada principal, se encuentra en la parte sur, formada por cinco arquivoltas, apoyadas sobre seis columnas a cada lado, decoradas.
El interior es de planta regular dividida en tres naves, con bóvedas de crucería. El altar mayor fue construido en Italia. El retablo mayor s. XVI, plateresco con escultura y seis tablas flamencas del Maestro de Llanes.
En este entorno, en una estrecha calle de la cabecera de la Basílica, encontramos la Casona del Cercáu.
Edificio renacentista y conjunto palaciego edificado en 1597 por el obispo Pedro Junco Posada en una finca, cerrado en parte por la muralla medieval y un muro perteneciente a lo que fue el palacio de los Duques de Estrada ruinas del que fue un importante palacio barroco fechado en el s. XVII, cuyo estado se debe al incendio sufrido durante la invasión napoleónica, a cargo de las tropas del General Bonet, en 1809.
Al lado de la Basílica se sitúa la casa blasonada de Posada Herrera, típica casona s. XVII , hoy restaurada y reconvertida como Casa Municipal de Cultura. En su interior se ubican la Biblioteca y Archivo Municipal.
Muy cerca y como único vestigio del castillo se mantiene un Torreón del s. XIII. Concebido como torreón de defensa, más tarde cárcel, en la actualidad alberga la Oficina de Turismo. Esta declarado Monumento Nacional.