Justo una semana después del pistoletazo de salida de la Route du Rhum en Saint-Malo, los primeros participantes se preparan ya para llegar a su destino. Mientras el techo de nubes se eleva sobre la isla de Guadalupe, sacudida por fuertes lluvias desde hace 48 horas, el recibimiento de los marinos acapara toda la atención. La plaza de la Victoria de Pointe-à-Pitre se prepara para recibir a sus héroes como es debido. A 400 millas de la llegada, Yann Guichard, segundo tras Loïck Peyron, navega a 27 nudos de media y podría alcanzar la marca de recorrido de la Cabeza del Inglés, al norte de Basse-Terre, a primera hora del lunes (hora local – mediodía de París), antes de lanzarse a la famosa vuelta a la isla, siempre compleja e incierta.

Loick Peyron puede llegar a estar muy tranquilo, en el inicio del tramo final, con un buen colchón por delante de Yann Guichard: casi 200 millas o el 40% de la distancia para llegar a la línea de meta. Sin embargo, hay algunas trampas, evitar enganchar redes de pesca, la calma en Basse-Terre y dos trasluchadas antes de Guadalupe.

A menos de 1.000 millas del arco antillano, los chubascos dictan su ley a bordo de los dos grandes trimaranes que se encuentran a la cabeza de la Route du Rhum –Destino Guadalupe. Bajo grandes formaciones nubosas el viento rola, cambiando del noreste al sureste y variando su intensidad de 5 a 15 nudos en cuestión de minutos. Solo para controlar la situación a bordo de Spindrift 2, Yann Guichard emplea mucha energía para evitar que el barco se embale.

Loick Peyron comenzó su recta final al trasluchar viernes a la puesta del sol, su proa directa a Guadalupe: no debe tener demasiadas de maniobras en las 800 millas que le restan para escuchar la bocina de llegada. Yann Guichard a su estela, y más de 160 millas. El Class 40, de Conrad Humphreys desarbolaó viernes por la noche.

Aunque la temperatura del aire y del agua es de lo más agradable y todo parece ser velocidad sobre un tapiz turquesa, no hay que fiarse de las condiciones del alisio. Aunque vayan con pantalón corto y camiseta, los skippers viven horas de mucha tensión. Con veinte nudos de viento medio en este momento, el flujo del noreste se ha intensificado y parece haberse estabilizado finalmente.

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En la tarde, de ayer a unas 29 millas al norte de las Islas Sisargas (A Coruña), Bob Escoffier ha sido evacuado por efectivos de Salvamento Marítimo y el helicoptero Pesca 2 de la Xunta de Galicia.

“Físicamente esto es como escalar el Everest”. Esas eran las palabras de Yann ayer en el video de a bordo enviado desde Spindrift 2, el trimarán más grande de la clase Ultime, con 40 metros de eslora. Su voz es clara y pausada, pero se advierte la falta de sueño acumulada desde la salida de Saint-Malo el domingo pasado.

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Mientras Loick Peyron continúa solo en el su ruta a las Indias Occidentales en el grupo de los trimaranes Ultimate, otras clases están bajo la influencia de una nueva depresión que se ha comprimido sobre parte de la flota El mal tiempo se espera sobre todo fuera de la Península Ibérica para los rezagados Rhum y Clase 40.