Portada ›› Vela ›› Solitarios y A2 ›› Vendée Globe. Océano Pacífico, a 1.280 millas del cabo de Hornos

Vendée Globe. Océano Pacífico, a 1.280 millas del cabo de Hornos

Vendée Globe. Océano Pacífico, a 1.280 millas del cabo de Hornos

François Gabart y Armel le Cléac’h han superado esta mañana la última puerta de hielo, la Pacífico Este. Ante sus proas, al menos una quincena de icebergs a la deriva al sudeste de Hornos. En las estelas de los dos líderes, viento y mar para casi todos. Incluso demasiado, para el gusto de Jean Le Cam o de Alex Thomson, que sueñan con acabar su periplo por el Gran Sur. No son los únicos.

Desde el pasado 1 de diciembre, François Gabart (MACIF) y Armel Le Cléac’h (Banque Populaire) navegan casi sin perderse de vista. Se han intercambiado las riendas de la regata en numerosas ocasiones y todo indica que doblarán el tercer y último cabo de su periplo planetario con una diferencia de unos pocos minutos, el próximo 1 de enero. Este interminable mano a mano es algo nunca visto en una regata oceánica y es difícil imaginar hasta qué punto es agotador para esos dos protagonistas, que se niegan a dar el brazo a torcer. En ese duelo, no se han permitido el menor descanso, ningún paso en falso.

 

Cabo de Hornos on the rocks
A 1.280 millas del cabo de Hornos y a solo 1 milla uno de otro, los patrones de MACIF y Banque Populaire se sumergen hacia las latitudes frías y hostiles a una media de 18 nudos. Tendrán que bajar al menos hasta el 56º Sur antes de poner el intermitente a la izquierda y doblar la Tierra del Fuego. Pero antes de considerarse a salvo en el Atlántico deberán atravesar una zona de 50 millas plagada de hielos. Icebergs de 100 a 400 metros en el caso de los más grandes y visibles en el radar. El problema no son tanto esos mastodontes blancos como sus descendientes, los growlers, más pequeños, que a veces solo sobresalen 1 metro sobre el nivel del mar y que solo son localizables con la vista. Ese eslalon en un verdadero campo de minas será el precio que tendrán que pagar por el billete de salida del Gran Sur.

 

Acabar con el Gran Sur
En tercera posición, Jean-Pierre Dick (Virbac Paprec 3) ha frenado su ascenso a la cumbre de la regata. Ahora que los líderes han acelerado, su retraso ha dejado de disminuir y tiende a estabilizarse. El barco azul debería doblar el extremo meridional del continente americano aproximadamente con un día de retraso sobre sus predecesores. ¡Cuanto antes mejor! suspira Dick, que ha confesado estar impaciente por salir del Gran Sur y acabar con el frío y la humedad, que se ceban sobre todo con sus pies

 

Ese sentimiento lo comparte Alex Thomson (Hugo Boss), que sufre rachas de 40 nudos desde hace 12 horas: “Estoy muy, muy cansado. No consigo dormir, el viento es demasiado inestable, tengo que estar trimando todo el rato”, ha escrito esta mañana.

 

El mismo hastío siente Jean Le Cam (SynerCiel), que en plena conexión con el PC Regata ha evitado por los pelos que el barco se descontrolara. “Es duro, muy duro, porque el viento es muy inestable. ¡Qué bien se está cuando amaina un poco y veo un rayo de sol!”

 

Reagrupamiento en el centro
A partir del sexto puesto se está formando un pelotón de cinco barcos, desde Mike Golding (Gamesa) a Bernard Stamm (Cheminées Poujoulat), pasando por Dominique Wavre (Mirabaud), Javier Sansó (ACCIONA 100% EcoPowered) y Arnaud Boissières (AKENA Vérandas). El viento escasea por delante, por lo que los cinco patrones tenderán a reducir diferencias entre ellos, como intuía el patrón español esta mañana: “Yo estoy en medio y es bueno cuando miro hacia adelante, y desesperante cuando miro hacia atrás, porque veo a Cali y a Bernard navegando con 20 nudos y acercándoseme muy rápidos”. Sansó cruzó anoche el meridiano de cambio de fecha, por lo que vuelve a navegar en el hemisferio Oeste.

 

Por popa, viento fuerte y mar cruzada para los tres últimos, sobre todo para Alessandro di Benedetto (Team Plastique), único participante que aún navega en el océano Índico.

Han dicho..

Hoy ha sido un día muy tranquilo. Estoy bordeando el límite sur de un anticiclón, es muy tranquilo. Tengo más la impresión de estar en unos alisios muy grises y muy fríos que en el océano Austral.En el océano Austral hay una pureza del aire especial, no hay ninguna contaminación, es realmente magnífico. Y además, desde el punto de vista humano, estás verdaderamente solo. El Pacífico, es el mayor desierto del mundo. Cuando sale un rayo de sol, el azul del océano es magnífico de verdad.
Dominique Wavre (SUI, Mirabaud)

En este momento, va bien. Hay condiciones bastante tranquilas, el viento no está lejos por detrás. De hecho Tanguy (de Lamotte) con su barco rojo se acerca suavemente. Ahora tengo 20 nudos, pero debería tener 25 a lo largo del día, e ir un poco más rápido. Las condiciones son excelentes, el mar está tranquilo, hay luna llena.
Empiezo a conocer bien el barco. Es cierto que había muchas cosas que tenía que aprender. Quizás fui un poco demasiado prudente en la salida, había navegado poco con este barco. Comienzo a disfrutar con el barco, es barco muy bonito, tendría que conseguir hacerlo funcionar mejor, pero es difícil llevar estos barcos al 100%”.
Bertrand de Broc (FRA, Votre Nom Autour du Monde avec EDM Projets)

Ahora mismo es un poco duro, tengo 29-30 nudos de viento. Debería mejorar en las próximas horas. Estoy en tensión. (Abandona bruscamente el teléfono, después vuelve algunos segundos más tarde) He evitado una salida en arribada por los pelos. Es duro, duro, duro… Y si digo duro, es que es duro. Si tuviera vientos estables, sería más fácil, pero no pasa nunca. Intento llevarlo lo mejor posible, pero cuando calma y hay un poco de sol, ¡qué bien que va! ¡En cuanto amaina, qué bien que va!

¿Si el Pacífico es un mal recuerdo (ndlr: en la pasada edición volcó a 200 millas del cabo de Hornos)? Todo el mundo tiene malos recuerdos, pero uno intenta no vivir solo de malos recuerdos. Intento hacerlo lo mejor posible. Ahora, honradamente, esta conexión de hoy es un poco tirante.
Jean Le Cam (FRA, SynerCiel)

esos barcos; son barcos duros y acarrean mucho trabajo, por lo que el cansancio es tu enemigo. Y es un enemigo difícil de calibrar. No me refiero al sueño, sino al desgaste general de tu sistema. Creo que es importante seguir durmiendo bien, mantener un ritmo constante y espero que cuando vuelva al Atlántico habrá una especie de alivio por estar en el camino de regreso a casa; pero ahora mismo es duro. Ahora mismo estoy muy harto de la comida liofilizada. Todavía tengo una selección razonable, pero nunca tienes bastante, lo bueno parece desaparecer. Tengo un sistema poco regulado, y eso probablemente es malo
Mike Golding (GBR, Gamesa)

esos barcos; son barcos duros y acarrean mucho trabajo, por lo que el cansancio es tu enemigo. Y es un enemigo difícil de calibrar. No me refiero al sueño, sino al desgaste general de tu sistema. Creo que es importante seguir durmiendo bien, mantener un ritmo constante y espero que cuando vuelva al Atlántico habrá una especie de alivio por estar en el camino de regreso a casa; pero ahora mismo es duro. Ahora mismo estoy muy harto de la comida liofilizada. Todavía tengo una selección razonable, pero nunca tienes bastante, lo bueno parece desaparecer. Tengo un sistema poco regulado, y eso probablemente es malo
Mike Golding (GBR, Gamesa)