Vendée Globe. Electricidad a bordo, cada vez más y más verde
Energías renovables las hay a bordo de todos los barcos de la séptima edición de la Vendée Globe.
Hace ya muchos años que los veleros oceánicos han incorporado placas solares y generadores eólicos; más modernos son los actuales hidrogeneradores, que prácticamente hicieron su estreno en la última Barcelona World Race de hace dos años y que se han generalizado en esta Vendée Globe.
La importancia del uso de las energías renovables a bordo de los IMOCA es consecuencia del uso intensivo de instrumentos eléctricos a bordo. Estos barcos consumen electricidad para casi todo: desde mover la quilla a fabricar agua potable, controlar su posición (GPS) y su ruta, recibir previsiones meteorológicas, comunicarse con el mundo exterior (para enviar fotos y vídeos y también para participar en las videoconferencias con la organización y para bajarse archivos de internet), alimentar los pilotos automáticos y mantener en funcionamiento los instrumentos de navegación, desde la corredera (el velocímetro) al radar, pasando por el compás (brújula), para no hablar de los ordenadores, que centralizan toda la información y funcionamiento del barco.
Como puede apreciarse, es mucho consumo eléctrico, que unas baterías se encargan de proporcionar. Tradicionalmente, estas baterías se cargaban poniendo en marcha el motor del barco, como si de un coche se tratara.
Pero los motores consumen combustible, y el combustible pesa. Y ya se sabe que los regatistas quieren un barco tan ligero como sea posible. Si en lugar de cargar 300 litros en la salida pueden cargar 200, son casi 100 kilos que se ahorran (un litro de gas-oil pesa un poco menos de un kilo).
Las energías renovables vienen a paliar parcialmente el peso embarcado. Con la ventaja de que cada año son más eficientes; es decir, cada vez pesan menos y rinden más. Las placas solares actuales poco tienen que ver con las que se usaban hace 15 o 20 años. Si la mayoría consiguen transformar en electricidad el 14 o 15% de la energía captada del sol, las más modernas han elevado este rendimiento hasta el 21% y han conseguido cargar ¡a la luz de la luna!
Este desarrollo tecnológico no es exclusivo de las regatas oceánicas. El pasado mes de mayo, terminó su vuelta al mundo un barco con motor eléctrico que se cargaba exclusivamente con las placas solares que recubrían toda la superficie del catamarán. Y hace ya unos años que vuela un prototipo de avión con motores eléctrico recargados también mediante placas solares. Todos estos avances acaban repercutiendo favorablemente no solo en los barcos de recreo, sino también en nuestras propias casas.
La Clase IMOCA apuesta firmemente por las energías renovables, que considera no solo un recurso, sino también un factor de rendimiento a bordo.