Vendée Globe. El día antes y pendientes de la meteo
El sábado, a las 13h02, los 20 solitarios zarparán al asalto de su Grial. El cañonazo de salida resonará como una liberación y el inicio de la aventura, después de años consagrados a su proyecto de dar la vuelta al mundo. Salida de los pontones de Port Olona a las 9h30. Las emociones están garantizadas... y la meteo en la mente de todos
Los últimos de muchas cosas
Última jornada en tierra firme, últimos detalles a retocar a bordo, últimas reuniones con los meteorólogos, los patrocinadores, últimas comidas consistentes, última noche en una cama seca y caliente, últimos momentos reservados a la familia, últimos instantes de vida colectiva antes de entrar en la soledad. El sábado, a las 13h02, estarán solos. Durante tres meses.
A menos de 24 horas del disparo de salida, los 20 patrones ya tienen un pie en la regata. En el breifing con la organización el viernes por la mañana, han estallado las preguntas concretas sobre todos los detalles relacionados con la salida: salida del canal, seguridad. Ya se pica piedra.
Salida: emoción y concentración
Como sucede cada cuatro años, mañana será un día grande. Habrá centenares de miles de personas en los diques del canal y en la explanada, centenares de barcos en el agua. Para los navegantes solitarios, salir de los pontones, dirigirse al campo de regatas y cruzar la línea de salida son momentos de tensión, cargados de emociones y de prioridades contradictorias. Todo el mundo recuerda que Michel Desjoyeaux estuvo a punto de chocar contra el dique de Port Olona en el momento de soltar amarras. “La salida es una fase en la que puedes hacer tonterías, ponerte nervioso e hipotecar tu regata desde el primer momento”, comenta Jérémie Beyou. Hoy, pues, los veinte navegantes están concentrados en esa jornada especial. De todas formas, el ambiente es mucho más relajado que hace cuatro años por un motivo esencial: un tiempo relativamente clemente durante los primeros días de regata. Sin temporales a la vista, únicamente condiciones invernales clásicas en el golfo de Vizcaya con una salida ciñendo, con algunos chubascos, con un viento que irá rolando progresivamente a la derecha, a favor de los regatistas.
¿A toda velocidad hacia el cabo de Finisterre?
Sábado, a las 13h02, los participantes se lanzarán a alta mar con un viento de sector Oeste de unos 15 nudos. El primer interrogante afecta al paso de un frente, antes, durante o poco después de la salida, que podría obligar a los navegantes a echar bordos antes de aprovechar un flujo del oeste-noroeste. A partir de entonces, hay un bordo largo amurados a estribor durante las primeras 24 horas de regata, en ceñida primero, a un descuartelar más tarde, con un viento que durante la primera noche refrescará hasta 25/30 nudos. Tendrán que acostumbrarse al mar, y también vigilar el tráfico marítimo, siempre intenso en el golfo de Vizcaya, donde abundan los cargueros y los pesqueros. Esas 300 millas iniciales acabarán como si se tratara de una carrera de velocidad pura hacia la punta noroeste de España. Será importante apretar el acelerador desde los primeros minutos de la regata para conseguir doblar el cabo de Finisterre antes de la llegada de una dorsal que se extiende desde el anticiclón de las Azores. Los primeros que pasen, el domingo a mediodía, serán también los primeros que podrán izar el espináquer y lanzarse con vientos portantes de 25 nudos, los famosos alisios portugueses.
Primeras trescientas millas de la Vendée Globe. En la mente de los patrones esta la situación meteorológica para las próximas 48 horas. Desde la salida en Le Sables d´Olonne hasta Cabo Finisterre tiene más de trescientas millas náuticas, una ruta en diagonal por el Golfo de Vizcaya hasta librar las costas de Galicia.
Hemos comentado la llegada de una borrasca atlántica, que se movía por la zona de Irlanda. En los últimos mapas de previsión se puede ver que se ha desplazado un poco más al Norte, lo que puede implicar una ventaja para los OPEN 60 con vientos del cuarto cuadrante. “Durante la salida tendremos la influencia de un frente frío –Bernard Stamm, patrón del Cheminées Poujoulat-, que llega de una baja presión situada en el Atlántico Norte, enviándonos lluvia en la mañana. Esperamos tener unos 15 nudos de vientos en la salida, que irá en aumento al paso de las horas, pudiendo superar los 24 nudos de intensidad. Tendremos una larga ceñida con el barco amurado a estribor durante la primera noche, que puede que sea difícil. Habra que buscar el equilibrio en la elección de velas, jugar entre ir con un poco más de trapo o reducir superficie velica. La verdad que la situación meteorológica podría ser mucho más complicada”
Llegar a Finisterre en la tarde del domingo. Cierto es que los OPEN 60 son muy veloces, pueden recorrer más de 250 millas en una jornada, incluso superar las 500 millas. Pero en este primer tramo de la Vendée Globe se espera que la flota alcance las costas de Galicia en la tarde del domingo. Incluso que alguno deje atrás Cabo Finisterre, punto más occidental del Noroeste español.
Sylvain Mondon -ingeniero – meteorólogo que asesora a Marc Guillemot, patrón del OPEN 60 Safran- comenta: “… estamos en una fase de transición. En resumen, la primera parte, del Golfo de Vizcaya hasta las Islas Canarias, pueden darse dos situaciones. El primer caso, el más frecuente en otoño: un desfile de borrascas con frentes fríos; esto hace que el viento del Oeste y Suroeste sea suficientemente fuerte. Que fue lo que sucedió hace cuatro años, lo que genera una mar gruesa en el inicio de la regata. El segundo caso es la situación anticiclónica. Si el centro del anticiclón esta cerca del continente europeo, la flota tendrá vientos del norte y suaves. Pero si el anticiclón se sitúa en las Azores, generara unos vientos mucho más favorables que permitirán un comienzo rápido de la regata.”
Por ahora las cosas no están muy claras a pocas horas del inicio de la séptima edición de la Vendée Globe. La Organización de la regata todavía no ha publicado la previsión meteorológica que esperan tener mañana en la salida. Lo cual indica que las cosas no están muy claras con la borrasca situada en el Atlántico Norte. Todo el proceso de la salida es muy complejo, no solo por la flota de los veinte participantes, sino por la multitud de espectadores, cientos de barcos y más de doscientos periodistas acreditados para la salida.