Trabajo y recuperación para iniciar una nueva regata
En su primer día de escala técnica en Wellington, el Estrella Damm Sailing Team encauza las tareas de reparación y los patrones reponen fuerzas tras más de 50 días en el mar
Pepe Ribes: “El barco está bajo control pero queda trabajo que hacer”
La escala técnica del Estrella Damm en Wellington está a punto de cumplir sus primeras 24 horas. En esta primera jornada las tareas de mantenimiento y reparación del barco se están desarrollando a buen ritmo con la intención de que los patrones Alex Pella y Pepe Ribes puedan zarpar mañana a las 20:14 hora española (08:14 hora neozelandesa) con la embarcación en las mejores condiciones.
“Todo marcha”, aseguraba esta mañana Jan Santana, director del Estrella Damm Sailing Team. Santana está ayudando desde Barcelona a la coordinación de las tareas lideradas por David Pella, capitán del barco y como tal responsable de su mantenimiento técnico, quien afirmó: “Pepe y Alex han hecho un gran trabajo. El barco está en muy buenas condiciones teniendo en cuenta que llevan 50 días navegando y compitiendo a tope. Se nota lo mucho que han trabajado en el mantenimiento porque no hemos encontrado ni un desperfecto más de los que nos habían comunicado”.
El equipo espera un nuevo tambor del enrollador del solent, pieza que fue la causa de la parada. “Es un elemento muy específico hecho a la medida de nuestro barco, y el fabricante se está volcando en tenerlo listo con la máxima celeridad”, explicaba Santana. Mientras llega la pieza, los trabajos se han centrado en la revisión y mejora de las reparaciones efectuadas por los patrones a bordo en velas, candeleros, balcón de proa, hidrogeneradores…
Esto siempre que se ha podido, porque Ribes y Pella habían conseguido hacer trabajos impecables en plena navegación, como el de la mayor, que el propio especialista aseguraba no poder mejorar en tierra.
Empezar de nuevo
Mientras Estrella Damm y Groupe Bel siguen obligados por el reglamento de la Barcelona World Race a cumplir 48 horas en tierra, sus rivales van acercándose libres ya de la barrera anticiclónica del mar de Tasmania que ralentizó al barco español durante días. El Renault Z.E. de Pachi Rivero y Toño Piris ya ha conseguido superarles en la clasificación y es ahora tercero. A su llegada a puerto ayer, Pepe Ribes reflexionaba sobre los nuevos retos que se abren ahora: “De estar intentando acechar al segundo, ahora nos van a pasar varios barcos: el Renault Z.E., que parece ser que no para, el Groupe Bel va a salir con nosotros, y los que vienen detrás seguramente o saldrán antes o justo detrás (…) Lo importante es que como salimos con otros barcos, será otra regata, empezar de nuevo, y darlo todo e intentar ir lo más adelante que podamos de aquí a Barcelona, que es para lo que hemos trabajado. Hemos aprendido muchas cosas en esta regata, y las que nos quedan por aprender”.
Por su parte, un emocionado Pella aseguró: Venimos desde Barcelona regateando bastante bien. Este es un proyecto largo en el que queríamos estar en los puestos de delante, y lo estábamos consiguiendo. Y esto es un golpe duro porque se nos van a colar muchos barcos, aunque la regata es muy larga”. Pella insistió en su agradecimiento a todos los seguidores del Estrella Damm Sailing Team: “Agradecemos mucho todas las muestras de apoyo, y esperamos poder corresponderles en lo que queda de regata”, afirmó ilusionado.
Como un pez fuera del agua
Pero la lucha en el mar debe esperar aún unas horas, y mientras tanto los patrones están viviendo una vida muy diferente a la que se habían acostumbrado. Tierra firme ya no es su elemento, como dejaba entrever un divertido Pepe Ribes a través de su twitter: “En el pasillo de los cereales de un hiper...ahora entiendo que tengo que irme a navegar ya”. Más tarde lanzaba otro mensaje aún más elocuente en medio de la gran ciudad: “Ahora estoy en un paso de cebra, con 4 filas de coches a cada lado. Montón de gente. Me siento como un pulpo en un garaje”. El día de Ribes terminaba de la mejor forma posible, ante una apetitosa cena con amigos neozelandeses, con la perspectiva de un sueño reparador y con optimismo ante el trabajo de la próxima jornada: “Solomillo con amigos kiwis y a la cama. Mañana más. El barco está bajo control pero queda trabajo que hacer”.