Spindrift 2, de Yann Guichard y Sébastien Josse, Edmond de Rothschild completan el podio de la Route du Rhum
El lunes 10 de noviembre a las 19:18 (hora francesa), Yann Guichard ha completado esta travesía inédita en 8 días, 5 horas, 18 minutos y 46 segundos, a una velocidad media de 21,96 nudos. El martes 11 de noviembre a las 04h 47mn 09s Sébastien Josse y cruzó la línea de meta de la 10ª Ruta del Ron-Destino Guadalupe tras ocho días 47 minutos y 9 segundos a una velocidad media de 17,13 nudos.
Al alcanzar la segunda posición de la Route du Rhum – Destino Guadalupe tras haber navegado de Saint-Malo a Pointe-à-Pitre en solitario a la caña de Spindrift 2, el trimarán de regatas más grande jamás construido, con 40 metros de eslora y 23 de manga, Yann Guichard ha desafiado todos los pronósticos. Radiante de felicidad, el skipper no esconde que ha puesto a prueba sus límites para alcanzar este podio. Tan sólo 14 horas después del vencedor Loïck Peyron, quien ha batido por dos horas el récord de la prueba. Apoyado por todo el equipo de Spindrift racing, Yann ha superado un desafío casi inimaginable hace algunos meses. Este experto en multicascos no sólo ha disputado la Route du Rhum en solitario a bordo de este inmenso barco concebido especialmente para los récords en equipo, sino que además ha sido competitivo.
“He hecho una buena regata y no he dado tregua desde el principio hasta el final. He sufrido, no lo escondo, pero he conseguido mantener el ritmo. Hoy estoy orgulloso de terminar segundo en Pointe-à-Pitre y de estar en el podio con Spindrift 2, detrás de Loïck (Peyron), que ha firmado una gran actuación."
“Siempre he creído que podría ser competitivo con Spindrift 2, algo que no todo el mundo ha hecho. Junto con el equipo, lo hemos modificando el barco para que sea manejable en solitario. Lo he probado y estoy muy feliz y orgulloso por todo el equipo que ha trabajado duro para concretar este proyecto."
“El segundo día perdí uno de mis pilotos automáticos y he hecho toda la regata peguntándome si iba a poder terminar. Por lo demás, he tenido muy pocos problemas técnicos y eso es esencial para terminar en el podio. Y ha sido gracias al equipo que ha hecho un gran trabajo. Mis routiers en tierra, Erwan Israël y Richard Silvani me han apoyado a diario, en los golpes duros, y estoy muy satisfecho de nuestra actuación.”
“Ha sido una regata increíble con una primera noche difícil y viradas en las que esquivé cargueros y pesqueros con 35 nudos de viento, tuve bastante estrés. Perdí terreno pero después en el golfo de Vizcaya pude remontar y volver al juego. Tuve dos momentos complicados a lo largo de Portugal en los que tuve que poner todo, pero aparte de eso, el barco está súper sano. En las maniobras, nunca me he esforzado tanto, nunca había llegado tan lejos. Pero después del esfuerzo, el barco aceleraba y era pura felicidad. He perdido algunos kilos pero estoy feliz de estar aquí y he disfrutado mucho con el barco.”
Un principio dominando la regata
El domingo pasado, en el pistoletazo de salida, Yann tomó una salida contenida, consciente de que con la gran cantidad de barcos en el agua, primaba la seguridad. Y lo mismo para la salida del canal de la Mancha, Spindrift 2 puso rumbo al norte, rodeando ampliamente la punta de Bretaña, permaneciendo con poca vela la primera noche, en la que el frente anunciado sacudió a la flota a la flota con 35 nudos de viento medio y ráfagas de 45. La tormenta hizo una primera selección. Thomas Coville, uno de los principales contrincantes de Yann en la clase Ultime, se vió obligado a abandonar tras las colisión de Sodebo con un carguero. Algunas horas después Loïck Peyron viraba hacia el oeste de Ouessant mientras que Yann, en sexta posición, decidía pisar el acelerador. Con marejada de más de 5 metros, el skipper añadió trapo y atravesó el golfo de Vizcaya con sólo dos rizos en la mayor. En el cabo Finisterre, Spindrift 2 remontaba hasta la segunda posición, que defendería hasta la llegada.
Un piloto automático roto, Yann se aproxima
El viento roló y Europa desapareció tras su estela. Portugal, Gibraltar, Marruecos, Madeira, las millas desfilaban con vientos portantes pero la velocidad tenía un precio. Durante la noche del martes al miércoles, Yann puso todas las velas e izó el genaker, lo que le supuso más de cuatro horas de esfuerzo. Terminó la maniobra agotado perdiendo un tiempo precioso y Loïck Peyron se escapó, marcando inexorablemente la distancia, a pesar de una fisura en el brazo de unión de proa, al parecer sin gravedad. El skipper de Spindrift 2 se quedaba sin uno de sus pilotos automáticos que se había soltado. En tierra, el equipo hacía un primer diagnóstico. El sistema había sufrido mucho con las dantescas condiciones del principio de la regata y no se podía reparar. El navegante solitario debía apostarlo todo a su segundo piloto y terminar la travesía con una espada de Damocles sobre su cabeza porque sin piloto, iba a ser imposible gobernar el barco en solitario.
Alisio perezoso y caprichoso
A pesar de todo, Spindrift se adelantó al pelotón. La fluidez de su trayectoria muestra hasta qué punto los marinos trazan su juego a pesar de un flujo de este débil y salpicado regularmente por chubascos tormentosos. Bajo una luna más grande que el sol, Yann controlaba su barco cada vez que el anemómetro se embala, empleando mucha energía, aunque el skipper se mantuvo bien y atacó. El viernes por la tarde la cuerda se tensaba. Spindrift 2 llegó a estar a 118 millas de Banque Populaire VII pero, durante la noche, Yann se vió alcanzado por una inmensa masa nubosa que hacía caer el alisio y, por la mañana, llevaba a Loïck Peyron hacia la victoria. Esta mañana, tras una bonita llegada a Guadalupe al amanecer, el skipper ha encadenado maniobras para poner rumbo a Basse-Terre y celebrar finalmente su proeza en Pointe-à-Pitre. Nunca antes un hombre había navegado en solitario a bordo de un maxi trimarán de 40 metros terminado además en la segunda posición del podio.