Route du Rhum: La última semana en Saint-Malo

La mayor concentración de navegantes oceánicos en Saint-Malo hasta el 2 de noviembre. Pella entre los 91 patrones que participarán en la 10ª “Route du Rhum”.

Una semana muy movida. El próximo domingo, 2 de noviembre, parte de la ciudad francesa de Saint-Malo la flota de 91 veleros participante en la decima edición de la “Route du Rhum”, la mejor transoceánica en solitario del mundo.

Será una semana con mucha actividad a pie de pantalanes, en las múltiples carpas instaladas, a lo largo de los muelles, y en la plaza de Chateabriand (en el interior de la ciudad amurallada); tras la inauguración de oficial de la “Ville Route du Rhum” el pasado sábado, ya se han celebrado varias botaduras de veleros que participan en la Clase Rhum, la del “Komilfo” de Juilen Mabit y la del legendario monocasco “Kriter V” de Michel Malinovsky (1978), con 20 metros de eslora, que ahora patronea Benjamin Hardouin, la presentación de todos los patrones en la plaza de Chateabriand, actuaciones de grupos musicales, y diariamente hay actos para estar súper ocupado hasta el día de la salida el próximo domingo.

A tener en cuenta la de millares de personas que acuden diariamente a Saint-Malo, en 2010 hubo “dos millones de visitantes”, hay momentos que es difícil caminar cerca de donde están amarrados los veleros. Y, si alguien tiene pensado acudir, muy recomendable visitar la ciudad amurallada y perderse por sus locales de comida, tiendas, cervecerías, etc., muy bonita.

Una de las cosas buenas que tiene Saint-Malo para el espectador, es que la flota está amarrada en dos grandes dársenas interiores, a las cuales los veleros acceden y salen a través de una esclusa que tiene unos 15 metros de desnivel. Los cambios de marea en Saint-Malo son espectaculares, lo normal es que supere ocho metros. Para el día 2 de noviembre las mareas son: primera pleamar a las 02:20 horas, altura de 8,4 metros; primera bajamar a las 09:15 horas, altura 3,4 metros; segunda pleamar a las 14:55 horas, altura 9,6 metros; segunda bajamar a las 20:40 horas, altura 3,1 metros. Esto implica que la flota salga del puerto interior en la primera pleamar, durante la noche, porque si no habrá problemas de calado (un IMOCA 60 cala 4,50 metros); mucho público suele estar viendo esta maniobra en la esclusa.

Ultimando detalles antes de partir. No todos los navegantes oceánicos tienen un equipo lo suficientemente grande como para tener todo listo y preparado, y que el patrón solo se dedique atender a los periodistas, firmar autógrafos o conversar con los aficionados. De los 91 patrones, una gran mayoría trabaja hasta el último día en la preparación de su barco, las últimas reparaciones, la instalación de una pieza nueva, acabar de reparar un equipo electrónico, que los pilotos automáticos estén a punto, una lista interminable a la que se suma embarcar los víveres, que en función del presupuesto habrá más liofilizado o no.

El patrón Alex Pella esta en el grupo de los que se lo costea, tiene amigos que le ayudan, y tiene que meter horas al Class 40 “Tales II”. Estos días anda con la preparación de las bolsas de comida, y por lo que se puede ver entre los sobres no se olvida de embarcar “jamón ibérico”. Seguro que ya tiene muy estudiado el peso máximo de comida para los menos de veinte días de regata entre Saint-Malo y Pointe-a-Pitre.

c) Dury Alonso