Poco a poco el FMC de Gerad y Ludovic está encontrando su lugar en la flota de la BWR
Alternándose la décima posición con el We Are Water. Seguramente un buen estímulo para compensar la extensa zona de calmas que domina el mar de Alborán y ralentiza su avance hacia el Atlántico.
El Mediterráneo parece estar ávido de protagonismo en la Barcelona World Race. Mientras los barcos que lideran la flota ya están en aguas atlánticas, media flota todavía está retenida en el mar de Alborán, soportando estoicamente vientos de proa que no pasan de 5 nudos. Como guinda del amargo pastel, la fuerte corriente en contra todavía dificulta más su avance hacia Gibraltar.
Al equipo FMC no le queda otra que sufrir esta situación, sin preocuparse por las diferencias que se están abriendo en la flota. Están haciendo bien los deberes, pues ya era sabido que "su regata" es la de competir cara a cara con el Central Lechera Asturiana y el We Are Water, los barcos más antiguos de los 14 IMOCA participantes en esta segunda edición de la Barcelona World Race, la regata vuelta al mundo en doble y sin escalas.
Apenas se ha cubierto el 2-3% de las 25.000 millas de su recorrido, en el rumbo teóricamente más corto posible. Por tanto, este primer tramo de salida en busca del Atlántico no es, ni mucho menos decisivo. Especialmente
respecto a las averías que antes o después comenzarán a visitar a la flota.
Es una regata muy larga, una auténtica maratón de la vela y, por tanto, un por eliminación. El factor máquina está omnipresente, tanto en las prestaciones reales de cada barco, como el fantasma de las averías que siempre planea junto a estos veloces barcos... cuando el Mediterráneo no les condena a trabajos forzados. Porque la inestabilidad del viento exige mucha concentración y continuo trabajo abordo. Los cambios de velas y las maniobras no pueden postergarse, pues perder unos metros a veces supone dejar escapar una leve racha o role favorable, que tal vez te dejen definitivamente fuera de juego.
De momento, Ludovic y Gerard siguen metidos en el partido. Su objetivo es acabar la regata, con la prioridad de no detenerse para reparar averías graves, y su "torneo" es medirse con los barcos de similar generación.
Correo de Gerad Marín desde el barco esta tarde: "Yes we can!! Ya hemos atrapado a nuestro pequeño grupo... estamos navegando a la vista del Lechera y del Renault que acecha por detrás. En este momento tenemos el mar como una balsa de aceite, 2 nudos de viento del 150º al 190º, y 1,5 nudos de corriente en contra... Brilla el sol y hace calor. A las 3 de la madrugada me despertó Ludo con gritando ¡¡Gerard ven, rápido!! Nos habíamos enredado con una red de pesca. Ya me veía nadando a oscuras para deshacer el lío, pero al final con la técnica de un vila ligera (empujando la botavara para hinchar la vela mayor a la contra) hemos logrado navegar marcha atrás. Era en una zona que estaba plagada de redes kilométricas...."