Navidad “marinera” para Seb Simon, en la virada de Cabo de Hornos
Seb Simon (Groupe Dubreuil) tuvo que esperar hasta después del desayuno para pasar por primera vez el Cabo de Hornos. A pesar de su paciencia, el patrón de Les Sables d'Olonne se vio recompensado por unas condiciones que podríamos calificar de «marinera», con vientos de 47 nudos y un mar gris pizarra oscuro.
Deseaba disfrutar de un paso de postal como el que disfrutaron los dos líderes el lunes por la noche; El martes por la mañana, a las 0921h UTC, 1 día 9 horas después del líder, Seb Simon pasó a más de 30 millas de tierra, tratando de evitar el sotavento de las zonaltas y acantiladas y de encontrar una brisa más constante y algo de mar de fondo.
La alegría por salir del Pacífico, le llevó a esclamar: «Gracias Pacífico, adiós Gran Sur y larga vida al Atlántico. Esto es algo grande», añadió el patrón del Groupe Dubreuil que, al igual que los dos que le preceden, ha ralentizado la marcha hasta alcanzar velocidades de un solo dígito.
Richomme prolonga en las Malvinas
Yoann Richomme, tras pasar el Cabo de Hornos con una diferencia de 9 minutos, ha aumentado su ventaja sobre Charlie Dalin a cerca de 100 millas esta tarde de Navidad. Su navegación hacia el oeste, recorriendo la zona de exclusión de hielo por estribor, le permitió conservar la brisa durante más tiempo que Dalin, que frenó primero en la zona de vientos más flojos. Pero la velocidad de Richomme también ha disminuido esta mañana,
«Acabo de despertarme, cuando me fui a dormir iba a 25kts y cuando me desperté íbamos a 7kts. Pero un poco de calma es bueno». Después de casi un mes de grandes mares y vientos en el Océano Antártico, la sensación de descompresión en la escalada atlántica es casi inevitable, dada su benigna meteorología. Y Richomme parecía hoy un navegante diferente, capaz de sentarse erguido en su silla de muelles a medida y de tener el placer de caminar alrededor de su barco casi erguido y sin que las paredes de su embarcación le hicieran de fpntón de pelota.
«El mar ha estado muy bien desde que viramos el Cabo de Hornos, hemos tenido unas condiciones estupendas, con un viento cruzado en general muy rápido. Eso nos ha permitido avanzar mucho hacia el Norte». Como siempre, no se deja llevar por la euforia y sigue concentrado en la fase de transición que tendrá que superar antes de llegar a la zona de presión favorable para acelerar hasta la latitud de Río de Janeiro. «Necesito recuperarme un poco y hay que limpiar un poco el barco», explica el navegante, que también disfruta de la subida gradual de las temperaturas. El gorro de piel y los calcetines grandes deben volver a su bolsa.
Trepando por la flota.
Pero otros frío hasta los huesos en los 50 rugientes: «¡Hace mucho, mucho frío!», confirma Justine Mettraux (TeamWork - Groupe Snef), 10ª. El agua helada se cuela por todas partes y el aliento de la navegante se convierte en vapor. Su atención está totalmente centrada en su regata ya que, al igual que Boris Herrmann (Malizia - Seaexplorer), Mettraux está protagonizando una notable remontada en el grupo liderado por Thomas Ruyant (VULNERABLE). «El tiempo me ha ayudado mucho porque he tenido más viento que los de delante estas últimas 24 horas. Ahora veo a Yannick (Bestaven) y Paul (Meilhat) en el AIS. Es estupendo haberlos encontrado de nuevo. Es un poco inesperado porque estaban bastante lejos».
De vuelta al futuro
De un modo u otro, la Navidad se convierte siempre en un momento especial para los navegantes de la Vendée Globe y más especialmente para aquellos que, como Jean Le Cam (Tout Commence en Finistère - Armor-lux), Isabelle Joschke (MACSF), Giancarlo Pedote (Prysmian) y Alan Roura (Hublot), han cruzado recientemente el antimeridiano y tienen por tanto dos Navidades, un bonito recordatorio de que viajar en el tiempo es posible en un IMOCA.