Mini Transat: Otra semana más atrapados en Douarnenez
La llegada de otra borrasca obligará a aplazar nuevamente la salida de la Mini Transat. El apoyo local minimiza el aburrimiento y la ansiedad de los patrones solitarios.
En el fondo de la “olla”. Así llaman los navegantes franceses a la costa occidental francesa en el golfo de Vizcaya. Cuando llegan los fuertes vientos del oeste es imposible hacerse a la mar con un velero de 6,50 metros de eslora.
Según la información meteorológica que maneja la Organización de la Mini Transat, ayer estimaban que se podría dar la salida de la regata el próximo fin de semana, pero no va a poder ser porque las borrascas del Atlántico norte seguirán llegando con fuerza al golfo de Vizcaya.
Así que la flota de los Mini 650 se mantendrá amarrada una semana más en el puerto de Rhu en Douarnenez. Una situación que esta trastocando muy mucho todo los planes de la Organización y de los propios participantes.
Muchos participantes con presupuestos limitados. Es la tónica general de la flota Mini 650, una Clase donde muchos patrones oceánicos inician su largo ascenso hasta la cúspide, otros para satisfacer sus inquietudes, pero que al final la gran mayoría maneja muy poco dinero para estar en la línea de salida.
El español Bruno García comento que su presupuesto rondaba los diez mil euros, sin contar el tener un barco o alquilarlo. De los 84 participantes, la gran mayoría tiene recursos económicos muy limitados, y seguro que a estas alturas las “alarmas” ya se les habrán disparado.
La situación ha generado una explosión de solidaridad entre los habitantes de Douarnenez y los patrones solitarios. En muchas casas les ofrecen hospedaje, otras empresas de restauración degustaciones gratuitas de productos, y diversas opciones con las que la gente de Douarnenez intenta mitigar el desfase económico y la ansiedad de seguir en tierra sin competir después de tantos meses de preparación.
Como dijo Groucho Marx: ¿Pagar la cuenta? ¡Qué costumbre tan absurda!
c) Dury Alonso