Mini Transat 2013 - De Douarnenez a Sada : una etapa ? No, una epopeya.
La Mini Transat está lista para arrancar el martes
Resumen de las peripecias que jalonaron la regata desde el 13 de octubre
Una singladura llena de aprendizaje
30 días, es el tiempo que habrá transcurrido desde la fecha teórica de salida desde Douarnenez y la nueva desde Sada, cerca de La Coruña, para iniciar la más larga de las etapas jamás realizadas en la historia de la Mini Transat. Es decir casi un mes de navegación y de acontecimientos, antes de encontrar una salida.
En los pantalanes de Marina Sada, los regatistas se preparan poco a poco en modo “carrera”. Los ordenadores funcionan a toda velocidad, los ficheros meteorológicos llueven y los análisis de los mejores expertos son recibidos, comparados, analizados … Aún quedan algunos competidores en mar, los últimos que dejaron el puerto de Moras, donde se había refugiado Jean-Pierre Dick durante la Vendée Globe antes de atravesar el Golfo de Vizcaya. Deberían llegar por la noche.
Estrecha ventana y neutralización
Por ahora, cada uno tiene prisa por acabar esta espera tan larga. Primero, hubo que tener paciencia en Douarnenez esperando una ventana meteorológica. Una situación particularmente irritante ya que las dos semanas de preparación de la Mini Transat se habían celebrado en condiciones idílicas. Solo por dos días, la flota podía pasar el cabo Finisterre con mucha facilidad y se plantaba con vientos portantes a Lanzarote. La opción de poder adelantar una salida por algunos días, es en otra parte una de las posibilidadades exploradas por los oraganizadores en vistas a la próxima edición, si las condiciones meteorológicas lo exigen. En Douarnenez, la dirección de la regata acechaba el momento para liberar la flota. Cada vez que una ventana parecía dibujarse, los ficheros siguientes contradecían la esperanza de encontrar el momento oportuno.
Finalmente, la salida se podria hacer el 29 de octubre, con un viento de oeste a norte-oeste de 25 nudos, bajando desde la primera noche. Durante esta misma noche, la dirección de regata constataba una nueva degradación de las previsiones y decidía, como lo preveían las ultimas modificaciones de las instrucciones de regata, desviar la flota hacia Sada, término de una media-etapa. Desgraciadamente, el mal tiempo llegaba más rápido de lo deseado. Asi se decidió neutralizar la regata y aconsejar a los regatistas, que quedaban lejos de Sada, que se dirijieran a Gijón donde las condiciones meteorológicas eran mejores.
Una travesía dura
En el gran puerto asturiano, se daba de nuevo la espera para llegar a Sada, donde los primeros competidores habían encontrado refugio. A pesar , del poco número de barcos en Sada, lo lógico era que la flota entera zarpara desde el puerto gallego : por una parte, imponer a los regatistas llegados a Sada ir hacia el este hasta Gijón, era como una doble condena. Hubiera añadido a la frustración de no poder estar clasificado una travesía un tanto inútil, cuyo objetivo final era tener el menor camino posible para pasar el Cabo Finisterre. Ahora, había que encontrar una manera de salir todos los barcos de Gijón. El regreso hacia el oeste no era nada fácil: los pasos de Estaca de Bares y de Cabo Ortegal se hacían con una mar cruzada y vientos que alcanzaban a veces los 40 nudos, en ráfagas. Muchos competidores reconocieron que fue la primera vez que estuvieron enfrentados a condiciones tan difíciles.
Ahora, toda esta gente, o casi, está reunida en Sada para tomar la primera salida de esta Mini Transat Douarnenez - Pointe à Pitre. A partir del lunes, los vientos giran hacia el norte. Por fin, la flota va a conocer las embriagueces de planear sobre la ola. Después del pan negro, los solitarios van a poder comer el pan blanco.