Global Solo Challenge: Cole Brauer ETA 6 o 7 de marzo. La dura realidad del desafío: más de la mitad de los participantes se han retirado
La expectación crece en A Coruña ante la inminente llegada de Cole Brauer. La joven navegante estadounidense está captando mucha atención de los medios ya que está a punto de convertirse en la primera mujer estadounidense en completar una circunnavegación, en solitario y sin escalas, pasando por los tres grandes cabos, y en ser la 18ª mujer en lograr este objetivo.
Con muchos medios animando al público de cara a su llegada, hay unos cuantos ciudadanos estadounidenses que se han tomado unas vacaciones para viajar a A Coruña y asistir a su tan esperada llegada. Su hora estimada de llegada actual, dependiendo de simulaciones, pronósticos y rendimiento, varía desde la tarde del 6 de marzo hasta el mediodía del 7 de marzo. El pronóstico del tiempo sugiere que debería intentar llegar lo antes posible para evitar un sistema de baja presión que la estará persiguiendo y, tal como se esperaba, parece haber pisado el acelerador desde ayer, lo que significa que se espera que llegue antes de que se desarrolle la depresión. Indudablemente, hará todo lo que esté en sus manos para evitar arribar bajo condiciones que podrían comprometer la integridad del barco, situación que estableció el escenario impresionante para la llegada del ganador del Global Solo Challenge, Philippe Delamare, el 24 de febrero.
Lamentablemente, el Global Solo Challenge no se compone únicamente de instantes de victoria, representa un exigente desafío de resiliencia, con una carga emocional significativa para los navegantes, quienes deben permanecer imperturbables, tanto en los momentos de éxito como ante las adversidades.
Después de sufrir problemas con el aparejo el 21 de febrero mientras navegaba hacia el Cabo de Hornos, a más de 900 millas al oeste de Nueva Zelanda, Alessandro Tosetti en Aspra se ha visto obligado a jugar una larga partida táctica con los sistemas meteorológicos del Pacífico. Necesitaba llegar a un puerto seguro, pero los problemas con el aparejo le impedían navegar en mares agitados y solo podía navegar amurado a babor, de lo contrario, habría podido desarbolar. Al principio, Alessandro tuvo que dirigirse hacia el norte para encontrar aguas más calmadas. Sin la opción de desembarcar en ningún lugar, tuvo que esperar pacientemente condiciones meteorológicas mejores y más favorables. Después de varios días navegando hacia el noreste, finalmente pudo poner rumbo al oeste hacia Nueva Zelanda con la esperanza de llegar a Auckland.
Un par de días después, sin embargo, comprobó que no sería capaz de alcanzar la Isla Norte ante la llegada de una profunda depresión que traería vientos fuertes y desfavorables. En coordinación con el RCC Nueva Zelanda, Alessandro alteró su rumbo para alcanzar las Islas Chatham y amarrar en su único muelle de cemento a salvo del temporal. El martes por la mañana, más de una semana después de que tuviera problemas con el aparejo, Alessandro llegó a las aisladas islas.
Traas esta parada no planificada, Alessandro no puede reincorporarse al Global Solo Challenge ya que se está haciendo demasiado tarde en la temporada para alcanzar el Cabo de Hornos y navegar hacia el Atlántico Sur antes del final del verano austral.
Afrontar la retirada del evento resulta decepcionante tras años de planificación, preparativos, sacrificios, tiempo invertido y gastos realizados. No es sencillo asumir el final de un proyecto tan extenso y complicado, especialmente cuando te encuentras varado en una isla remota en medio del Pacífico. Alessandro Tosetti es el noveno de los dieciséis participantes que se vio obligado a retirarse del evento.
Juan Merediz en Sorolla fue el primero en retirarse el 10 de noviembre por problemas con el piloto automático, habiendo navegado 1400 millas del total del recorrido de 25000.
El 13 de diciembre y después de cubrir más de 13000 millas, Dafydd Hughes se retiró con Bendigedig en Hobart. Sin duda una navegación excepcional, tenía el barco más lento y pequeño del evento y había navegado más de 100 días en alta mar. Se vio obligado a retirarse por un fallo en el piloto automático. A pesar de que podría haber retomado la travesía tras reparar los daños en Hobart, Dafydd expresó con sinceridad que había alcanzado sus objetivos y se sentía satisfecho con retirarse en ese momento.
La desarboladura y la épica travesía que llevó a Ari Kansakoski a navegar, bajo aparejo de fortuna, 25 días desde el norte de las remotas Islas Crozet hasta el continente africano, donde llegó el 19 de enero, obligándolo a retirarse del Global Solo Challenge en Durban.
Febrero fue el mes más duro, 12 de los 16 participantes originales todavía estaban navegando en el mar. El 8 de febrero, Edouard de Keyser se vio obligado a retirarse después de perder un timón a 600 millas al sur de Port Lincoln; afortunadamente Dafydd, Ari y Edouard lograron llegar a un puerto sin necesidad de una operación de rescate.
El 12 de febrero Ronnie Simpson en Shipyard Brewing se retira oficialmente del evento, en la primera operación de rescate. Después de desarbolar y con la llegada inminente de un duro temporal, el patrón temía que la situación pudiera empeorar y convertirse en una amenaza para su vida, por lo tanto, solicitó evacuar el barco. El rescate fue coordinado por el RCC Argentina.
.Solo unos días después, William MacBrien pasó 46 horas en su barco semi sumergido después de una probable colisión con un objeto no identificado, justo días después de pasar el punto Nemo. La flotabilidad incorporada y los mamparos estancos permitieron a William sobrevivir en el barco, sin necesidad de abandonarlo y subir a la balsa salvavidas, hasta que el carguero Watatsumi pudo alcanzarlo. Problemas con sus teléfonos satelitales significaron que, hasta el rescate, no se tuvo contacto con el patrón durante unas largas 24 horas esperando el barco que había sido desviado y que tardó casi dos días en llegar a su ubicación. William fue rescatado el 16 de febrero.
Al día siguiente, Pavlin Nadvorni en Espresso Martini se retiró del Global Solo Challenge después de unos días muy complicados en el mar. Se había detenido en Bluff Harbour para llevar a cabo unas reparaciones y después de varios intentos de salida retrasados, estaba navegando entre Nueva Zelanda y las Islas Chatham cuando empezó a sufrir un cálculo renal. Bajo medicación y con un dolor insoportable, el barco se tumbó y mientras intentaba aferrarse a una barandilla, se lesionó gravemente el hombro izquierdo. Logró llegar sin ayuda a Lyttleton en Nueva Zelanda, sufriendo lo peor del cálculo renal la noche antes de llegar a tierra.
Kevin Le Poidevin en Roaring Forty había dejado España casi un mes después de su salida programada debido a una lesión de espalda y a algunos problemas técnicos. Cuando pasó el Cabo Leeuwin, se preocupó por el desgaste a largo plazo que estaba afectando los puntos de fijación de los brazos de su piloto automático. No se sentía cómodo con la idea de cruzar el Pacífico bajo tales circunstancias y planeó una parada en Hobart. La suma de todos los retrasos, sin embargo, lo puso en una condición en la que ya no conseguía doblar el Cabo de Hornos antes del final del verano austral y decidió no tentar a la suerte y aceptó que la decisión más segura era retirarse.
Así que quedan tan solo 7 patrones en el evento, 6 aún en el mar y Philippe Delamare, que se proclamó ganador el 24 de febrero. Louis Robein navega en última posición, habiendo parado en Hobart para llevar a cabo unas reparaciones, al perder toda la electricidad a bordo después de pasar el Cabo Leeuwin. Justo ayer, encontró la pala de uno de sus hidrogeneradores agrietada y había perdido el motor y la hélice del mismo, posiblemente debido a una colisión o a un problema de la unidad. Tiene otro hidrogenerador que sin embargo tiene algunos problemas de cableado, por lo que Louis tiene que llevar un buen registro del total de energía que consuma, mismo problema que le obligó a hacer escala en Tasmania. Afortunadamente, en Hobart, había instalado baterías nuevas y cambiado el cableado para que no hubiera la posibilidad de que la batería del motor se quedara sin energía, ya que puede utilizar el motor para generar energía. Tiene previsto intentar resolver el problema del único hidrogenerador que le queda cuando las condiciones se lo permitan y en cualquier caso utilizará el diesel para cargar las baterías. Si no puede arreglar el hidrogenerador que le queda, puede que tenga que usar todo su diesel para cargar las baterías hasta llegar al Cabo de Hornos. Ahora ya no puede volver atrás ni puede hacer escala en ningún sitio. Tiene que doblar el Cabo de Hornos y después evaluar si necesita parar, incluso solo para repostar.
David Linger tuvo que detenerse en Ushuaia justo después de doblar el Cabo de Hornos, al haber roto la botavara durante una tumbada unos pocos días antes de virar el cabo. El 26 de febrero logró reincorporarse al Global Solo Challenge, pero ahora está luchando contra una severa tormenta justo al norte de las Malvinas. Dave está tomando un enfoque muy prudente, navegando solo con el tormentín y ocasionalmente deteniéndose por completo y poniéndose a la capa. Durante la noche pasada, informó que una ola tumbó el barco y que uno de los timones que estaba amarrado mientras estaba a la capa se dobló. Después de la tormenta, necesitará reemplazar el timón con un repuesto que lleva.
Así que solo hay 5 barcos que han navegado sin hacer ninguna escala y que, como era de esperar, ocupan las posiciones de liderazgo en la clasificación. En una circunnavegación de este tipo, las primeras posiciones de la clasificación final siempre serán para aquellos que han demostrado una navegación excepcional y se han enfrentado a los menores inconvenientes técnicos, o que han sabido resolverlos en alta mar. Alcanzar este logro constituye ya de por sí una grandiosa victoria para el proyecto, considerando que, estadísticamente, las probabilidades juegan en contra.
Riccardo Tosetto y Francois Gouin han enfrentado una de las transiciones más complejas desde los sistemas meteorológicos del Atlántico Sur hacia los vientos alisios del SE, que ahora los llevan hacia el ecuador. Hemos sido testigos de su ardua lucha durante días para progresar, inmovilizados por una vasta área de altas presiones que los dejó sin viento. Por fortuna, finalmente han hallado el anhelado viento y se dirigen hacia la zona de las calmas ecuatoriales. Confiamos en que esta próxima transición no sea tan dura para ellos como lo ha sido para Andrea Mura en Vento di Sardegna. Se anticipa su llegada para la última semana de marzo.
Andrea Mura ha mostrado una velocidad impresionante en el Atlántico Sur; al navegar con los alisios, superó sus propios récords diarios alcanzando hasta 376 millas en un día. Sin embargo, su progreso fue obstaculizado por las calmas ecuatoriales. En esta época del año, normalmente la transición de los vientos alisios del sur a los del norte no es demasiado difícil ni lenta, pero Andrea tuvo que luchar a través de una área muy extensa de chubascos y calmas antes de finalmente encontrar los tan buscados vientos alisios del NE. Su camino hacia la meta se vislumbra despejado y, esperamos, compense el tiempo que perdió en las calmas ecuatoriales.
Se anticipa la llegada de Cole Brauer en un intervalo que va desde las 18:00 horas del miércoles 6 hasta la mañana del 7 de marzo, mientras que se prevé que Andrea llegue entre el 14 y el 16 de marzo, sujeto a las variaciones de las condiciones meteorológicas.