Es la guerra. Ceñida en el Atlántico para el dúo que puede ser trío y portantes para los perseguidores en el Pacífico.
Dick puede dar caza a los dos líderes. Sansó pierde un puesto en un Pacífico especialmente belicoso. Para Bernard Stamm, se trata de no abandonar el campo de batalla y encontrar dentro de tres días el carburante que pronto le hará falta.
Para Bernard Stamm, las malas noticias suceden a las buenas. Anoche, el Jurado Internacional decidió reabrir su caso, tras recibir el informe del comandante del barco ruso. Pero el patrón del Cheminées Poujoulat ya no está por eso. Esta madrugada, hacia las 3h30 (horas española), un choque con un objeto flotante ha arrancado su hidrogenerador de babor, mientras el de estribor ha quedado fuera de servicio. Con una reserva muy escasa de carburante y sin energía alternativa, Bernard está amenazado de un black out (falta total de electricidad), una situación prohibitiva para recorrer las 7.900 millas que le quedan hasta Les Sables d’Olonne, por cuanto significaría quedarse sin piloto automático (entre otros elementos). En esas circunstancias Bernard Stamm y su equipo han decidido buscar un refugio que le permita recuperar carburante.
Esta tarde, el patrón suizo estaba a unas 900 millas del cabo de Hornos, es decir, algo más de dos días de navegación (hace varias jornadas que realiza singladuras de más de 400 millas). Posibles soluciones planteadas: doblar Hornos, refugiarse en alguna rada y hacerse llevar gasoil, o ir hasta Ushuaia, con 140 millas más a recorrer tras doblar la punta meridional de América. El equipo de Cheminées Poujoulat, Bernard Stamm y la Dirección de Regata de la Vendée Globe están estudiando todas las posibles soluciones para definir la mejor estrategia.
Un pasillo virulento frente a Argentina
2.200 millas delante del Cheminées Poujoulat, los cuatro hombres del Atlántico ciñen contra el viento. Al sudeste de Buenos Aires, François Gabart (MACIF) y Armel Le Cléac’h (Banque Populaire) están aprisionados entre un anticiclón y una depresión. Entre los dos, un pasillo de viento de noroeste que rolará a nordeste y arreciará hasta convertirse en francamente virulento en los chubascos (rachas de 40 nudos). La mar, de cara, será gruesa a muy gruesa. Se moverá mucho a bordo de los 60 pies. De momento, los dos líderes parecen estar de acuerdo en el itinerario a seguir en ese meandro de altas y bajas presiones que impone algunos bordos. “No me extrañaría que nuestras rutas converjan dentro de tres o cuatro días”, ha advertido Gabart este mediodía.
“A base de pulso”
Jean-Pierre Dick (Virbac-Paprec 3) navega en el mismo sistema meteorológico, pero con efectos retardados debido a su distancia respecto de los líderes. Gracias a condiciones más favorables justo después de su paso por Hornos, el patrón de Niza ha recuperado parte del retraso “a base de pulso”, según ha dicho él mismo. Hoy se encuentra a tan solo 226 millas de la pareja de cabeza. No es mucho cuando quedan casi 6.000 millas (más de 10.000 kilómetros) por recorrer. ¿Volverá a haber un trío en cabeza al pasar el Ecuador? ¿Habrá una batalla a tres hasta la llegada en Les Sables d’Olonne? Al menos eso es lo que desea el doble vencedor de la Barcelona World Race.
De Pacífico, nada
Para los hombres del Pacífico, es la guerra. La imagen enviada ayer por Arnaud Boissières da una idea del decorado que los rodea: un cielo negro en pleno día, que peina grandes olas color azul plateado con crestas blancas; bello y espantoso a la vez. El viento y la mar no parecen querer amainar camino del cabo de Hornos, donde los barcos reciben la metralla incesante de los chubascos.
De madrugada, recién despertado, Mike Golding se ha precipitado en la cubierta del Gamesa para hacerse con el control de la situación: el barco estaba volcado en una racha de 42 nudos. El navegante británico ha acabado empapado y helado. ¡Un despertar vivificador!
Tampoco Javier Sansó se ha librado de los sustos. Esta noche ha tenido que cambiar un nuevo carro roto de la vela mayor, que le ha impedido tanto navegar con el trapo adecuado como hacer el rumbo que quería. Esta tarde se ha visto superado por Arnaud Boissières (AKENA Vérandas).
El pelotón de 5 barcos en el que se encuentra el español se libra a un combate sin piedad. Después de haber superado a dos rivales en 72 horas, Bernard Stamm tiene a su compatriota Dominique Wavre (Mirabaud) en su punto de mira, ahora a solo 15 millas por delante. Se espera que todo ese grupo doble el cabo de Hornos a partir del martes por la mañana, con una diferencia de 20 horas entre todos ellos. Es decir, poco después de Jean Le Cam (SynerCiel).
A un día de navegación de Tierra de Fuego, Le Cam encadena las trasluchadas (en realidad, cambia de amura virando por proa). Esta noche se ha acercado al centro de la depresión que lo acompaña y ha perdido un poco de ventaja sobre Golding y el pelotón que lo persigue, pero no le importa. La relativa encalmada le ha permitido, sin embargo, dormir a pierna suelta y recuperar las fuerzas que necesita para tantas maniobras. ¿Con qué más sueña? “¡Con un buen bistec con patatas fritas y salsa roquefort!”
Actualización de la situación de Bernard Stamm
Poco antes de las 2 de la tarde (hora española), el patrón del Cheminées Poujoulat ha encendido sus instrumentos de navegación para contactar con tierra y tratar rápidamente de su situación. Actualmente navega con un viento de 35 a 40 nudos y el suizo pasará la mayor parte del tiempo con su central de navegación apagada, pues a la batería principal del barco solo le queda el 5% de su potencial de carga. Solo la encenderá de forma esporádica para dar y recibir noticias de tierra. Ha precisado que se dispone a extraer sus reservas de seguridad de agua. También ha confirmado que se dirige hacia el cabo de Hornos.
Si al navegante le es difícil estimar sus futuras polares de velocidad, los últimos rutajes calculan que pasará el cabo de Hornos el 9 de enero, pues el viento debería amainar hoy y mañana.
En estos momentos, si bien no está descartada la solución de repostar gasoil en un puerto,
El equipo de Bernard estudia la de barco al alcance que le pueda proporcionar carburante.
Los datos
François Gabart (MACIF) dobló el cabo de Hornos el 1 de enero de 2013 a las 18h20 TU (19h20 hora española) después de 52 días 06 horas 18 minutos de regata.
Armel Le Cléac’h (Banque Populaire) dobló el cabo de Hornos el 1 de enero de 2013 a las 19h35 TU (20h35 hora española) después de 52 días 07 horas 33 minutos de regata.
Jean-Pierre Dick (Virbac-Paprec 3). Paso del cabo de Hornos: el 3 de enero a las 04h42 TU después de 53 días 16 horas 40 minutos de regata.
Alex Thomson (Hugo Boss). Paso del cabo de Hornos: el 4 de enero a las 02h38 TU después de 54 días 14 horas y 36 minutos de regata.
Han dicho...
(Sobre la navegación en ceñida) Se puede comprender fácilmente que es más fácil bajar con el viento que remontarlo. Cuando se ciñe, se está de cara a las olas y al viento. El barco escora, es complicado. Se navega un poco contra natura. El viento es también distinto, hay que estar atento porque los cambios de vela son frecuentes y hay que anticiparse todo lo posible.
(Sobre la estrategia de Le Cléac’h) Sé qué ruta he elegido yo, pero no sé cuál es la de Armel. Creo que nuestras rutas convergirán dentro de 3-4 días. No hay ambigüedad en nuestros rutajes, pero los ficheros meteorológicos no son excelentes, por lo que hay que tomar bastantes precauciones sobre su precisión a varios días vista.
(Sobre el estado del barco) El barco va bien, es importante. He hecho todo lo posible para que vaya bien y no se estropee. Por eso en el Atlántico tengo un barco en buen estado, que va rápido. Espero que dure hasta la llegada, porque en el golfo de Vizcaya es mejor tener un barco en buen estado.
François Gabart (FRA, MACIF)
Las condiciones: es la calma antes de la tormenta. Hay 20 nudos y buenas olas. Una niebla muy tenaz, no se ve a más de 200 m. Tengo una depresión que me llega. Me planteo bastantes preguntas sobre las próximas estrategias.
(Sobre su recuperación sobre la pareja de cabeza) Es bueno haber recuperado. Es un poco a pulso. Quizás no esté delante en el Ecuador, pero quiero estar lo más cerca posible. Quiero estar unas 12 horas detrás de ellos a la altura del Ecuador. Hay que arañar poco a poco y jugar tu carta hasta el final. Para mí, la llegada en el Atlántico es como una nueva regata, sobre todo respecto del Sur.
A veces un poco de música a bordo va bien, es muy agobiante, ya sea por el ruido como por el hecho de estar todo el día pensando en las prestaciones. Va bien un momento de relajamiento.
Jean-Pierre Dick (FRA, Virbac Paprec 3)
Tengo condiciones muy difíciles. Esta madrugada daba bastante miedo. Me desperté, ni siquiera me pude poner el traje de agua y he acabado en ropa interior, en un frío glaciar, completamente empapado. No ha sido un despertar demasiado bueno.
He tenido una noche difícil. Había una pérdida en uno de los lastres y lo he reparado por la noche. Esta mañana he podido llenar el lastre y vuelvo a ir a toda velocidad. Era complicado y corría el peligro de que entrara agua cerca de la electricidad. Ahora parece que está bien, pero tendré que vigilarlo.
Creo que hay maneras mucho más sencillas de ganarse la vida, menos estresantes y menos incómodas y seguramente cobrar más. Pero es lo que he elegido hacer y para los navegantes acercarse al cabo de Hornos es uno de los puntos culminantes de la Vendée Globe. También es un momento de mucho estrés. No sé por qué, pero me siento más estresado que otras veces. Seguramente no es el tiempo, es el hielo flotante lo que me asusta.
Mike Golding (GBR, Gamesa)