Es difícil mantenerse frío con hielo alrededor

Al menos dos icebergs habían sido detectados por satélite fuera de la Zona de Exclusión Antártica (ZEA), y se calculaba que su posición estaba bastante cerca de los competidores de la Vendée Globe. En este primer día de la edición de 2025, se impone la prudencia y la vigilancia para evitar estos trozos de hielo a la deriva, que se rompen en «gruñidos» aún más difíciles de detectar.

Mantener la distancia no es fácil

Mantener la distancia fue la intención de Sébastien Marsset (Foussier, 22º), el primero en dar la voz de alarma. Advertido de un posible iceberg cuya deriva calculada lo situaba a su Norte, Marsset declaró,

"Sonó la alarma de mi radar y tuve un eco a cuatro millas por proa. Saqué la cabeza y enseguida vi el iceberg. Iba a 17 nudos con un pequeño gennaker. Tengo que orzar, subo el grátil , me hace apuntar aún más hacia él, me encuentro a 2,5 millas del iceberg. Intento orzar sin acelerar demasiado, acabo tomando un segundo rizo para frenar. Al final, el iceberg no se había desviado hacia el Norte, sino hacia el Este, estaba en la misma latitud que él y me encontré... ¡frente a él!».

Unas horas más tarde fue Eric Bellion (STAND AS ONE - Altavia, 23º), quien filmó al monstruo helado a 54° sur:

Admiro a los pioneros, en las primeras vueltas al mundo, hizo falta una buena dosis de valor y seguramente también un poco de temeridad, ¡respeto para ellos! En el día a día ya es duro, así que si le añadimos el hielo... para el 1 de enero, ¡un regalito del Océano Pacífico! Da miedo. Les recuerdo que mi casco tiene 3,6 mm de espesor, no puedo permitirme chocar con eso. Los icebergs son bonitos con los barcos de expedición equipados con cascos de acero, pero no con nuestros barcos de regata de carbono.

Dalin y Richomme... al gato y al ratón

Parece que cada vez que los dos líderes de la Vendée Globe creen que están entrando en la zona de vientos alisios del sudeste se llevan una decepción, ya que reciben otra ración de vientos flojos e inestables. Aunque esta mañana han progresado más, esta tarde han vuelto a velocidades de un solo dígito.

Por todo ello, Yoann Richomme (PAPREC ARKÉA) ha seguido recuperando millas perdidas con respecto al líder Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance) y este jueves por la tarde se encuentra a unas 25 millas.

Richomme observa: «Lo que es impresionante es la velocidad a la que se puede recuperar y ganar millas. Pierdes 100 millas durante un día y ganas 70 al día siguiente. Es incluso un poco desorientador. Tienes que mantener la calma en tu cabeza, lo que no siempre es fácil, lo admito. Si puedo mantener una diferencia moderada, está bien. Con el alisio, Charlie alargará un poco la zancada. Si puedo hacer la transición hacia el anticiclón (ndlr, el alto de las Azores que comienza cerca de las Canarias) sin demasiadas diferencias, eso podría ser estupendo para mantener un poco el suspense de cara a la llegada, pero no estoy seguro de que Charlie tenga la misma opinión».

Para el grupo perseguidor que suben juntos el Atlántico Sur, despidiéndose de la zona de exclusión al este, las condiciones son bastante desagradables en ceñida, una total batidora, desde hace más de 24 horas y actualmente con una brisa inestable,

Duro camino hacia el Cabo de Hornos para Attanasio

Romain Attanasio se acerca al Cabo de Hornos:
El Océano Índico fue duro, pero el Pacífico fue casi peor! Las dos Vendée Globes anteriores me dijeron que el Pacífico era genial, no había pensado de otra manera, ¡pero esta vez era realmente peor! ¡Una locura! Todavía estamos en el temporal, con mucha mar ¡y creo que todavía tendremos 40 nudos cuando lleguemos al Cabo de Hornos dentro de 36 horas! Mis condiciones actuales son de 25-30 nudos a favor del viento, con mares complicados. Tengo una trasluchada dentro de 5 horas y luego me dirijo hacia el Cabo, que debería alcanzar el día 3 por la noche, hora francesa... con mucho viento del noroeste que baja de Chile, muy fuerte. No va a ser divertido, más bien duro y musculoso».

Al sur de Point Nemo, el grupo de patrones tienen que enfrentarse al hielo, presente en el campo de regatas por primera vez desde 2008. Por eso viven un nivel de vigilancia aún mayor.

"Impresionantes, majestuosos, aportan una dosis de magia a la carrera... pero también una gran dosis de estrés. Imaginar ver a uno de estos gigantes helados en el horizonte es a la vez fascinante y un poco aterrador. Porque, seamos sinceros, por muy bonitos que sean desde lejos, en realidad no queremos acercarnos demasiado a ellos...», comenta Antoine Cornic, 31º, que sigue lidiando con condiciones anticiclónicas de vientos flojos, al igual que el suizo Ollie Heer, 30º, en Tut Gut.